A TODAS LAS NACIONES. Por tanto, id y haced discípulos a todas - TopicsExpress



          

A TODAS LAS NACIONES. Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Mateo 28.19 Hemos estado ocupados en meditar sobre las últimas instrucciones de Cristo a sus discípulos, las que trazaron los objetivos y las metas para el camino que les quedaba por recorrer en los años venideros. En su expresión más sencilla, la Gran Comisión mandaba a los discípulos a repetir, una y otra vez, el mismo modelo que habían vivido con Jesucristo. En este sentido el mandamiento es extremadamente simple, pues de todos los encargos que se nos pueden dar, el más fácil de cumplir es el de, simplemente, repetir con otros las experiencias que nos han tocado vivir a nosotros. Como parte de esa tarea, Cristo señaló a quiénes apuntaba este proyecto: «todas las naciones». Esta exhortación, al igual que todas las enseñanzas de Jesús, está perfectamente alineada con el espíritu del Antiguo Testamento. En los orígenes, cuando Jehová habló con Abraham, le describió claramente su plan: «haré de ti una nación grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra» (Gn 12.2–3). Dios levantaba para sí una nación no solamente porque quería tener comunión con ella, sino también porque deseaba que esta fuera un instrumento para tocar a todos los pueblos de la tierra, para que fuera, en las palabras del profeta Isaías, «por luz de las naciones» (Is 42.6). Jesús les recuerda a los suyos que deben hacer discípulos de todas las naciones. La palabra «naciones», en el griego, viene del término «etnia». El término etnia aclara que Cristo no estaba pensando en las divisiones políticas por las cuales denominamos a grupos humanos «naciones», sino en esos conjuntos de personas que comparten en común una misma cultura, un mismo idioma y una misma historia. Desde esta perspectiva, existen sobre la tierra muchas más etnias que naciones. Cada una de ellas debe tener acceso al evangelio, que son las buenas nuevas de Dios. Es en la increíble amplitud de este objetivo que vemos el extraordinario amor de nuestro Dios. Abarca no solamente a todas las personas de nuestra propia cultura, sino también a las más disímiles a la nuestra. No debemos limitarnos a aquellos que viven y piensan como nosotros. Nuestra misión es llegar a aquellos con vidas enteramente diferentes a las nuestras. Estos también deben enterarse que son atesorados por el Dios que hizo los cielos y la tierra. Para pensar: ¿Qué cosas hacen en su congregación para llegar a otros grupos étnicos diferentes al suyo? ¿Cuánto esfuerzo dedican a orar y promocionar la obra en otras partes de la tierra? ¿Cómo puede cultivar una visión más global del ministerio? Shaw, C. (2005). Alza tus ojos. San José, Costa Rica, Centroamérica: Desarrollo Cristiano Internacional.
Posted on: Sun, 14 Jul 2013 21:16:23 +0000

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