UNA ESTRATEGIA GANADORA: Jesús enfrentó cada tentación del - TopicsExpress



          

UNA ESTRATEGIA GANADORA: Jesús enfrentó cada tentación del enemigo que nosotros enfrentamos pero ÉL venció estas tentaciones sin pecar. Puesto que Él entró en la arena de la guerra espiritual, Él entiende tus batallas y te fortalece: “No tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15). Puesto que emergió victorioso, tú también puedes ser un vencedor: “Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados” (Hebreos 2:18). Lee la historia de la muerte y resurrección de Jesús en (Mateo 26-28; Marcos 14-16; Lucas 22-24; Juan 18-21). La muerte y resurrección de Jesucristo fue la mayor confrontación que alguna vez ocurrió entre el poder de Satanás y el poder de Dios. Mediante la muerte de Jesús, Satanás pensó que había destruido el plan de Dios. Él había matado al único Hijo de Dios. Había destruido el Rey que había de reinar sobre el Reino de Dios. Pero Jesús dijo: “¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga?” (Mateo 26:53-54). “Respondió Jesús: —Mi Reino no es de este mundo; si mi Reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi Reino no es de aquí” (Juan 18:36). “Respondió Jesús: —Ninguna autoridad tendrías contra mí si no te fuera dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene” (Juan 19:11). Jesús no murió porque Su poder fuera menor que el del enemigo. Su muerte no terminó el plan para el Reino de Dios. No era el tiempo para que SU Reino visible se estableciera en el mundo. La muerte de Jesús cumplió el plan de Dios. Los hombres ahora pueden ser salvos del yugo del pecado y de la pena de la “muerte segunda” (separación eterna de Dios por causa del pecado). A pesar de lo grande que fue, la salvación del pecado no fue la única victoria ganada por Jesús mediante Su muerte en la cruz. Mediante Su muerte y resurrección, Jesús derrotó todo el poder del enemigo: “Por lo cual dice: Subiendo a lo alto [fue resucitado], llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres. Y eso de que «subió», ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo” (Efesios 4:8-10). “Y despojó a los principados y a las autoridades y los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz” (Colosenses 2:15). Jesús derrotó cada poder del enemigo, incluyendo la muerte. También juzgó a Satanás: “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo [Satanás] será echado fuera” (Juan 12:31). Jesús hizo un camino de salvación. Jesús derrotó a la muerte y a los principados y los poderes del enemigo. Restauró al hombre el dominio sobre todas las cosas. Pronunció juicio sobre Satanás el cual será cumplido en el futuro. Como has aprendido, la presente situación es similar a las condiciones que han existido en ciertos países en el mundo natural. Los poderes de las fuerzas rebeldes serán derrotadas por el gobierno. El líder rebelde será bajo juicio, pero aún está libre. Las fuerzas de resistencia bajo su dirección todavía pelean en la tierra. Jesús ha conquistado a Satanás y pronunció Su juicio. Pero Satanás está todavía libre y sus fuerzas de poderes demoníacos, la carne, y el mundo están todavía guerreando en la tierra. Tratan de controlar territorio que es legítimamente del Conquistador. Tratan de cegar a los hombres al hecho que Satanás ha sido derrotado y que está bajo juicio. Tratan de controlar los hogares, iglesias, y las naciones. Allí es donde la guerra del creyente entra en foco. Jesús ha derrotado al enemigo pero Satanás permanece libre en el mundo. Es nuestro objetivo abrir los ojos de los hombres y mujeres a su engaño y retomar el control del territorio que es legítimamente nuestro. Tu batalla personal continuará hasta que el juicio sobre Satanás sea ejecutado o hasta que partas para estar con Jesús mediante la muerte, lo que venga primero: “Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales” (Efesios 3:10).
Posted on: Tue, 02 Jul 2013 03:19:20 +0000

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