Y si todas las ramas del árbol no son iguales, tampoco lo fueron - TopicsExpress



          

Y si todas las ramas del árbol no son iguales, tampoco lo fueron los hijos de Don Antonio, un hombre al que 6 pequeños y una nación debieron la vida. Y el precursor, como le conocerá la posteridad, los amo a cada uno de ellos como a su Patria, y si bien Antonio, el tercero por designios de la naturaleza, fue el fiel escudero del padre y tal vez el favorito, héroe de la independencia por mérito propio, todos y cada uno tuvieron en su corazón un lugar. Las cartas, por ejemplo, que continuamente escribía el general desde los diferentes lugares a donde el infortunio de la prisión lo obligaba a vivir, dan cuenta de ello, en una de estas, enviada a Antonio hijo, de fecha 5 de junio de 1820 y desde Gibraltar, el padre previendo un pronto reencuentro dice: “¡Qué día, hijo mío, será éste para tu padre! Dios me lo ha de conceder” Un año más tarde el 21 de mayo de 1821 escribe a su hija Merceditas: “No, hija mía, todo lo contrario, cada día te quiero más” Pero Isabelita, su hijo menor, no fue menos afortunada y también experimentó el amor de su padre, como se lee en una misiva del 16 de noviembre de 1823: “No puedo escribir a todos a un mismo tiempo, y en la última a Mercedes te pongo media carta; pero para contentarte, y que veas que no eres la hija que menos quiero, mando” Y si bien los hijos mayores Gregorio y Francisco se mantuvieron más alejados del padre por ideas y distancia, se debe recordar que Gregorio fue realista desde siempre y que junto con Francisco se radicó en Cuba, existe evidencia que cuando les fue posible ayudaron a su padre, tal y como el mismo Precursor lo hace saber en la ya referida carta de Gibraltar: “De lo que recibí de Gregorito, y que economicé en la prisión, me he vestido y provisto de todo lo necesario” bdigital.unal.edu.co/8059/1/Archivo_Nari%C3%B1o.html#420c
Posted on: Fri, 16 Aug 2013 19:42:20 +0000

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