“Yo seré el Dios de ustedes y ustedes serán mi pueblo Los - TopicsExpress



          

“Yo seré el Dios de ustedes y ustedes serán mi pueblo Los capítulos 19 al 24 del Exodo cuentan el compromiso mutuo que hacen Dios y el pueblo de Israel. Dios se compromete a ayudarles siempre; y el pueblo se compromete a ser fiel a Dios en todo. Es un gran pacto de amistad firmado con sangre. En esta ocasión Dios hace de sí mismo una presentación solemne: “Yo soy Yavé, tu Dios, el que te sacó de Egipto, la tierra de la esclavitud” (Ex. 20, 2). Dios se presenta a aquella gente con el título más grande que tiene a sus ojos: su Libertador. Es el Dios que reveló su poder y su misericordia ayudándoles a salir de la cárcel de Egipto. “Ustedes mismos han visto cómo he tratado a los egipcios y cómo a ustedes los he llevado sobre alas de águila y los he traído hacia Mí” (Ex. 19, 4). Pero no bastó salir del país de la esclavitud. La libertad que quiere Dios para los hombres va mucho más lejos. No basta con salir de las garras de un sistema de gobierno explotador. Dios quiere ayudarles a libertarse también de la raíz de todos los males, que está dentro del hombre mismo: el egoísmo. Para conseguir esta liberación integral Dios hace un pacto solemne con su pueblo: “Si caminan según mis preceptos y guardan mis mandamientos poniéndolos en práctica, gozarán de prosperidad… Estableceré la paz en su país. Yo me inclinaré hacia ustedes… Viviré en medio de ustedes… Seré Dios de ustedes y ustedes serán mi pueblo. Yo soy Yavé, el Dios de ustedes, que los saqué del país de Egipto para que no fueran más esclavos, y los hice andar con la cabeza alta” (Lev. 26, 3-13). “Si escuchan atentamente mi voz y respetan mi Alianza, ustedes serán mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Haré de ustedes un pueblo de sacerdotes y una nación que me es consagrada” (Ex. 19, 5-6). El pueblo entero se comprometió a cumplir este pacto de amistad con Dios: “Haremos todo lo que Dios ha mandado” (Ex. 19, 8). El designio de Dios es hacer de los israelitas una inmensa familia de hijos santificados y capaces de acercarse a El con confianza y amor. Dios quiere tener un pueblo abierto a ese inmenso poder del Amor que viene de El. Si el pueblo cumple su voluntad, algo de la potencia de Dios pasará a él e irá transformando al mundo. Esta Alianza fue experimentada como un hecho, antes de ser expresada por medio de leyes concretas. El primero de los Mandamientos de Dios expresa la condición imprescindible para poder vivir la Alianza: “No tendrás otros dioses fuera de Mí” (Ex. 20, 3). La idolatría es fuente de innumerables males en el mundo. Con demasiada frecuencia nos gusta adorar como a Dios a las obras de nuestras manos o nuestros caprichos, nuestra comodidad, nuestro egoísmo. Ponemos como centro de la vida el “tener más” y no el ser personas más honradas, más cultas o más unidas, tal como Dios quiere. Dios es el eje; si no está en el centro, todo funciona mal. Poner a Dios como centro, en el fondo es ponernos a nosotros mismos también como centro; pero en todo lo más noble que Dios ha puesto en nosotros que no es sino un reflejo de El mismo. Si Dios es el eje de nuestra vida, seremos cada vez más como El, o sea, cada vez más señores del mundo y cada vez más hermanos. El pacto sellado entre Dios y su pueblo es un pacto de hermandad. Ellos reconocen a Dios por Padre, y por consiguiente, se reconocen también ellos hermanos entre sí. Por eso se comprometen a respetarse y a ayudarse unos a otros en todo. Los “Diez Mandamientos de la Ley de Dios” son un resumen de aquel pacto de amistad.
Posted on: Sat, 31 Aug 2013 09:39:04 +0000

Trending Topics



69069919">Ouvimos e falamos muito sobre o amor, sobre o seu significado, sua

Recently Viewed Topics




© 2015