Vacua cumbre del Mercosur El Mercosur es como esas familias - TopicsExpress



          

Vacua cumbre del Mercosur El Mercosur es como esas familias desavenidas, cuyos miembros despliegan vacuas sonrisas forzadas cuando se encuentran de vez en cuando para algún cumpleaños o velatorio de un pariente. La cumbre de Montevideo no fue muy diferente. Los discursos cargados de buenas intenciones no ocultaron la improbabilidad de resultados prácticos, como viene sucediendo desde que este remedo de integración regional fue artificialmente lanzado al ruedo hace más de 20 años. Empezó como un acuerdo bilateral entre Argentina y Brasil al que Uruguay se coló a último momento, sin percibir que funcionaría mejor con el Cauce y el PEC que los unía separadamente con ambos grandes vecinos. Poco después se incorporó a Paraguay para darle un toque de familia regional a cuatro miembros con intereses disímiles y asimetrías irreconciliables. En esta última cumbre, el presidente Mujica le transfirió la presidencia semestral del bloque a su colega venezolano Nicolás Maduro, heredero del desastre y el desorden dejado por Hugo Chávez luego de una elección fundadamente sospechosa de ser fraudulenta. Al fallecido gobernante le debe el Mercosur sus más recientes dolencias, que se agregaron a las disidencias y al proteccionismo argentino-brasileño que mantienen paralizado al bloque regional. La insistencia de Chávez de incorporarse al Mercosur, como parte de sus intentos de proyectar a la región su socialismo de cuño cubano, se demoró varios años por la negativa del Senado paraguayo a ratificar el ingreso de Venezuela como socio pleno. Pero la destitución de Fernando Lugo de la presidencia paraguaya en un juicio político le dio la postergada oportunidad. Los presidentes de Argentina, Brasil y Paraguay, atraídos por la ayuda financiera y comercial venezolana, aprovecharon sin pudor jurídico el caso Lugo para suspender a Paraguay y colar subrepticiamente a la Venezuela de Chávez, donde el estado de derecho yace hecho trizas por el autoritarismo personalista del caudillo. El resultado fue que, en esta cumbre de Montevideo, la presidencia del bloque, que hubiera correspondido a Paraguay, pasó a Maduro. El presidente electo paraguayo, Horacio Cartes, ya anunció que cuando asuma en agosto rechazará la invitación mercosuriana a reingresar. Al margen de que mantenga o no esta posición, el caso paraguayo debilita aun más a un Mercosur que dentro del propio gobierno frenteamplista se reconoce como inoperante, aunque se lo siga ensalzando públicamente como ruta idónea al espejismo de un proceso inviable de integración. Aparte de la inocuidad, los opacos resultados de la cumbre incluyeron el desagravio a Evo Morales por las tribulaciones a que lo sometieron países europeos al negarle permiso para sobrevolar sus territorios, bajo sospecha de que el fugitivo funcionario estadounidense de inteligencia Edward Snowden podría ir de polizón en el avión del presidente boliviano desde Moscú a La Paz. Hubo también protestas sin futuro por el espionaje electrónico de Estados Unidos revelado por Snowden. Y se les agregaron la irrelevante incorporación de Guyana y Surinam como miembros asociados y, como es de estilo, los siempre ignorados compromisos presidenciales de mayor unidad. Demasiado poco para gobernantes que emplearían mejor su tiempo en solucionar los problemas más serios y urgentes que los apremian en sus países.
Posted on: Sun, 14 Jul 2013 12:17:57 +0000

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