UN EJEMPLO DE PERSONA CUALIFICADA MÁS PARA APRENDER A ENTENDER UN POQUITO NUESTRA EXISTENCIA DE LA MEJOR MANERA POSIBLE Frédéric Lenoir, filósofo, sociólogo e historiador de las religiones Tengo 51 años. Nací en Madagascar y vivo entre París y la Provença. Divorciado, sin hijos. Los políticos sólo piensan en su reelección y evitan medidas impopulares. La muerte es un paso a otro estado de consciencia del ser. Me inspira Jesús y practico la meditación budista “La única lógica para ser feliz es no intentar controlar” Fabula sabia Cuando era adoslecente se preguntó por el sentido de la vida y la trascendencia, y lo convirtió en su oficio. A causa de una infancia infeliz, el autoconocimiento le guió los pasos, se introdujo en el psicoanálisis, en el estudio de las religiones y de la filosofía y en la práctica del budismo. Hoy tiene respuestas. Trabaja de investigador asociado al Centro de Études Interdisciplinaires des Faits Religieux (Ehess). Acaba de publicar en España El alma del mundo (Ariel), número uno en Francia. “Vivimos una época en que el mundo está amenazado por dos grandes peligros: el consumismo y el fanatismo religioso. Yo he querido Mostrar el mejor antídoto: la filosofía y la sabiduría Experimentar la trascendencia es un privilegio que no todos conocemos. Creo que hay diversas maneras de encontrarse con la trascendencia. Le hablaré de mi experiencia. Adelante. La primera vez que tuve la sensación de vivirla fue en la naturaleza. Debía tener unos 12 años, estaba en el bosque y me tocó la belleza del mundo. Eso lo comparto. Cuando aprendí a meditar con los monjes budistas, con 20 años, en mí silencio interior descubrí una alegría extraordinaria que no sabía de donde venía. ¿Y? Después, de haber leído Spinoza lo entendí. Spinoza dice que la alegría está dentro de nosotros, pero tenemos demasiadas cosas en la mente: creencias, emociones, pensamientos…, y no tenemos acceso, a la mente. Y todo el trabajo filosófico consiste en eliminar todos estos obstáculos para acceder al silencio interior, donde hay la alegría. ¿Qué enseñanza de los místicos cristianos le ha ayudado a crecer? Jesús invirtió los valores dominantes de la sociedad, y este giro continúa siendo de gran actualidad. Se interesó por la fragilidad de ser humano; asimismo, en todas las sociedades se pone en relieve la potencia, el éxito. Una persona es interesante porque ha tenido éxito. Jesús dice lo contrario. Nos acercan más las debilidades que las fortalezas. Jesús bien lo dice, y a mi me ayudó muchísimo. Hoy se que mis fragilidades constituyen fuerzas en que me puedo basar y posibilidades de establecer una relación con los otros sin intentar aparentar que soy fantástico y tengo mucho éxito. Nada nos hace más frágiles que las relaciones humanas, especialmente las de pareja. En el amor entre dos personas siempre hay una parte de egoísmo y una de altruísmo. Necesitamos alimentarnos del otro y darle alguna cosa, siempre es un equilibrio entre estas dos dimensiones. Yo me dí cuenta que siempre queria dar y tanto me daba no recibir, me faltaba confianza en mí mismo. … En todo lo que hacemos, desde la vida económica, los intercambios humanos, e incluso si es necesario , la vida amorosa, privilegiamos la eficacia, el rendimiento, el corto plazo en lugar de la calidad de ser. Lo pagamos con infelicidad. Si salimos de ésta lógica del siempre más que interviene en todas nuestras actividades, y pasamos a una lógica de bienestar que implique tiempo, atención, saber escuchar, es decir, un cambio de las maneras de vivir, podremos resolver la mayoría de estas crisis. Hemos de cambiar de mirada. Sí, y lo que nos falta para conseguirlo es una dimensión filosófica y espiritual. Estamos demasiado en el exterior. ¿Qué más ha entendido? Durante mucho tiempo, como todo el tiempo, pensaba que había de intentar crear acontecimientos agradables y rechazar todo lo que es desagradable para ser feliz. Es lógico. Pero me dí cuenta que la vida no funciona así. La única lógica para ser feliz es no intentar controlar las cosas. Lo único que podemos dominar son nuestras reacciones, nuestra mirada y nuestro pensamiento sobre las cosas. El sufrimiento, los obstáculos, el duelo continuarán estando presentes, pero tenemos que querer la vida con sus altos y bajos, tal como es. Cierto y difícil. La única transformación positiva pasa por la experiencia sensible. Yo intento estar atento a todo, cuando camino por la calle. En lugar de pensar en el después estoy atento en sentir: miradas, olores, colores…, me lo paso bien, disfruto. La consciencia plena del instante presente me parece fundamental para transformarse. Me emocionó la historia de los aborígenes australianos. Es verídica: un etnólogo convivía con una tribu para estudiar el comportamiento. En una de las largas caminatas observó que la tribu de tanto en tanto se paraba sin motivo aparente. ¿Les preguntó por qué…? Sí, y le dijeron que esperaban su alma. Porqué las almas se paraban por el camino para mirar, sentir, notar alguna cosa que el cuerpo no había captado. Las almas se paraban a veces durante una hora. Era necesario esperarlas. Parece tan obvio… Pertenecen a un mundo donde ya no vivimos lo invisible, pero si somos receptivos e interiorizamos hay cosas que podemos sentir sin ver. Hemos de volver a aprender a dejar vivir los estados anímicos. Si durante el día alguna cosa nos emociona, parémonos para dejarlo crecer en vez de rechazarlo por ser eficaces. ¿Y si es rabia o tristeza? Cuando alguna cosa no nos gusta, la primera reacción es de resistencia: nos enrabiamos, nos ponemos tristes, nos enfadamos…, la emoción que corresponda a esta contrariedad del ego. Aprendamos a dejar pasar esta emoción que nos tiraniza y a responder sin agresividad.
Posted on: Wed, 17 Jul 2013 14:00:22 +0000
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