Una fand mando su relato de infidelidad tengo 40 años de edad y - TopicsExpress



          

Una fand mando su relato de infidelidad tengo 40 años de edad y soy toda una mujer: plena, bonita, con un físico hermoso propio de la madurez y coqueta, muy coqueta. Tardó en aceptar hablarnos de su “situación” y lo hace pidiendo garantías de anonimato: se lo prometemos. Su voz es cristalina que sube de intensidad conforme nos narra. ¿Cómo fue la primera vez y con quien, si se puede saber? “Bueno, definitivamente no fue fácil, no. Fue con un hombre que conocí por azares del destino. Me gustó, lo seduje, lo conduje a donde yo quería. Y pues que cómo fue, pues no sé cómo decirlo, fue digamos, emocionante, muy emocionante; era una mezcla de miedo, reproche, carga de conciencia, no sé: es algo que no se puede explicar” ¿Fue una necesidad, falta de cariño, falta de atención por parte de su esposo? “No, no, nada de eso. Fíjate que hasta eso no fue falta de eso que dices. Mi esposo en ese sentido no me fallaba. Nunca me falló; yo con él siempre estuve digamos, satisfecha. En ese sentido siempre me cumplió, nunca me dio muestras de debilidad o algo así, siempre se mostró muy hombre” ¿Entonces…? “Pues creo que fue por curiosidad. Me llamaba la atención eso de entregarse a otro, de estar con alguien que no fuera tu pareja. A mi mis amigas me platicaban sus aventuras con otro y pues yo decía ¿cómo será eso de acostarse con alguien diferente? Porque has de saber que en estos tiempos ya muchas mujeres no son fieles a sus esposos o a sus parejas, no, yo creo que la mayoría de las mujeres ya tenemos nuestras aventuras al igual que ustedes los hombres” “Has de cuenta que empecé con mis fantasías casi luego que me casé. De principio pues una no tiene esos pensamientos, pero luego pues como que dices, ay, si otras pueden por qué yo no. A diferencia de ustedes los hombres que agarran parejo, a nosotras nos cuesta elegir o decidirnos por alguien y pues yo decía, ajá, pero con quién, cómo debe ser, qué debe tener o no debe tener o qué es lo que me debe llamar la atención… o simplemente cómo y por dónde empezar, cómo se le hace, pues” “… Yo creo que la mayoría de las mujeres y creo que todos ustedes los hombres tenemos fantasías. No sé ustedes, pero yo, cuando estaba en la intimidad con mi esposo tenía yo la idea de que no era él, sino que era X el que me estaba haciendo el amor. Primero, como te digo, pues es un X, luego conforme se te va despertando la inquietud o la idea o no sé cómo llamarlo, pues ya le pones nombre y rostro y cuerpo a ese ser” “Sí, pues así fue. Como que empecé a elegir, a seleccionar, como a ponerme de acuerdo conmigo misma respecto a cómo debía ser aquel… luego ya pasas a la etapa del quién sería de los que ya conoces o de los que reúnen los requisitos que te impusiste, y finalmente llegas a la etapa de cómo empezar, por dónde, en qué momento, qué argumentos habría que usar; en fin, es todo un show eso” ¿Así de fácil o, de complicado? “¡¡No!!, viene lo más duro: decidirse. Como te dije, yo lo seduje, yo le marque el caminito, le dije por dónde… ¿cómo? Pues una es mujer, o sea, coqueta por naturaleza; y ustedes los hombre no son tan idiotas para no darse cuenta. Así es que bueno, no le dije: oye, quiero acostarme contigo nomás porque sí, no, él me siguió el juego, entendió mis miradas, mis comentarios, mis insinuaciones, mis sonrisas; luego pues ya me dejé agarrar la mano, me dejé tocar digamos, algo atrevidamente” “¡¡Uy, Si supieras cómo fue el primer beso que me dio!! No manches, fue la locura; yo casi me desmayo, te lo juro, fue algo de locos: me temblaba todo el cuerpo, sudaba yo, se me caía la cara de vergüenza o de no sé qué… fue de locos, fue algo no sé, grandioso, emocionante, pecaminoso, rico… no sé” “Es una cascada en la que caes de forma inevitable y vertiginosa. Si bien en un principio un coqueteo o una insinuación nos llevaba al límite, el roce de las manos fue el siguiente paso, y de ahí ya no hay forma de pararlo; luego siguen las palabras bonitas, la conquista y el dejarse conquistar, algo así como el ataque sin defensa real, y como te digo: el primer beso prohibido, poro cruelmente emocionante es una de las culminaciones” “Bueno pues luego siguió, como te dije, el toqueteo. Eso es otro nivel supremo, si lo quieres ver así. Mira, la adrenalina se te desparrama por todo tu ser por lo que representa el saber que lo que estás haciendo no está bien, luego por el saber que te pueden descubrir, por el tamaño del atrevimiento oye, casi en público pero lleno de precauciones. Para cuando él llega a una caricia íntima, para cuando el enemigo ya te conquistó entonces estás ya rendida, ya no hay marcha atrás, dices: ¿qué puede estar prohibido si ya le permití llegar hasta mi parte de mujer?” “Pues sí, anda, es como si quisieras saber qué hay del otro lado, qué sigue, cómo será ese terreno conquistado o por acabar de conquistar. Ya no hay vuelta atrás. Si ya la regaste pues dices: la acabo de regar; si dices: eso es pecado pues dices: de una vez me voy al infierno, de una vez que me lleve el diablo; digo, ya empezó a llevarme ¡Pues de una buena vez que refunda a los infiernos” “Para cuando fuimos a un hotel él ya me conocía casi toda, sólo que nunca me había visto desnuda. Me llevó a uno que está por la vía corta a Puebla, muy bonito, por cierto, me gustó. Y allí pues pasó lo que no te voy a contar… ya te lo imaginas ¿no? Y fue pues, cómo te diré, pues mi sentencia a los infiernos o de otra forma… mi llegada al cielo; no sé” ¿Qué sigue, hasta dónde llegar, cuál es el límite? “Ah, bueno, pues ya se acabó; él es o era casado, su mujer se enteró y para evitar broncas pues se acabó; fue una aventura, de las más intensas, de las más locas, llena de emociones o de pecado o de delito o de goce carnal, de entrega, de temores, de satisfacciones, pero se acabó” “Pues mientras duró, que fueron ¡¡5 años nomás!!, mi doble vida era un tormento. Sabes que tienes que llegar a tu casa y disimular, tratar de ser y estar normal; eso es un suplicio… y pues luego la intimidad con el esposo, y fingir la entrega… en fin, los hijos, los papás de una, la familia de él. Has de cuenta que sientes que en cualquier momento te van a decir: ah, conque estas tenemos… y pues así fue hasta que se acabó” ¿Nunca alguien se dio cuenta, su esposo nuca sospechó siquiera? “Mira a diferencia de ustedes los hombres en eso de disimular nosotras somos mejores, y por mucho. Ustedes prácticamente van gritando: tengo otra, me acabo de acostar con alguien; no saben ocultarlo. Nosotras nos estaremos quemando por dentro, nos estarán llevando mil diablos, pero no demostramos nada” ¿Y de verdad se acabó todo, para nunca más? “Bueno, al menos con él sí, se acabó, para siempre… más adelante pues no sé, no me atrevo a asegurar nada. Ya el destino lo dirá” ¿Qué tan cierto es eso de que su situación sentimental, afectiva, de atenciones, de amor o desamor o de limitaciones económicas las orillan a la infidelidad? “Yo creo que sí influye en algunas mujeres. O al menos ese es el pretexto o la justificación de cada quien para llegar a eso. Dices: es que mi marido no me toca, es que mi marido no me da el gasto o es que ya no le intereso a mi esposo y por eso lo hago, pero yo creo que de alguna forma ese es el pretexto… una tiene sus fantasías y nosotras las mujeres también nos damos nuestras mañas, también podemos, también tenemos derecho ¿no?. En mi caso nada de eso paso: tengo un buen marido, que me atiende, me da lo necesario para vivir y como hombre pues, me cumple, pero las cosas pasan, simplemente pasan ¿me explico?” María habla convencida, segura. Es bonita, viste bien, luce bien. Es una mujer en plenitud, es el bocado anhelado por muchos, o al menos eso creemos. Se dice avergonzada pero no le creemos, más bien, parece satisfecha. (BLACK HEART)
Posted on: Thu, 01 Aug 2013 21:01:13 +0000

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