ASÍ ES LA ARGENTINA, POR OTRA PARTE. Cuando yo vivía en Alemania, un colega de la facultad, cuya hija estaba afectada de forma terminal por una rara enfermedad, me pidió por teléfono con total urgencia que le consiguiera en Alemania talidomida, un remedio que en la década de los sesenta fue responsable en Europa de multitud de malforciones en nacimientos, pero que se utilizaba exitosamente para el tratamiento de tan rara enfermedad. Como era un medicamento especial, al estar prohibido para otros usos, se distribuía gratuitamente para este tratamiento. Fui a mi farmacia habitual, expliqué el problema, me trataron con seriedad, en menos de 24 horas tenía una lata del tamaño de una caja de galletas que equivalía al tratamiento de un año. Inmediatamente fui a Lufthansa, en donde recibieron la encomienda, con el número de teléfono y la dirección de mi colega, y me aseguraron que la llevaría el comandante de a bordo en su maleta para que no hubiera problemas con la aduana argentina. En menos de 48 horas tendría que estar el medicamento en Buenos Aires, y con suerte, en tres días en manos de la persona necesitada. Cuando volví a Argentina, mi colega me invitó a cenar. Él y su familia estaban destruídos por la muerte, un par de años atrás, de su querida hija. El remedio le había llegado 45 días después de su envío.
Posted on: Fri, 13 Sep 2013 00:12:17 +0000
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