Texto del 3º Mensaje de Fátima Este es el texto del tercer - TopicsExpress



          

Texto del 3º Mensaje de Fátima Este es el texto del tercer mensaje que la Virgen en Fátima, en 1917 da al mundo y quizás hoy más que nunca sea más vigente que nunca este mensaje del cielo a la Tierra, que dice: "No temas, querida pequeña, soy La Madre de Dios que te habla y te pide hacer público el presente Mensaje para el mundo entero. Al hacerlo, encontrarás fuertes resistencias. Escucha y presta atención a lo que te digo: Los hombres deben enmendarse. Con hu mildes súplicas deben pedir perdón por los pecados cometidos y de los que pudieran cometer. Deseabas que yo te dé un signo, para que cada uno acepte las palabras que digo por medio de ti al género humano. Has visto el prodigio del sol y todos, creyentes, incrédulos, campesinos, ciudadanos, sabios, periodistas, laicos, sacerdotes, todos lo han visto. Y ahora, proclama en mi nombre: un gran castigo caerá sobre todo el género humano, no hoy ni mañana, mas sí en la 2ª mitad de este siglo XX, se lo había revelado ya a los niños Melania y Máximo en La Salette y hoy te lo repito a ti, porque el género huma no ha pecado y pisoteado el Don que se le había dado, en ninguna parte del mundo hay orden y Satanás reina en los más altos puestos determinando el desarrollo de los acontecimientos, y conseguirá efectivamente introducirse en la cumbre de la Iglesia, dond e conseguirá seducir el espíritu de los grandes científicos que inventan las armas con las cuales será posible destruir, en pocos minutos, gran parte de la humanidad. Tendrá autoridad sobre los poderosos que gobiernan los pueblos, y los instigará a fabric ar enormes cantidades de armas, y si la humanidad no sabe oponerse a ello, estaré obligada a dejar libre el Brazo de mi Hijo. Entonces, verás como Dios castigará a toda la humanidad, peor que cuando el diluvio. Vendrá el tiempo de los tiempos, y el fin de todos los fines. Si la humanidad no se convierte, y si todo sigue como hasta ahora -o aún peor, se agrava- los grandes y pod erosos perecerán junto a los pequeños y débiles; también a la Iglesia le vendrá el tiempo de sus más grandes pruebas: cardenales se opondrán a cardenales, obispos a obispos; Satanás andará en medio de sus filas, y en Roma habrá cambios: aquello que esté p odrido, caerá, y lo que caiga no se levantará más. La Iglesia estará ofuscada y el mundo descompuesto de terror. Tiempo vendrá en que ningún rey, emperador, cardenal u obispo espere a Aquel que, sin embargo, vendrá a castigar según los designios de mi Pad re, una gran guerra se desencadenará en la 2ª mitad del siglo XX. Fuego y humo caerá del cielo, las aguas de los océanos se convertirán en vapor, su espuma se alzará transformando y sumergiéndolo todo, millones y millones de hombres perecerán de hora en hora, y aquellos que queden con vida envidiarán a los muertos; sob re cualquier parte donde se vuelva la vista habrá angustia, miseria y ruina en todos los países ¿Ves?. El tiempo se acerca cada vez más, y el abismo se ensancha sin esperanza. Los buenos perecerán junto a los malos, los grandes con los pequeños, los Príncipes de la Iglesia con sus fieles y los reyes con sus pueblos. Habrá muerte por todas partes a causa d e los errores cometidos por los insensatos y por los partidarios de Satanás, el cual entonces -y solamente entonces- reinará sobre el mundo; por último, cuando los que hayan sobrevivido a todo lo sucedido estén aún con vida, proclamarán nuevamente a Dios y su Gloria, y le servirán como en un tiempo, cuando el mundo no estaba así de pervertido. Ve pequeña mía, y proclámalo, yo a tal fin estaré siempre a tu lado para ayudarte". Este es el profundo y duro texto del 3º mensaje dado por la Virgen María en su aparición en Fátima, que fuera dado a Sor Lucía, quien todavía vive, y según la predicción de María ella (Sor Lucía) estaría presente para observar y confirmar que todo esto s e cumplirá. Un mensaje durísimo que está dado al mundo, un mundo que incrementa su maldad, tal como la Virgen lo profetizó. Un mundo en donde los científicos inventan armas cada vez más poderosas y más poderosas, capaces de destruir a millones de seres hu manos minuto a minuto. Un mundo en donde aún la corrupción se ha metido en las filas de la Iglesia, "donde habrá cambios"... textuales palabras del tercer mensaje de la Virgen María en Fátima. Un mensaje que según testimonios de papas y obispos no es dado a conocer al mundo por lo que dice, es decir las guerras, catástrofes (n. del r.: catastro = registro). Personalmente no creo que este mensaje no se ha dado a conocer al mundo por lo que esta s personas dicen, sino por lo que el mensaje dice de la Iglesia, en donde habrá gran corrupción, donde Satanás -en parte- marchará también en sus filas. Allí creo que está el problema: en lo que dice de la Iglesia, no de lo que dice del mundo y de las gue rras. Pero ya el Papa Juan Pablo II, el 26 de julio de 1987 habla sobre Fátima y dice que: "Las apariciones de María Santísima en Fátima comprobadas por signos extraordinarios en 1917 forman un punto de referencia y de irradiación para nuestro siglo. María nue stra madre celestial vino para sacudir las conciencias, vino a socorrernos porque muchos -por desgracia- no quieren acoger la invitación del Hijo de Dios para volver a la casa del Padre. Escuchemos la voz de la Madre del Cielo, que la escuche toda la Iglesia, que la escuche toda la humanidad entera. Del odio del envilecimiento de la guerra líbranos, líbranos de la tentativa de ahogar en los corazones humanos la misma verdad de Dios y de la facilidad de pisotear los mandamientos; que se manifieste una vez más el infinito poder del Amor misericordioso; que en tu corazón inmaculado se revele a todos la luz de la esperanza". Estas expresiones no son sólo buenos deseos, sino que nos debe hacer pensar mas profundamente en nuestros semejantes. Mientras leemos este libro confortablemente en esta misma ciudad, miles de seres humanos con los mismos derechos ante Dios, se encuentra n en las calles, padeciendo frío, hambre, golpes, enfermedades, estar tirados por las calles por no tener si quiera un pedazo de pan. Por eso ante esa Iglesia que la misma Virgen profetiza que Satanás entrará en sus filas, esto no implica - y hay que ser muy claro en esto - que invada todas sus filas, porque esa misma Iglesia que puede tener corrupción como en todo ámbito de la vida, es la que recoge a esas personas que estan en las calles desamparadas, muchos sacerdotes de esa misma Iglesia Católica, le dan de comer a los menesterosos, a los desamparados, a los pobres, son los que recogen decenas de miles de niños de la calle y le tr atan de dar un futuro, son las que alojan a las mujeres que a veces son señalizadas por ser madres solteras, le dan hogares, son las que tienen hospicios para los minusválidos. Esa misma Iglesia tiene también el cuerpo de Cristo verdadero en sus filas, por eso prevalecerá contra el mal del mundo y aún contra los partidarios de Satanás que se metan en sus filas porque esos partidarios del mal simbolizados a través de la expresió n Satanás- también están en las filas políticas, militares y en la sociedad misma donde prevalece la violencia. Hay seres humanos que odian y son capaces de cualquier cosa, hay padres que han matado a todos sus hijos y/o sus esposas, masacrándolas... Hay padres o madres que han enviado a sus hijos o hijas a la prostitución ¿acaso no es ese también el cuerpo de Satanás? El mundo en sí tiene ambas dualidades, por un lado está la luz, el bien y el Amor a través del Cristo en todas sus vertientes, en todas su s corrientes filosóficas y espirituales en todas sus Iglesias conformadas, y por otro lado está el destructor, el maligno que está también metido en nuestra conciencia, en nuestro ser interior. Esa lucha del bien y del mal no está solamente afuera, no miremos para arriba o para los costados: "Como es arriba es abajo" y el mal está interiormente enquistado en el ser humano, la lucha entre el bien y el mal es permanente en nosotros a través de nu estros actos, de nuestros pensamientos, nuestras obras, nuestras palabras, nuestra conciencia y nuestra supraconciencia. También la lucha del bien y del mal está a escala espiritual en nuestro interior ante la sumatoria biológica, genética y espiritual de servidores del bien y servidores del mal que en nuestro interior pugnan por prevalecer. Están también en la sociedad que nos rodea, en el mundo y es allí donde tenemos la posibilidad de elegir: somos también nosotros mismos hacedores de nuestro destino p orque sobre ese pensamiento que María nos antecede en Fátima diciendo si habrá seres humanos en la Tierra que pensarán que "El que tiene que venir no viene", eso quiere decir que habrá muchos que dirán: "Jesús ya no vuelve, ya partió, está en la morada de l Padre y el que llega al Padre nunca regresa". Entonces no lo esperarán, es verdad esto ya que Jesús nos alertó sobre si; "¿habrá alguien esperando al Hijo del Hombre cuando éste regrese?" y es en este punto donde ustedes tienen la capacidad de discernir por el Sí o por el No. ¿Quién va a decidir? ¿S us vecinos, sus amigos, su familia? Que a veces tratan de evitar que ustedes crezcan espiritualmente?. ¿Quién es el que tiene que crecer interiormente, sino ustedes mismos?. ¿Quién más?. Por eso busquemos en nuestro interior esa chispa divina de Dios que mora en cada uno de nosotros, porque esa es la base verdadero de todo bien y de toda virtud. Si encontramos esa chispa divina, por más pequeñita que sea y le damos más fuerza, más leña a través de la oración, vamos a ver cómo esa chispa comienza a encende rse. Es fácil para muchos grupos metafísicos incrementar el ego solamente a través del YO superfluo, del yo egoico: "yo puedo, yo soy esto, soy aquello, ¡soy Dios! ¡somos dioses!" Pues no señores, no somos dioses, ni siquiera principiantes de dioses. Somos si mples criaturas pequeñas y finitas, con una conciencia que solamente nos permite -por ahora- ver lo cercano. Aquellos primeros hijos de Adán podían ver más allá de las montañas, de los valles, tenían la capacidad y la visión, pero no el poder de discernir entre el bien y el mal. Hoy tratemos de discernir entre el bien y el mal. Tratemos de darle fuerza a esa chispa interior, a través de la oración, del ayuno, de la reflexión espiritual, tratemos que minuto a minuto esa conciencia superior se enaltezca a través de los buenos pens amientos y las buenas obras y acciones. Entonces sí, la conciencia superior del ser humano estará más despierta, velando para que cuando El Señor venga estemos esperándolo.
Posted on: Thu, 10 Oct 2013 00:10:11 +0000

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