Y que las horas de este agosto vayan despacio, muy despacio. Tengo miedo a septiembre, a enfrentarme al día a día. Vivo sin rumbo, sin saber hacia donde mirar. No solo he perdido la amiga, se fue mi socia, con la que pasaba cada día escribiendo, inventándonos la vida. Intento buscar la calma, el norte, por eso le pido benevolencia a agosto. Mil gracias a mis amigos por no dejarme ni un segundo sola, gracias a los conocidos por vuestros cálidos abrazos, a los desconocidos por vuestra dulzura. A la policía, psicólogas, agentes de seguridad, camareros y señoras de la limpieza con los que me he cruzado estas horas interminables por vuestra sensibilidad. A Fernando Revuelta y su familia, por confiar en mí, el mejor regalo que me ha hecho la vida. A José Luís Martín Palacín por tu calma y hacerlo todo más fácil. Y a ti, Pilar Bugallo Varela por no soltar mi mano ni un segundo. Os lo debía.
Posted on: Fri, 02 Aug 2013 11:46:39 +0000