Tras el estallido de la crisis financiera en 2007–2008 y la - TopicsExpress



          

Tras el estallido de la crisis financiera en 2007–2008 y la sequía absoluta del crédito (credit cruch), los bancos centrales intentaron evitar el colapso de la economía occidental inyectando cantidades ingentes de dinero: más de 10.000 billones de dólares entre Banco de Inglaterra, BCE, FED, Banco de Suiza, Banco de Japón y Banco de China. Esta cantidad de dinero ha evitado que muchas economías, entre ellas la española, hicieran frente a su problema de endeudamiento. La liquidez ha actuado de analgésico, haciendo olvidar la existencia de la enfermedad. El anuncio de cambio de sesgo de la Reserva Federal es un recordatorio muy oportuno. Sólo ha anunciado que, de cumplirse las previsiones de reducción del paro, limitará las inyecciones adicionales de liquidez hasta suprimirlas totalmente el próximo año. Pone de manifiesto que las inyecciones de liquidez por parte de los bancos centrales no pueden ser ni indefinidas en el tiempo ni ilimitadas en cuantía. Los tipos de interés cercanos a cero son coyunturales, no eternos. Sólo con liquidez y tipos bajos no se resuelven los problemas estructurales de la economía. Los Gobiernos tienen que hacer su parte. El proceso de desapalancamiento de la economía, o de reducción de deuda, es, inevitablemente, un proceso doloroso y prolongado. En España el sector privado está reduciendo su endeudamiento a marchas forzadas: más de 270.000 millones de euros desde fin de 2011. El sector público, de momento, se contenta con incrementar su deuda a un ritmo menor cada año, previendo alcanzar el 100% de deuda pública sobre el PIB en 2016. Es difícil conocer de antemano qué temperatura exacta es la que causa la muerte de la rana. También es difícil anticipar cuál es el nivel máximo de deuda que una economía puede soportar antes de colapsar. En ambos casos, a mayor temperatura y mayor nivel de deuda, el punto de no retorno se encontrará más cerca. Ni la liquidez que proporcionan los bancos centrales es ilimitada, ni los tipos de interés seguirán siempre en los mínimos actuales, ni los inversores estarán dispuestos siempre a financiar a un país o a una empresa sea cual sea su deuda. Si el mensaje de Bernanke ha servido para despertar del sueño placentero a más de uno, bienvenido sea.
Posted on: Tue, 25 Jun 2013 07:58:25 +0000

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