"Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual - TopicsExpress



          

"Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro en ti también" (2 Timoteo 1:5). Así es el silencio de las mujeres en el evangelio. Ellas habían acompañado a Jesús desde Galilea y cuando todos los acontecimientos de su crucifixión ocurrieron, ellas miran todas las cosas en silencio (Luc. 23:49). Ellas fueron también en silencio al sitio donde pusieron el cuerpo de Jesús, vieron cómo lo sepultaban rápidamente en la víspera del sábado. Y en silencio se vuelven a casa y preparan perfumes. ¿En qué consiste el silencio de las mujeres? ¿qué palabras ocupan su corazón de manera callada? El evangelio nos dirá que éstas mujeres fueron María Magdalena, Juana, María madre de Santiago y las demás mujeres. Son mujeres que le conocieron cuando las liberó de espíritus malignos y de la enfermedad. Ellas conocieron la fuerza del perdón del Dios de Jesús. Ellas experimentaron la liberación en su propio cuerpo, en su carne. Y ellas le siguieron como sus discípulas. En su silencio está la gratitud y la confianza, en el fondo de su experiencia, mas allá del dolor y la decepción actuales. Por eso, ellas quieren honrar a Jesús ungiendo su cuerpo, como un adiós definitivo. El silencio de éstas mujeres es el silencio que reconoce el misterio, que se asombra que se maravilla. Es el silencio de quienes no tienen todas las respuestas, pero saben que no se tiene el control de todas las cosas. Ellas anduvieron con Jesús y aprendieron que él caminaba confiando en su Padre. Ellas sabían que Jesús no tenía todas las cosas programadas y bajo control; no, más bien, ellas vieron cómo Jesús caminaba discerniendo la voluntad de su Padre cada día. Ellas sabían que Jesús esperaba y confiaba en Dios y que fue así hasta el final. Entonces, el silencio de éstas mujeres las prepara para la sorpresa de lo inédito, de lo insólito, de lo inesperado. Hemos de hacer memoria, de recordar, de ejercitar la gratitud de la memoria. Hemos de recordar las palabras y promesas. Hemos de guardar y de traer a la memoria las enseñanzas de Jesús, la imagen de su cercanía, la fidelidad con que entrega al Padre y la confianza con que camina. Hemos de hacer memoria de ese Jesús que camina al lado nuestro y que sonríe, que se alegra y que come y bebe con la gente de a pie, con la gente ordinaria y especialmente con la gente de abajo. Hemos de dejar que suene el eco de sus palabras y entones comprenderemos cómo éstas mujeres creyeron inmediatamente en la buena noticia de la resurrección. Entonces, y sólo entonces, seremos testigos que anuncian la buena nueva que hoy celebramos. La buena nueva de la resurrección de Jesús, quien es ahora Señor nuestro y de todo lo que existe. Bendicionesssssssssssss y un beso grande, dale adelante, adelante.
Posted on: Wed, 04 Sep 2013 11:03:06 +0000

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