Aunque parezca mentira, hoy hace 11 años que Angela se nos fue. Tranquila a disfrutar de la Paz que se merece, de la felicidad sin fin, del arrobo continuo. ¿Si la extraño? ¡Como!!!!. Conoció a mis hijos, pero no los vio crecer. A mi se me presenta siempre, deambulando por la casa, en las cosas que le gustaron, en esa marca interna que imprimió, no se si queriendo o no, pero de la que no puedo escapar. En las canas (¡¡¡prematuras!!!) en los juanetes, en lo gordos dedos de las manos.... Y claro, en la humildad de Daniel, en el afán de guardar "cositas" de José, en la constancia de Lucía, en la dedicación en la cocina de María Adela...y como dice una poetisa ..."la sombra de mi vieja en el jardín". Pero no está para darle un abrazo, ni para cebarme mate, ni para rezongar, y el granito frío donde pongo flores no me consuela, y las lágrimas no bastan. Las misas son apenas un recuerdo que nos quiere acercar la realidad que ella ya tiene. Ante la realidad de la ausencia, el vacío queda,el dolor se amortigua y el recuerdo se depura. Tendríamos tanto de que hablar...
Posted on: Thu, 04 Jul 2013 12:34:46 +0000
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