Viajar a Perú, es una experiencia impactante. Perú no es el Machu Pichu, monumental ciudadela , descubierta en 1911 por un saqueador serial, Hiram Bingham, es ir al encuentro de la civilización Inca. Como cualquier viajero lo primero que debemos tener en cuenta es la moneda local-nuevo sol-con la cual nos deberemos desenvolver durante todo el recorrido por el fantástico Perú Andino; es decir, llevar dólares para cambiar por soles. En Julio la paridad era de 2,70 soles por dólar. Perú está bancarizado, podemos pagar con tarjeta de crédito y débito en el 80% de los negocios o locales que visitaremos. Lo que significa que –como en el caso nuestro- para unos quince días de viaje con unos pocos billetes dólares te alcanzan para comprar soles que te servirán para gastos menores-agua, chucherías, etc-. Nuestro viaje comenzó en Ezeiza-Lima. Un destino imprescindible para adentrarse en la cultura y poder ver “in situ” el choque de civilizaciones que produjo la conquista y colonización española. Fue fundada por francisco Pizarro en 1535, y alberga un tercio de la población peruana. Recorrimos parte importante de Lima, en medio de un caos organizado del tránsito vehicular. Atención para los que vayan con su propio auto; sigan la lógica de los demás conductores y no presten atención a semáforos que no se sabe bien que función cumplen en la Lima contemporánea. Mandan los agentes de tránsito, ellos dirigen en flujo vehicular. Así de simple, y nadie chocará contra otro bólido en las avenidas y callejuelas de la capital peruana. Si toman un taxi o remis para viajar, hay que regatear el precio. Nunca se paga lo que le dicen, siempre hay un precio más barato; y este medio de transporte es barato en Perú. Nos alojamos en el barrio de Miraflores, el barrio o distrito más pujante y de clase media de Lima. Ahí se encuentran todos los hoteles de la capital. La avenida Larco es una arteria comercial y que desemboca en el Paseo Larco en la costa del océano pacifíco. Se puede tomar café, recorrer negocios y almorzar con una hermosa vista del Pacífico; recomendamos lo que ellos llaman restorán buffet, es decir, un tenedor libre para nosotros. Es barato y podemos comer lo que queramos: desde ceviche o gazpacho de llama, comida chifá ( origen chino ) a una inmensa variedad de verduras, donde el producto estrella es el maíz, en sus mil variantes. En Lima recorrimos el barrio de San Isidro y Miraflores, la zona antigua en la Plaza de Armas y los museos del Oro (imperdible pero caro, es privado) y el Larco Herrera (privado) y el Arqueológico y antropológico.También visitamos el Centro Histórico, Iglesia y convento de San Francisco(famoso por sus catacumbas), el Santuaro de Santa Rosa de Lima, el Palacio de Gobierno, etc. La gastronomía es fascinante, encontramos cuatro grandes influencias muy marcadas: la criolla, la hispana, la japonesa y china. El plato estrella es el Ceviche(pescado crudo cortado en filetes y cocido en limón, cebolla y ají, acompañado de choclo y camote); la Causa rellena(papa amarilla, con ají molido, atún, pollo y verduras); la Parihuela( sopa de pescados y mariscos),la Mazamorra Morada ( dulce de harina de maíz morado con frutas frescas y secas), etc. El Pisco, bebida nacional, es un aguardiente de alto tenor alcohólico, al que se lo suele beber en un trago llamado “pisco sour”, famoso, al que se le agregan hielo, azúcar, limón y clara de huevo. Te lo sirven como aperitivo antes de comer y digestivo después de almorzar o cenar. Fueron incontables los pisco sour que bebimos en nuestro viaje, que junto al ceviche le ganaron por afano al resto de las comidas probadas en el cálido y agradable Perú. Después de dos intensos días de recorridas y visitas, abordamos el avión rumbo al Perú Serrano: El Cusco, la capital del imperio Inca. Pero eso será contado en nuestro próximo post…
Posted on: Sat, 03 Aug 2013 13:12:17 +0000
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