Tú no eres producto de la casualidad ni invento de la causalidad. Eres obra perfecta de Dios, él te formó en el vientre de tu madre, y desde ese momento determino lo que tendrías que hacer mientras vivas sobre la tierra. Reconocer esta gran verdad, creerla y aceptarla es el primer paso para saber lo que se debe ser y hacer en esta vida. Estar en el lugar adecuado haciendo lo que Dios ha determinado que hagas es lo que da tranquilidad al alma, seguridad al corazón, descanso a la mente y satisfacción a todo el ser porque se camina en confianza, libertad y convicción. (Jeremías 1:5-9) Confirma esta gran verdad. Dios le dice a Jeremías que lo conocía desde que estaba en el vientre de su madre. Es más, desde antes que fuese formado o encubado en el vientre de su madre determinó lo que este niño vendría a ser cuando fuera grande. No es esto maravilloso, saber que antes de que tú nacieras, ya Dios te conocía y antes de que tú nacieras, ya Dios ha determinado lo que vendrás a ser y lo que tendrás que hacer. Nuevamente, tú no eres producto de la casualidad ni invento de la causalidad. Dios te creo desde antes de la fundación del mundo.
Posted on: Sat, 24 Aug 2013 21:33:35 +0000
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