Tras el hundimiento del «Prestige» frente a las costas gallegas - TopicsExpress



          

Tras el hundimiento del «Prestige» frente a las costas gallegas en noviembre de 2002, se constituyó la plataforma «Nunca Máis» para «canalizar las justas demandas de la ciudadanía gallega para la pronta recuperación de los daños causados por el barco», según figuraba en su manifiesto fundacional. En él, se solicitaba la declaración de Galicia como zona catastrófica con la asignación inmediata de los recursos de todo tipo para reparar las graves consecuencias económicas, sociales y ambientales y de salud causadas por el accidente; la aplicación inmediata de mecanismos de prevención que evitasen que la catástrofe fuese en aumento, y la adopción de medidas por parte del Gobierno central y el de Galicia para evitar que se repitiesen hechos así. La verdadera razón de ser de la plataforma, sin embargo, se hallaba unas líneas más abajo, donde se afirmaba que «la ineficacia y la irresponsabilidad» de las autoridades habían agravado las consecuencias del hundimiento y se pedían dimisiones. En febrero de 2003 «Nunca Máis» reunió a políticos, sindicalistas y actores de izquierdas en Madrid El escritor Manuel Rivas fue el encargado de leer esta declaración de intenciones en una multitudinaria marcha en Santiago de Compostela el 1 de diciembre de ese año, que congregó a cerca de 200.000 personas –según los organizadores– y en la que se pudieron oír toda suerte de proclamas tanto en contra del Ejecutivo de José María Aznar como en contra del de Manuel Fraga. «Gobierno dimisión», «Aznar, atiende, Galicia no se vende» o «Fraga vete a cazar y no vuelvas nunca más» fueron algunas de las frases más coreadas y todo un anticipo de lo que estaba por venir. De hecho, en los meses sucesivos hubo otras manifestaciones marcadas por los duros mensajes contra los gobiernos del Partido Popular (PP), como la de febrero de 2003 en Madrid, que reunió a numerosos rostros de izquierdas. En ella participaron desde actores como Javier Bardem o Luis Tosar hasta el líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, pasando por sindicalistas como Cándido Méndez. En los albores de la plataforma, muchos ciudadanos anónimos se acercaron a ella con el convencimiento de que su finalidad era ayudar a los afectados por la catástrofe, pero el tiempo acabó por demostrar que no era más que una campaña de la izquierda contra el PP. Este periódico dio cuenta en sus páginas de las conexiones del nacionalismo gallego con el movimiento y, por ejemplo, informó de que alcaldes, concejales y antiguos dirigentes del Bloque Nacionalista Galego (BNG) se habían hecho con el control de «Nunca Máis» en varias ciudades; de que los carteles de la protesta de diciembre de 2002 se repartieron en locales de dicha formación; y de que la web del Bloque y la de la plataforma compartían administrador. En paralelo, se descubrió que la totalidad del dinero recaudado por el supuesto movimiento ciudadano se estaba destinando a acciones de protesta y que los afectados no estaban percibiendo ni un céntimo. Asediada por la polémica, en enero de 2003, «Nunca Máis» detalló que en los meses transcurridos desde el hundimiento había gastado 87.710 euros en la impresión de banderas, carteles y folletos y en alquileres. En el mismo periodo tuvo unos ingresos de 85.9000 euros, de los que 40.400 euros procedían de diversas actividades y la venta de camisetas; 23.600, de las aportaciones de los integrantes de la plataforma, y 21.900, de las donaciones individuales. Para lograr muchos de estosdonativos, segúndenunciaron entonces los propios afectados, los miembros de «Nunca Máis» aseguraban que iban a destinarlos a ayudaralosdamnificadosporelvertido. Nada más lejos de la realidad. En vez de resignarse con el paso del tiempo, la plataforma mantuvo un discurso combativo y se sumó a nuevas causas aparentemente ligadas al medio ambiente. Así, en 2006, en medio de una ola de incendios, se manifestó contra el «terrorismo incendiario» y a favor de un cambio en la política forestal de las administraciones. A pesar de que el PSOE ocupaba La Moncloa y de que el bipartito PSG-BNG había arrebatado el Palacio de Rajoy a Fraga, la impúdica manipulación del accidente que en su momento hicieron el Bloque Nacionalista Gallego y el Partido Socialista. Amedrentar a la sociedad gallega con falsas profecías de que el PIB gallego iba a caer cuatro puntos y decir que todos tendríamos que emigrar, es una de las manipulaciones más zafias que he visto en mi vida política. Lo que distingue los partidos que tienen sentido de Estado de los que no lo tienen es, entre otras cosas, evitar sacar partido de desgracias de las que el adversario político no es responsable y lo digo con conocimiento de causa. Tuve la oportunidad de estar en idénticas responsabilidades políticas, es decir Consejero de Pesca, durante la marea negra del Mar Egeo en Coruña: la cooperación del Gobierno de D. Manuel Fraga con el Gobierno Central, entonces en las manos
Posted on: Wed, 13 Nov 2013 23:42:55 +0000

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