COLUMNA INSPIRATE DEL PERIODICO ZOCALO SALTILLO DEL 23 AGOSTO - TopicsExpress



          

COLUMNA INSPIRATE DEL PERIODICO ZOCALO SALTILLO DEL 23 AGOSTO 2011. DIRIGIDA POR Víctor del Rosal Ahumada DIBUJANDO UN SUEÑO (Parte 1 de 2) Hace unos días recibí en mi correo electrónico un mensaje de esos que alegran el corazón. Fue enviado por Sergio R. Fernández Camacho, lector de esta columna. Él nos comparte en primera persona las siguientes líneas: Soy uno de sus “cuatro o cinco lectores” a quien amablemente ha convocado para compartir “buenas noticias”. Apenas terminé de leer su columna del sábado 21 de agosto, quise compartir con usted la conmovedora historia de mi padre, Álvaro Fernández Zavala, la cual está llena de fe, optimismo y entusiasmo por el trabajo. Espero la considere digna de ser publicada en su columna. Mi padre va a cumplir próximamente 80 años. Durante sus años mozos fue un dibujante experto de aquella época en que las historietas eran consideradas como parte de la educación familiar. Dibujó los primeros números de Kalimán, el cual se convirtió en todo un clásico. Formó parte del cuerpo de dibujantes del famoso “Lágrimas y Risas” que escribía la brillante Yolanda Vargas Dulché; realizó los fotomontajes de la revista del Santo, el Enmascarado de Plata; durante muchos años dibujó la revista “Muertes Trágicas”, donde se relataba la vida y obra de personajes históricos. También dibujó la revista “Novelas Inmortales”, que marcó todo un hito en México al hacer asequible a la población las grandes obras de importantes escritores mundiales… en fin, sería largo enumerar tantas historietas y libros que ilustró con maestría durante tantos años. Basten estos ejemplos para darse una idea de la cantidad de dibujos que realizó a lo largo de su vida. En 1982 mi padre, y parte de su familia, se afincó en el bello estado de Coahuila y una vez que llegó a Saltillo, jamás volvió a salir de allí. Fue tanta la paz y la tranquilidad que encontró, que decidió retirarse de lo que más amaba, el dibujo, porque seguir ilustrando implicaba viajar seguido a México y dejar a su familia “desprotegida”. Así que, para mantener a su numerosa prole, decidió abrir (junto con mi madre), un negocio de comida para llevar, por los rumbos del fraccionamiento Urdiñola. Por primera vez, los saltillenses probaron la milanesa de res empanizada, los frijoles negros con epazote, los peneques y demás delicias culinarias que en aquel entonces eran una rareza en el norte. Fue tal su éxito que tuvo que cerrar el negocio porque decía que “su viejita trabajaba mucho” y él no iba a exponerla a pescar una enfermedad por cansancio. Ese era amor del bueno. Preferia a su mujer sana que vivir cómodamente. Junto con tres de sus ocho hijos, se decidió por abrir un “súper” por los rumbos de Rancho de Peña. Fue el primer negocio de su tipo por aquellos lares. Se llamaba “Súper Plaza”. Durante casi 20 años mi familia y mi padre hicieron de ese súper un centro de reunión “familiar”, si entendemos que los clientes pasaron a formar parte de aquella familia, pues todo mundo llegaba al lugar, además de realizar alguna compra, a fumarse un cigarrito, a platicar de las cosas del día, a echarse un refresquito, a desestresarse, pues. Fue una época muy bella. Sin embargo, la tan mentada crisis, las cuentas estratosféricas de la luz y las grandes cadenas mercantiles que se instalaron en las cercanías, más pronto que tarde hicieron inviable el negocio y, con todo el dolor de su corazón, mi padre tuvo que cerrar una parte de su vida. (Continúa mañana...). Dibujando un sueño (Parte 2 de 2) De buenas a primeras y a sus 75 años, mi progenitor y mi madre se quedaron de pronto sin trabajo y sin sustento. Algunos de sus hijos, que vivían en Zacatecas, Cuernavaca, Chihuahua y el Distrito Federal, les propusieron irse a vivir con ellos pero ya para entonces, el amor por Saltillo les había entrado hasta el tuétano y jamás quisieron abandonarlo. Mi padre tampoco quiso aceptar ayuda de sus ocho hijos, ni de sus 18 nietos (sus 15 bisnietos son muy chicos para ayudarlo, pero tampoco les hubiera aceptado nada). En cambio con sus ahorros, adaptó una parte de su casa en la Col. Fundadores e hizo un local donde puso una papelería, la cual atiende mi madre hasta la fecha. Pero las ventas no han resultado todo lo que él esperaba, así que, decidido, desempolvó su viejo restirador, sus pinceles y pinturas y se dedicó a lo que tanto amó y que por muchos años abandonó muy a su pesar: el dibujo. Comenzó a pintar cuadros con la firme ilusión de venderlos y aliviar un poco su precaria situación económica. Y las pinturas han resultado toda una revelación: de su pincel han salido toreros, vaqueros, paisajes, barcos piratas, etcétera, tan bien logrados y tan impactantes que todos nos hemos quedado con el ojo cuadrado: ¿cómo es que a sus casi 80 años, con la vista cansada y la mano temblorosa pueda realizar tales obras maestras? No nos lo explicamos. Mi padre, terco como es, ha tocado puertas, buscando no una dádiva ni una caridad, sino la manera de armar una exposición para poder vender sus obras. Hasta hoy nadie ha escuchado sus peticiones, pero él tiene la firme idea de que más tarde que temprano logrará realizar ese largo sueño tan anhelado. Creo que mi padre es un ejemplo del saltillense (él se siente saltillense después de casi 30 años de vivir aquí) trabajador, honesto, decente y orgulloso de su ciudad (apenas el sábado pasado le pidió a mi hermana que lo llevara a dar un paseo por los “puentes”, pues quería ver lo que la ciudad ha cambiado y le pareció bellísima). Lo poco o mucho que tiene, lo ha logrado con el sudor de su frente y vaya que jamás ha sido esta frase tan bien empleada. Gracias por darme la oportunidad de presumir un poco a mi padre. Aquí concluye el relato por parte de Sergio, hijo de don Álvaro Fernández, que demuestra que ni la edad, ni las vicisitudes de la vida han podido frenar la creatividad ni los sueños de su padre, por el contrario pareciera que le sirven de aliento. Sirva pues este espacio para reconocer la larga trayectoria de don Álvaro y para inspirar a más coahuilenses a seguir su ejemplo de vida, de vocación, entusiasmo y amor por su tierra. ¡Enhorabuena! LAMENTABLEMENTE JUSTO UN MES DESPUES DE PUBLICADA ESTA RESEÑA EN EL PERIODICO ZOCALO DE SALTILLO, MI PADRE FALLECIO. HOY SE CUMPLEN DOS AÑOS. VAYA UN ABRAZO SINCERO A TODOS MIS HERMANOS Y SOBRINOS QUE TUVIERON EL PRIVILEGIO DE CONVIVIR CON UN PERSONAJE TAN INTERESANTE. HOY TODAVIA SE LE EXTRAÑA AL BUEN SR. ZAVALA.
Posted on: Mon, 23 Sep 2013 16:11:14 +0000

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