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introducción Esta historia comienza en una ciudad pequeña, de una provincia francesa muy hermosa, llena de arroyos y arboles verdes, que con el pasado vivía, sin tanta tecnología subsistía en un bélico y ridículo mundo, no muchos salían del lugar por la paz y tranquilidad. Fundada por Joseph Handel, gran investigador ingles con una gran aventura que contar, sin embargo será contada en otro momento. La ciudad, siendo de lengua inglesa ya viniendo del valeroso Handel, no era muy famosa entre todas las demás ciudades, provincias y pueblos franceses. La historia Americana, Alemana e inglesa fueron traídas al pueblo para gozo y no temor. Llena de cosas interesantes, comercios y calles hermosas y limpias donde se vendía de todo, incluido cosas que en algún tiempo eran vulgares, aburridas y modernas transformadas en algo hermoso, simple, atractivo y de buen gusto. Un pequeño pueblo donde la moda es inocua y no hay prejuicios para el habitador, solo buen gusto y comodidad. La tasa de natalidad y mortalidad no era algo de qué preocuparse, nadie enfermaba, y si así era no era más que un pequeño resfriado. Todos en el lugar tenían empleos en tiendas pequeñas o en agricultura, como es la famosa Francia en su agricultura clásica, cultivaban trigo, tenían vacas y cabras para sus productos lácteos, criaban cerdos para la venta de su carne, también cultivaban y producían vino para el pueblo, raro es decir que toda la mercancía no salía del pueblo ya que toda Francia no sabía al respecto de todos los ingleses, franceses, alemanes y algunos americanos que ya habitaban en tan cómodo lugar. En todo el pueblo se era tradicional leer casi siempre, todo el tiempo por las calles se podía observar la gente leyendo, estuviese lloviendo o no. Se leían obras clásicas de Victor Hugo, Antoine de Saint-Exupéry , Julio Verne, Alexandre Dumas y muchos otros grandes escritores Franceses, Ingleses y Americanos.. Se apreciaba el arte de también grandes artistas como Alberto Durero, Lucas Cranach, Claudio de Lorena, Thomas Gainsborough, Salvador Dalí, Pablo Picasso, y muchos más grandes artistas. La ciudad tenia distintas calles perdidas en hermosa lluvia y agua, rayos de sol, que eran de un ladrillo gris fresco y obscuro y a la vez claro. Edificios de colores opacos resaltando así la hermosura del día, noche, atardecer y demás. Ventanas redondas, cuadradas, rectangulares y de diferentes tamaños en todas las casas, edificios y puestos de comercios. Por las noches hay fiestas en salones, en las calles, llenas de música de la vieja Francia, celebrando en carnavales, fiestas, posadas y cumpleaños, a veces solo por diversión, quitando fatiga, a veces inexistente, de los residentes alegres y divertidos. Este hermoso y queridísimo lugar mío no solía ser así. Era un lugar lleno de horror, crimen y miseria que se tragaba al pobre e inocente hombre que habitaba en este lugar que en aquel tiempo solo eran secas montañas llenas de tormentas. Les contare un relato de unos amigos que ya me contaron hace años, del que me acuerdo poco, pero aseguro y confíen en que no inventare nada, mis buenos amigos. Nuestra historia comienza de varios modos, no recuerdo bien. En el año 1889, un joven pintor y artista francés, llamado Valentino, se topa con esta gran ciudad, se queda en ella pues no cree en las casualidades, no, el estaba seguro de que esa ciudad era más que tan solo una piedra en el camino. Se quedo por varios años cuando conoció a una joven poeta, una clara belleza que se encontró por el lago de la plaza, de una piel clara y sonrisa risueña, misteriosa con un fleco castaño que tapaba su verdadera identidad y ojos como arena ardiente. Al instante callo enamorado de la joven de vestido blanco que, sin saber de su presencia, se marcho a casa. El joven pasaba las noches sin dormir pensando en su enamorada, viviendo la esperanza blanca y azul cuando entonces, esa misma noche, se decidió en ir en busca de su amada. Salió de su casa y decidido se dirigió hacia por donde por primera vez la vio. Sin embargo, la chica no se encontraba ahí, ni había rastro de ella. -Mala idea fue salir a esas horas de la noche por una chica que sin más ni le conoce- Dijo su joven amigo Emile, quien lo acompaño después de rogarle y decirle que había conocido a una joven princesa. -Ni hablar, Emile, que tienes toda la razón. No sé cómo pude pensar en tan tonta idea.-Dijo el Joven enamorado. -No se angustie, buen hombre, que si es tan hermosa como usted dice, si usted está torpemente enamorado de ella, será el resplandor se su eterna vida.- Dice Emile con una sonrisa risueña mirándolo con esperanza. -Me alegra haberte traído, Emile, eres una hermosa compañía. Tienes toda la razón, buen hombre, que sin más te doy una gratitud por haber dicho tan hermosas palabras.-Dijo el joven. -Con tanta sinceridad le puedo dedicar mis mejores deseos. Me voy a la cama. Usted puede seguir buscando mañana, el amor nunca desaparece si no se reprime o se destruye, lo cual es imposible. -Ve a la cama, Emile, yo seguiré buscando a mi hermosa mujer. Emile entonces se fue y le grito desde muy lejos -Oh, valeroso guerrero, que con nada más que tu valiente corazón has conseguido domar a la bestia más temible de todas las tierras, quien no es un gigante, y si lo fuera seria más temible que Goliat y que cualquier titán. No, esta bestia es hermosa, sin más ser una bestia si no una pobre incomprendida, de tierra santa y traída por Dios. Poderosa como un sable de doble filo y hermosa como una diosa, que es la vida y sin vida no vive, así pues, la has domado y te das cuenta de que no te dejara hasta la muerte, que ya en ella podrás disfrutar mayormente de la misma vida ya domada, que si no lo haces desaprovechado eres y de ningun modo abras sido el hombre, si no hombre que no sueña, sin vivir no se sueña y si no se sueña no se vive. ¡No huyas ni corras de esta gran bestia que te atrapara! por mas buena que sea domarla deberás y luego así soñaras el vivir. Sin más, Emile, el muchacho más sabio que eh conocido se fue dejándole a el joven Valentino una frase hermosa de valor para él. El joven enamorado, con lágrimas de alegría por su joven y preciado amigo dijo en silencio: -Emile, buen amigo, eh encontrado a mi vida. El joven enamorado entonces vio un pequeño cuaderno en el piso de la plaza, era de cuero café y decía: ¨Propiedad de Hanna B.S, si usted encuentra este objeto favor de regresarlo a su dueño…¨ Decía algo más pero el fango y la tierra había manchado la tinta negra con la que estaba escrito eso. El joven fue tan rápido como pudo a donde su buen amigo Emile. -¡Emile, abre que tengo buenas nuevas!- Dijo el Joven con una voz alegre -Me zumban los oídos…-Dijo Emile con cansancio.- ¿Qué es lo que acontece? -Muy buenas nuevas, eh encontrado algo que yo espero sea suyo y con todo valor pueda devolvérselo. -No habrás ido hasta su casa a robarle algo, ¿Verdad?-Dice Emile muy intrigado -Claro que no, Emile, lo eh encontrado en la plaza.-Dice el joven con aliento alegre. Después de la cena, el joven y su compañero utilizaron trapos y mas utensilios de limpieza para quitar la tierra, después de un rato ya había más que leer: …En dirección 270398 de la calle Howard Menken¨ Entonces, Emile y el joven Valentino esperaron hasta el amanecer para salir. Fueron a la plaza y se encontraron con la joven Hanna, quien en ese momento, preocupada, buscaba su cuadernito. No se imaginan, amigos, lo nervioso, tenso que estaba el joven, por alguna razón estaba enamoradísimo de aquella chica, no puede ni siquiera el explicárselo. -Emile, compañero, a llegado un momento decisivo. No sabes cómo retumba mi corazón- Dice muy feliz, casi llorando, temiendo. -Entonces, amigo, anda- Dice Emile. -¿Y que tal si me rechaza? Emile, no puedo vivir con eso.- Dice muy pensativo. -Mejor eso a que jamás lo hubieses intentado- Dice Emile confiado.- Anda, que la chica de tus sueños te espera. Tomo aire y luego lo expiro, su corazón latía como un motor, el cual temía que se apagara al ser rechazado, pero las palabras de Emile le dieron tremendo valor. Se acerco hacia la chica, cubierta de sus largos cabellos. -¿Está buscando algo, señorita?- Dice el joven, muy nervioso pero con una voz confiada. -Sí, pero ¿Quién eres tú?-Dice desconfiada, descubriendo sus ojos de su cabello lacio, moviendo su fleco dentro de su gorra “Gatsby”. Al ver fijamente los ojos de aquella muchacha, el joven Valentino quedo helado, pálido, no podía moverse y si hablaba sabía que solo diría disparates y tonterías. -Y-yo soy Valentino- Dice tartamudeando muy nerviosos- Y vengo a devolverte el objeto que has perdido- Dice dándole su cuadernito. La chica sonríe y toma suavemente su cuaderno de las manos de Valentino. -Pues muchas gracias- Dice muy sonrojada, mirando hacia los ojos de nuestro joven enamorado- Valentino. -Bueno, señorita, espero tener la suerte de ver tan bello rostro algún día- Dice nuestro enamorado- Por lo pronto, me despido. Alejándose solo puede ver hacia enfrente, donde discretamente Emile levanta el pulgar riendo. -Hey- El joven voltea, Hanna sigue parada donde mismo, sonriendo con su cuadernito en sus manos.- ¿No quiere acompañarme por un café? -Vladimir.
Posted on: Wed, 02 Oct 2013 02:29:23 +0000

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