"Titanes del Pacífico" Por: Aurora Alejandra Lomelí Pérez. Para: RodandoCine Entre tantos blockbusters de verano en que encontramos secuelas y remakes, llega Titanes del Pacífico (Pacific Rim), el esperado regreso de Guillermo del Toro a la dirección de películas después de cinco años de ausencia. De entrada, la película resalta por ser una historia original, enmarcada brillantemente en su mitología y género. Titanes del Pacífico nos sitúa en el 2020 y el decaimiento de la humanidad a causa de los Kaijus, enormes criaturas alienígenas surgidas del fondo marino. Para hacerles frente, los humanos crearon el programa Jaeger, robots de proporciones colosales comandados por dos pilotos, cada uno controlando cada hemisferio del cerebro, por lo que tienen que conectar sus mentes por medio del “enlace” para hacerlos funcionar. Esta es la premisa de Titanes del Pacífico, un filme de proporciones épicas en el que Guillermo del Toro se erige –nuevamente- como un magnifico contador de historias. Desde sus primeros minutos, el espectador es situado en el contexto, tiempo, espacio, conflicto y amenazas en que se encuentra el mundo y presenta a los protagonistas, entendidos como los Kaijus y los Jaegers, de una forma espectacular que dejará sin aliento al público. Un estupendo prólogo para una cinta que irá in-crescendo. La película no solamente pretende ser un mero homenaje al cine de serie B, a los monstruos ni al pop y anime japonés si no que toma a éstos como su punto de apoyo para reivindicar el género en su trasfondo: no es una nación la que salvará al mundo sino la humanidad salvando a la humanidad. La necesidad de confiar el uno en el otro simbolizado por el “enlace”, el ingenio, la inteligencia, el humor así como las diversas capacidades físicas y mentales, están siempre presentes a lo largo de la historia que encuentran en el guión perfectamente construido por el propio Del Toro en conjunto con Travis Beacham, su coherencia dramática. Las relaciones tanto de amistad, posiblemente amorosas y filiales, fluyen de forma natural y creíble, Del Toro pone el dedo en el renglón al mostrar que una historia no necesariamente debe incluir una historia romántica entre los protagonistas para que ésta funcione. En esta línea, los personajes están bien construidos y en “Titanes del Pacífico” vemos personajes con gran profundidad emocional, con miedos y dudas que se ven reforzados por el trabajo actoral de sus intérpretes. El único punto un tanto débil lo encontraríamos por momentos en Charlie Hunnam, quien en ocasiones limitará su personaje Raleigh a gesticulaciones repetitivas y poco expresivas pero que paradójicamente, mostrará un desarrollo favorable en las escenas de mayor dramatismo. Por su parte, Rinko Kikuchi le añade una amplia gama de emociones y matices a Mako Mori, una científica que desea convertirse en piloto Jaeger e Idris Elba, quien hace al comandante de la misión Jaeger, un ser totalmente creíble, real y paternal. En Titanes del Pacífico también hay espacio para el humor y así las escenas entre el Doctor Newton Geizler (Charlie Day) y el Doctor Hermann Gottlieb (Burn Gorman), científicos del programa Jaeger, sumando las alucinantes secuencias en las que hace aparición Hannibal Chau (Ron Perlman), un excéntrico traficante de partes de cuerpos muertos de Kaijus, dan el equilibrio perfecto que esta cinta épica-dramática-futurista requiere. El diseño de producción es otro de los puntos a resaltar. Los Kaijus tienen un trabajo artístico sorprendente, la animación es de lo más destacable ya que su movimiento es ágil, teniendo en las escenas de batalla su mayor lucimiento. Por su parte los Jaeger logran innovar la fauna robótica: “y el hombre y la máquina se volvieron uno” y ahí la principal aportación ya que, para que estos enormes pedazos de acero funcionen, requieren de una comunión mental entre dos seres humanos compatibles y la estructura robótica que comandan. En cuanto al 3D, la película sale bien librada haciendo un buen uso del formato para resaltar la espectacularidad de las batallas, la magnitud de las destrucciones y la magnificencia del tamaño de los Kaijus y los Jaegers. Titanes del Pacífico llega, sin ser pretenciosa, para convertirse en la película de este verano, se nota en cada toma, en cada movimiento de cámara, en cada Jaeger pero principalmente en cada Kaiju, el amor y la pasión que Guillermo del Toro le imprimió a la cinta y eso siempre se agradece. La película no dejará indiferente a nadie, la disfrutará por igual aquel que le gusten las historias futuristas, el amante de los monstruos, el feek de los cómic y el fanático de las películas de Memo “el gordo” Del Toro, pero también aquel que por azares del destino –y horarios- decida verla sin conocimiento previo. Lo que es un hecho es que ya necesitábamos a Guillermo de regreso.
Posted on: Thu, 11 Jul 2013 01:23:32 +0000