"Una Fábrica en La Luna" ( Visitologus ) "Desconocidos: ¿Qué - TopicsExpress



          

"Una Fábrica en La Luna" ( Visitologus ) "Desconocidos: ¿Qué sois? -me esperan el “cráter de las visiones” y la “fábrica”-. Hoy creo no haber tenido un buen día; me ha costado flotar y elevarme, y cuando lo he conseguido, he descendido de cabeza sobre esa zona que detesto. ¿O, ¡tal vez no!?. Noto actividad… De los interminables ventanales, -olvidados y rotos-, sale una nube -como de harina espolvoreada, o talco-, que se eleva formando un halo espectral alrededor de la “fábrica”. Hay días en los que parece no haber nada dentro, otros en cambio resuma de actividad, …viva o muerta, -pero actividad-. Y bien pensado, actividad rima con… ¿con qué rima actividad? Puede ser con ¿velocidad? Tal vez con ¿sociedad? ¡Que va! Actividad rima con…”radio”, -es lo suyo- “radiactividad”. ¡Ah! y esto a su vez rima con “mutabilidad”. Estoy flipando, -soy un “lunático-paranoico”-, lo cual me da licencia para decir lo que me dé la gana. Pero puede que lo que digo, no lo diga yo. Quizás lo que digo lo dicen “otros”, -incluso puede que lo digan mis múltiples “egos”-. En definitiva, yo mismo desde muchas perspectivas futuras; -estoy convencido-. Eso no quiere decir que pueda entrecruzar el hoy con el “más allá” tan fácilmente. Me pierdo; -me he vuelto a perder… ¡joder!-. Se me disparan los pensamientos y… salen y salen sin parar, ¡bah! ¿para qué privarlos de libertad? Ellos no desean privarme a mí de nada, -me refiero a los propios pensamientos- y no a esos que te implantan por norma general. Esos son de otros que tampoco se privan de “ná”, -los mismos que te cargan de leyes por la inestabilidad de unos pocos. No creo que tengamos que estar tan controlados, sin embargo los parámetros del futuro indican todo lo contrario. “Control, control y más control”, -no me gusta estar tan controlado-. ¿ De quién soy ? ¿ Cuánto valgo ? ¿ No es suficiente con ser persona ? -pues va a ser que no-. ¡Maldito juego! En fin, -que cada cabra cargue con su cabreo-. Recuerdo una ocasión… en la que me acerqué demasiado a los cimentos de la “fábrica”, -tanto-, que hasta pude oler las emanaciones que surgían de aquellos huecos vacíos desacristalados. Era un olor mohoso, hediondo y penetrante, -mi nariz no deseaba reconocer aquello-. Se quedaba a medio-inhalar -para no remitir el diagnóstico final-, rehusando desempeñar su llana tarea de identificación. Pero falló: -Descomposición de sustancias orgánicas inservibles. -Hervor a mezcla de estiércol con huevos fritos. -Sudor, mucho sudor, muchísimo sudor humano. -Hornada de pan y dulces transgénicos. -Dinero recalentado en “Bolsa”. -Bosques muertos humeando. -Pescado podrido frito con aceite requemado. -Y humo de coche viejo… ¡Y yo que sé que más…! Un montón de cosas a la vez, -que no eran de mi agrado en su conjunto unificado-. ¿ Qué era lo que producía aquel “perfume” gratuito ? Continué acercándome más y más hasta que unos golpecitos suaves me hicieron salir disparado nuevamente hacia mi. -Volví a mi “Mí”-… y como diría un avanzado aprendiz de filosofía intimista: -me quedé mirando fijo a ninguna parte-. ¿Qué hago aquí? –pregunté. -Tranquilo, ha llegado a su destino. Alguien me había dado unas sacudidas en el hombro para que despertara. ¿Estaba soñando? -pues… que sueño tan profundo- Un empleado de trenes me invitaba a dejar mi asiento y salir del vagón. ¿He llegado a mi destino? ¿Cuál es mi destino? -No lo recuerdo-. Subí por las escaleras automáticas junto a un montón de gente, -hasta la superficie-. Cada uno se desperdigó por donde quiso, menos yo. Hacía calor, demasiado calor. ¿A dónde voy? ¿Y por qué tengo que ir a alguna parte? -A lo mejor me esperan- ¿ y para qué me esperan ?. ¡Qué sentido tan ilógico hay en la espera cuando todo va… y todo sucede en un “pis-pas”! Naces y ya comienzas a morir; -parece que se tenga ganas de pasar deprisa-. Quizás no interesa el lugar y vamos “sobraos”. Otros en cambio no pierden el tiempo, -no lo malgastan ni en soñar-. Solo que “pasan” sin una preguntita que les haga sentirse vivos: todo cronometrado, todo exacto, preciso, -casi perfecto, son humanos robóticos-. De pequeños ya son mayores, y de mayores ya están muertos; -muertos que algún “dios” resucitará si cumplieron sus mandatos-. Es curioso que vidas así sean las que parecen disfrutar de los mejores beneplácitos mundanos. Pero un minuto de un condenado a muerte puede significar mucho más que toda la vida de un “robótico”; -de algún “robótico”- que por llegar puntual ya se siente realizado y feliz. ¡ Con lo que cuesta la felicidad..! -Regreso a mi presente, desencajándome de conceptos climatológicos y temporales del “mas allá”-. El calor en sus distintas variaciones termométricas no es mi fuerte y el cuerpo se dio cuenta de que el aparato del aire acondicionado quedó anclado al vagón, -para deleite de los nuevos viajeros-. Hace tiempo que el Sol se convirtió en protagonista, -en un verdugo- y nosotros en sus reos, tostándonos lentamente, -sin prisas-. Decidimos sin rechistar -por mayoría absoluta- abrir las ventanas de par en par al “Astro”, dejando que se dedicara -sin oposición- a recalentar cuanto encontraba en su camino. -Me resultaba sumamente familiar el tufillo que desprendía todo mi alrededor-. ¡Ah claro! Era pura coincidencia dimensional, -aunque parecía real-, tan real que no sé si ahora estoy soñando. ¿Cómo saberlo? Imposible dar dos pasos por la calle, -es agobiante-. El mismo hedor vaporoso -convertido en perfume de ciudad- aflora de las alcantarillas y flota por todas partes. Nadie sabe a qué huele una flor, -casi nadie está sano-. Nos obligaron a dejar de estar sanos. Algunos núcleos sociales protegen sus espacios aéreos con bóvedas energéticas que les resguardan de los rayos solares y de la elevada temperatura. Aquel famoso “paraguas” anti-misiles yanqui, no era otra cosa que la primera fase de un plan para proteger a determinadas urbes de lo que se cernía sobre nosotros. Pero no nos protegieron a todos, -éramos demasiados- y el proyecto de desarrollo de los “obreros robóticos mecanizados” estaba muy avanzado; -íbamos a sobrar un montón de gente-. Por supuesto la palabra “exterminio” no podía asomar por ningún lado. Fueron “cuatro” los diseñadores del “plan”, -¡ pero qué cuatro “cabrones”!- Unos auténticos hijos de puta mal paridos, que desde sus escondrijos daban órdenes cada vez más contaminantes y destructivas. Estos “clanes” se consideraban los portadores de la semilla del futuro de la humanidad: -de “La Nueva Civilización y El Gran Amanecer”-. Bajo esta visión, poco a poco fuimos cayendo, hasta que las cifras se situaron en los números estipulados. Pobre gente, -¡cómo nos la metieron!-. Sin embargo, la ciencia no estaba en disposición de izar la nueva verdad en esos momentos, y fue la “fe” de algunas religiones la que se encargó de ocultar los errores que presagiaban el desastre. Pero el peso de tanta incoherencia pudo más, y esta acabó enfrentándose a su propia naturaleza de incertidumbre divina. ¿Qué es la “fe” en un mundo que pierde la fe? -solo una quimera, un dios caído-. Únicamente las sociedades que pueden superar el umbral de los gobiernos maquiavelistas, consiguen transformar “los Mundos” sin despojar al hombre de su alma. Porque cuando falla la “fe”, debe quedar al menos integridad en las manos de quienes gobiernan. Desgraciadamente la ciencia humana -militarizada- se vio robusta y poderosa, y no dudó en aplastar a su hacedor -el “hombre finiquitado”-. La clase política, -los siervos del pueblo- tan serviciales y aprovechados -como siempre- tenían las maletas preparadas. Con la excusa del cansancio psicológico y la necesidad del reposo reparador, se fueron largando a sus “búnkeres” -con apariencia de chalecitos-. Cada día desaparecían más. Hasta el punto de que para encontrar a uno dispuesto a la entrega por sus conciudadanos, era prácticamente imposible. Andaban por las calles de sus residenciales “habitages” como vulgares tipos y tipas, mezclados entre la polución y el populacho votante -que ya no podía votar-. Era triste y se notaba esa ausencia. Los animadores que hacían de la Historia un cuento de interminables guerras y acuerdos de paz, ya no querían participar. Las guerras dejaron de existir -porque nadie las mandaba construir-. No eran necesarias. El micro-ondas galáctico ejercía de ejército, manteniendo al ecosistema en jaque constante, -sin tregua-. Al gigantesco asador se le unió lo que faltaba: el agua desmelenada campando a sus anchas, -surgiendo cuando menos se la esperaba y donde menos se necesitaba-. La carta te ofrecía: tostarte, ahogarte, freírte o hervirte, y las autoridades pretendían que no cayésemos en el pesimismo -¡no, que va!-. El “cráter de las visiones” es perfectamente lúcido y transparente, mostrando a quien se mete en él lo que las estrellas ya saben: -que el destino es inalterable-. Aspirar a variarlo supone tan magnífico esfuerzo que es preferible no intentarlo. Porque si movemos un dedo se mueve el Universo, y si parpadeamos parpadea él también. Querer rectificar equivaldría a recomenzar -una y otra vez- e iniciaríamos un continuo traqueteo sin apenas impulso, -que apenas serviría para algo-." (continúa...)
Posted on: Tue, 23 Jul 2013 08:33:21 +0000

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