martes 25 Junio 2013 Martes de la duodécima semana del tiempo - TopicsExpress



          

martes 25 Junio 2013 Martes de la duodécima semana del tiempo ordinario San Máximo de Torino Leer el comentario del Evangelio por Beato Juan Pablo II : “Tratad a los demás como queráis que ellos os traten a vosotros...” Génesis 13,2.5-18. Abram era muy rico, pues tenía animales, plata y oro. También Lot, que iba con Abram, tenía rebaños, vacas y tiendas. La tierra ya no les permitía vivir en un mismo lugar, pues sus rebaños eran demasiado grandes como para que estuvieran juntos. Hubo una pelea entre los pastores del rebaño de Abram y los de Lot. (Los cananeos y los fereceos habitaban en el país en aquel tiempo). Así pues, Abram le dijo a Lot: «Mira, es mejor que no haya peleas entre nosotros, ni entre mis pastores y los tuyos, ya que somos hermanos. ¿No tienes todo el país ante ti? Pues bien, separémonos. Si tú te vas por la izquierda, yo me iré por la derecha. Y si tú te vas por la derecha, yo tomaré la izquierda.» Lot echó una mirada y vio la vega del Jordán: ¡todo era de regadío! Pues antes de que Yavé destruyera Sodoma y Gomorra, era como un jardín de Yavé, como el país de Egipto viniendo de Soar. Lot eligió para sí todo el valle del Jordán, y se trasladó al oriente. Así se separaron el uno del otro. Abram se estableció en Canaán, y Lot en las ciudades del valle, llevando sus tiendas desde allí hasta Sodoma. Los habitantes de Sodoma eran malos y pecadores ante Yavé. Yavé dijo a Abram, después que Lot se separó de él: «Levanta tus ojos y mira desde el lugar en que estás hacia el norte, el sur, el oriente y el poniente. Pues bien, toda la tierra que ves, te la voy a dar a ti y a tu descendencia para siempre. Multiplicaré tu descendencia como el polvo de la tierra, de tal manera, que si se pudiera contar el polvo de la tierra, también se podría contar tu descendencia. Levántate, recorre el país a lo largo y a lo ancho, pues te lo voy a dar a ti.» Abram entonces levantó sus tiendas y fue a establecerse junto a los árboles de Mambré, en Hebrón. Allí edificó un altar a Yavé. Salmo 15(14),2-3a.3bc-4ab.5. El que es irreprochable y actúa con justicia, el que dice la verdad de corazón y no forja calumnias; el que no daña a su hermano ni al prójimo molesta con agravios; pero honra a los que temen al Señor; y si bien al jurar se perjudicó, no se retracta de lo que ha dicho; el que no presta dinero a interés ni acepta sobornos para perjudicar al inocente. Quien obra así jamás vacilará. Mateo 7,6.12-14. No den lo que es santo a los perros, ni echen sus perlas a los cerdos, pues podrían pisotearlas y después se volverían contra ustedes para destrozarlos. Todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos: ahí está toda la Ley y los Profetas. Entren por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que conduce a la ruina, y son muchos los que pasan por él. Pero ¡qué angosta es la puerta y qué escabroso el camino que conduce a la salvación! y qué pocos son los que lo encuentran. Extraído de la Biblia Latinoamericana. Leer el comentario del Evangelio por : Beato Juan Pablo II (1920-2005), papa Mensaje para la Jornada mundial de la Paz, 2002, § 6-8 (trad. © copyright Libreria Editrice Vaticana) “Tratad a los demás como queráis que ellos os traten a vosotros...” Aquel que mata en actos terroristas, alimenta en su interior el desprecio por la humanidad, dando pruebas de la desesperanza de cara a la vida y al futuro. Ante esta perspectiva, todo puede ser odiado y destruido. El terrorista cree que la verdad que sostiene o el sufrimiento padecido son tan absolutos que le es legítimo reaccionar destruyendo incluso vidas humanas inocentes... La violencia terrorista...es totalmente contraria a la fe en Cristo Jesús que enseñó a sus discípulos esta oración: “Perdónanos nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Mt 6,12)... En realidad, el perdón es ante todo una decisión personal, una opción del corazón en contra del instinto espontáneo de pagar mal por mal. Esta opción encuentra su elemento de comparación en el amor de Dios que nos acoge a pesar de nuestros pecados, y su modelo supremo es el perdón de Cristo que oró así en la cruz: “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34). El perdón tiene, pues, una raíz y una medida divinas. Pero esto no excluye que se pueda encontrar el valor del perdón a la luz de consideraciones fundadas sobre el buen sentir humano. La primera de estas consideraciones concierne a la experiencia vivida interiormente por todo ser humano cuando comete el mal. Se da cuenta entonces de su fragilidad y desea que los otros sean indulgentes con él. ¿Porqué, entonces, no actuar de la misma manera de cara a los demás? Todo ser humano alimenta en su interior la esperanza de poder comenzar de nuevo, de iniciar un período de vida nueva, y no quedar para siempre prisionero de sus errores y de sus faltas. Cada ser humano sueña con poder mirar hacia el futuro con esperanza, descubrir que hay siempre una nueva posibilidad de tener confianza y de comprometerse en el bien.
Posted on: Tue, 25 Jun 2013 12:21:37 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015