UN DIÁLOGO ENTRE EXÚ Y OXALÁ El cielo y la tierra se fundían - TopicsExpress



          

UN DIÁLOGO ENTRE EXÚ Y OXALÁ El cielo y la tierra se fundían en el horizonte distante, pareciendo una sola cosa, como si no hubiese separación entre el mundo espiritual y material, entre la consciencia individual y la cósmica. Sentado sobre una piedra en una enorme montaña, de cabeza baja y ojos apenas entreabiertos, Exú observaba el fenómeno de la naturaleza y reflexionaba sobre su interminable trabajo. - Cómo es difícil la humanidad - Pensó en cierto momento - Parece nunca estar satisfecha, está siempre queriendo más y, en su esencia egoísta desarmoniza todo, todo... Todo lo que era para ser tan simple acaba tan complicado... Con los ojos habituados a ver en la oscuridad y en la distancia, Exú observó cada costado de aquellos alrededores. Vió personas destruyéndose a si mismas a través de vicios variados, vió maldades premeditadas y otras practicadas como si fuesen actos de la más perfecta normalidad. Vió injusticias, principalmente contra los más frágiles e indefensos. Con sus oídos, también atentos a todo, escuchó mentiras, palabras de maledicencia, gritos de odio y susurros de traición. Exú suspiró - ¿Seré yo el diablo de la humanidad? – Pensó irónicamente, al recordar cuánto era asociado él a la figura del demonio. Pasó horas observando cosas que estaba habituado a ver todos los días: Mentiras, fraudes, corrupción, traiciones, envidias, y una gama enorme de sentimientos negativos. Fue cuando estaba inmerso en esos pensamientos que Exu escuchó una voz a su lado, diciéndole en aquel tono áustero y al mismo tiempo complaciente: Laroye, Señor Orador. Exú alzó su mirada y vislumbró la figura altiva de Oxalá - Èpa Bàbá_respondió Exú, haciendo un pequeño movimiento, con la cabeza, em señal de respeto. -Noto que está pensativo amigo Exú – Dijo Oxalá... Exú respiró hondo, contempló nuevamente el horizonte y respondió – Trabajamos tanto...E incansablemente, pero los hombres parecen no valorizar nuestro esfuerzo. Oxalá movió los labios para decir algo, pero antes de que eso sucediese, Exú, como previniendo lo que sería dicho, continuó: -No hablo en tono de reclamación, soy un trabajador incansable y usted mi amigo sabe de eso. Es con placer que llevo lo que tiene que ser llevado y retiro lo que debe ser retirado...Es con satisfacción que abro o cierro los caminos, de acuerdo con la necesidad de cada uno, es con resignación que cargo sobre mis anchas espaldas la culpa del mal que muchos que muchos espíritus encarnados y desencarnados hacen, no reclamo de mi trabajo. Soy Exú, para mi no existe frío ni calor, cansancio o pereza, existe apenas la necesidad de cumplir la tarea para la cual fui designado. -Se muestra tan resignado y, en tanto, parece dejarse abatir por el desánimo- Comentó Oxalá, apoyándose en su paxoró. Exú soltó una carcajada, a lo que Oxalá hizo una leve sonrisa, con un movimiento casi imperceptible, en el costado derecho de los labios... -No soy resignado ni tampoco estoy desanimado- Habló Exú- Estoy pensativo sobre la poca inteligencia de los hombres. Vea esto: Como responsable por la aplicación de la ley kármica observo muchas cosas. Observo no sólo el sufrimiento que algunos hombres se imponen a si mismos, sino también las incesantes oportunidades que el Universo da a cada uno de los seres que habitan la tierra. El aprendizaje que tanto precisan les es dado por el bien, pero casi nunca lo miran por el lado del amor, entonces les es dada la oportunidad de aprender por el dolor, pero generalmente sólo recuerdan la lección en cuanto el dolor está punzando su carne. Con el alivio viene el olvido y todos los errores y vicios vuelven a aflorar. Oxalá hizo mención de decir algo, pero con el dedo apoyado entre los labios, nuevamente Exú le impidió hablar... -Escuche- Dice Exú, colocando la mano en el marco de su oreja, como si él y Oxalá precisasen de eso para oír mejor... Y ambos escucharon el sonido que venía de la Tierra. El sonido de la envidia, de los malos sentimientos, de la maledicencia, de la promiscuidad, del interés mezquino... Exú dio otra carcajada y dijo - ¿Percibe?...Tenemos trabajo por muchos siglos todavía. - ¿Y eso no es bueno? - Preguntó Oxalá, que esta vez no dejó a Exú responder y continuó: -Pobres hombres, ignorantes de la propia grandeza espiritual y de la simplicidad del Universo. Si no desconociesen tanto el funcionamiento de las cosas, serían más felices. -No están preocupados en discernir el bien del mal – Rezongó Exú. -Y usted lo está, señor orador? – Dijo Oxalá. Una vez más Exú soltó una carcajada – Para mi no existe el bien y el mal, existe lo justo, usted sabe bien de eso. -Entonces, ¿Por qué intenta exigir ése discernimiento de los pobres hombres? dijo Oxalá. Yo conozco los caminos – Respondió Exú un tanto irritado – Para mi no existen obstáculos, todos los caminos se abren en encrucijadas. Para mi las puertas nunca se cierran y las cadenas nunca aprisionan. Conozco el sutil misterio que separa aquello que llaman de bien de aquello que llaman de mal. No soy manipulador, no soy benevolente, pues no doy a quien no merece, más también no soy cruel, pues siempre actúo dentro de la ley. Los hombres necesitados, creen en la visión simplista del bien y del mal, como si todo el Universo, en su “compleja simplicidad” se resumiese apenas entre el bien y el mal. -Pobres hombres- Repitió Oxalá. -Pobres hombres- Concordó Exú - Asimismo mirando el Universo de una forma tan simplista, dividido apenas entre el bien y el mal, acaban siempre demonizando todo, creyendo que el mal es el mejor camino para conseguir lo que desean y entonces acreditan que son eternas víctimas del mal. Y lo que es peor, casi siempre es que yo soy el culpable. Mas, es usted el responsable por el mal? – Preguntó Oxalá, admirando el horizonte. -Soy justo, sólo eso – Respondió Exú. -No sería la justicia una prerrogativa de Xangó? – Manifestó el Mayor de los Orixás. Exú miró el fondo de los ojos de Oxalá y respondió: Estoy al servicio del Universo, de cada una de las fuerzas que lo compone, inclusive del Señor de la Justicia. -Eso significa que trabaja en armonía con el Universo querido Exú? - Imaginé que sabría de eso – Respondió Exú irónico como siempre. - Supongo que siempre lo supe. - Cuando observo el horizonte y veo el cielo fundiéndose en la tierra, percibo en cuánto lo material puede estar ligado a lo espiritual. Pero también recuerdo que el sol va a irradiar y acredito que a pesar de todas las dificultades que los propios hombres crean, es posible encender la llama de la fe en sus corazones. Percibo cuánto ellos son malogrados, pero percibo también cuán frágiles son y precisan de nosotros – En ése momento apoyó la mano sobre el hombro de Exú – Sean los que trabajan en la luz o en la oscuridad, pues todo forma parte del Uno y se inter relacionan. El mismo hombre que hoy está en las profundidades más abismales, mañana puede ser un mensajero de la luz. Exú miró los ojos de Oxalá, como si no estuviese concordando, pero esta vez fue Oxalá quien no dejó que el otro hablase, prosiguiendo con su narrativa: Si no fuese por los valerosos guardianes que trabajan en las regiones de tinieblas, difícilmente los que allí sufren un día alcanzarían los beneficios de la luz. Si existiese sólo la luz, no habría aprendizaje, que tiene como punto de partida el desconocimiento, las tinieblas. El Universo es tan simple y al mismo tiempo tan inteligente, que asimismo nosotros, que observamos a los hombres a una distancia tan grande, hay veces que nos sorprendemos con su magnitud. Los hombres son frutos que precisan madurar y usted amigo Exú, es la estufa que los calienta hasta el punto cierto de la maduración, y yo soy la mano que los recoge como frutos maduros. -Quien diría que trabajamos en armonía? – Dijo Exú en medio de una sonrisa – Creen que vivimos batiéndonos a duelo cuando en verdad trabajamos en busca de un mismo objetivo: El mejoramiento de la raza humana, Oxalá solo no soltó una carcajada porque no era ése su hábito (Y si el de Exú), pero dijo sin conseguir esconder su contentamiento: Entonces compañero Exú, no tenemos por qué lamentarnos. La ignorancia en que viven los hombres es señal que todavía tenemos trabajo a realizar. La poca sabiduría que poseen significa que todavía están muy próximos al punto de partida y nos cabe a nosotros, no importa si llamados de “Derecha” o “Izquierda”, auxiliarlos en su caminada, que es muy larga todavía. Con sólo contemplar las maldades de los corazones humanos no los auxiliará en nada. Soy la luz que guía los ojos de la humanidad y usted es el movimiento que no la deja estática. Si paramos por un segundo siquiera, atrasaremos en siglos y siglos el progreso de la raza humana, que tanto depende de nosotros. En ése momento el sol comenzó a irradiar tímidamente en el horizonte, separando el cielo y la tierra. Exú se levantó de su piedra y se puso a caminar montaña abajo. -Adónde va, señor orador? – Preguntó Oxalá, como si no lo supiese. -Voy a trabajar Señor de los Orixás – Respondió Exú riéndose nuevamente – ¿Olvidó que soy un trabajador incansable y que trabajo en armonía con el Universo, aunque Él me imponga la luz del sol? Oxalá no respondió, pero esbozó una tímida sonrisa. Así trabaja el Universo: Siempre en armonía. Los hombres, incluso todavía unidos a tantos conceptos primarios, encaminan los primeros pasos en dirección al progreso, pues no están huérfanos de sus Orixás y protectores.
Posted on: Mon, 29 Jul 2013 15:52:01 +0000

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