»Éste es mi siervo, a quien sostengo, mi escogido, en quien me deleito; sobre él he puesto mi Espíritu, y llevará *justicia a las naciones. No clamará, ni gritará, ni alzará su voz por las calles. No acabará de romper la caña quebrada, ni apagará la mecha que apenas arde. Con fidelidad hará justicia; no vacilará ni se desanimará hasta implantar la justicia en la tierra. Las costas lejanas esperan su enseñanza.» (NVI IS. 42:1-4) En una sociedad donde la justicia es injusta, parcial, a veces ausente, y otras veces hasta cruel hace falta un Juez, Siervo con el Espiritu del Dios altisimo que no se desanime y ni se fatigue. Si lo necesitas se llama JESUCRISTO.
Posted on: Mon, 24 Jun 2013 21:05:10 +0000
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