CUARTO MENSAJE COMUNICACIÓN DE LA RELIGIOSA - TopicsExpress



          

CUARTO MENSAJE COMUNICACIÓN DE LA RELIGIOSA PORTAVOZ. México, D. F. abril 8 de 1969. 8 de abril de 1969. Me han pedido que enumere lo que últimamente he recibido de Nuestro Señor y así lo vengo a hacer, por considerar que es para su mayor gloria. Hago constar que desde muchos años atrás, hiendo yo niña todavía, Jesús me hablaba mucho y desde entonces me decía de un ARDIENTE DESEO DE SU CORAZÓN, que consistía en que se fundara en México una Orden Religiosa del DESAGRAVIO. Que se la había pedido a varias almas pero no se la daban y que esa Orden Religiosa tenía relación muy estrecha con sus planes de salvación para las almas y que debería hacerse la fundación solemnemente en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, por mandato expreso del Papa. Sobre esta Orden me instruyó mucho. También me ha hablado sobre sus planes para preparar el fin de los tiempos, asegurándome que una de las cosas principales debe ser esa misma Orden Religiosa del Desagravio que debe tener las dos ramas; la femenina más contemplativa que activa y la masculina, más activa que contemplativa, pues ésta deberá ser de SACERDOTES, MISIONEROS INCANSABLES POR TODO EL MUNDO. Pero la condición de estos Misioneros debe ser establecida y mantenerse bajo un reglamento muy estrecho de pobreza y humildad. Que deben ejercer su ministerio y su apostolado gratuitamente, como lo hicieron Jesús y sus Discípulos a fin de restaurar en el mundo el espíritu genuino del Santo Evangelio. Que no deben tener prelacías ni iglesias bajo su jurisdicción. Deben ser siervos humildes que obedezcan íntimamente al Papa, porque precisamente estos religiosos serán adictos al Papado y defenderán a la Iglesia de los errores y cismas; trabajando por la unión de todos en la única Iglesia verdadera, que es la Católica, Apostólica, Romana. Serán como soldados leales al Vicario de Cristo, que combatirán contra el anticristo. Y estos religiosos y religiosas deberán hacer votos perpetuos de ADHESIÓN AL PAPA y también de OFRECERSE A LA DIVINA JUSTICIA COMO VICTIMAS EN UNION CON LA VICTIMA DIVINA, CRISTO. Pues bien, todo lo que se ha dignado Dios Nuestro Señor revelarme sobre esto y sobre otras cosas hermosísimas acerca de la Justicia Divina y otros temas, lo había guardado siempre oculto y sólo a mis directores espirituales lo había descubierto. Pero últimamente El me ha dicho que lo publique todo, porque está cerca el Día del Juicio y también porque se acerca el día de mi muerte y estas cosas deben saberse. De esto he hablado desde el primer día en que envié a la Revista ESTRELLA y a la Difusora Mariana el Mensaje correspondiente al día 24 de marzo de este año. Después Nuestro Señor me hizo comprender diciéndome que debo publicar también todo lo que en otras épocas me ha dicho. Pues bien, debo comenzar por lo que he recibido de Dios en años anteriores próximos a éste en que estamos y que se relaciona más o menos con los temas centrales: Reparación, Desagravio, Avisos sobre el Día del Juicio, etc. Pues aunque, repito, siempre me ha hablando de esto Su Divina Majestad, últimamente comenzó a decirme que era URGENTE avisar, al Santo Padre especialmente, que está próximo ese día final de los tiempos. 24 de abril de 1965. Yo estaba en la mañana del 24 de abril de 1965 en la Santa Misa que oficiaba mi director espiritual, y a la hora del Canon vino Jesús junto a mí con su presencia muy sensible y me sacó fuera como en un éxtasis y me dijo que comunicara a mi Obispo, para que él se lo mandara decir al Santo Padre; que urgía esa fundación del Desagravio, porque estaba muy cerca ya el Día del Juicio Final, más próximo de lo que muchas personas creen. Que el día y la hora El se los revelará solamente al mismo Santo Padre, pero que habrá una señal anterior para todo el mundo y que esa señal inequívoca será que LAS HOSTIAS CONSAGRADAS VOLARAN AL CIELO y que esto será simultáneo en todo el mundo; que desaparecerán aun de la mano del sacerdote celebrante o de la lengua del comulgante. Que cuando esto suceda todos estén apercibidos de que está en puerta su Segunda Venida entre nosotros. Y que esa su venida tiene que ser en una Pascua de Resurrección. Pero que primero vendrá como Maestro y Salvador y andará en la tierra, como anduvo los días de la época de su Resurrección antes de su Ascensión a los Cielos. Que para entonces, cuando venga a prevenir a los hombres, El se reservará el celebrar la Santa Misa y lo hará entrando aun por las puertas cerradas de las casas. Que con eso se conocerá que El es el Cristo y no los impostores y que por eso en el Santo Evangelio nos dejó dicha esta señal: DE ORIENTE A OCCIDENTE (Mat. 24, 27) se conocerá donde está El. Que esta permanencia visible de Jesús será por poco tiempo y que lo hará para darnos una tregua para que nos corrijamos y arrepintamos de nuestros pecados y de los abusos que hemos hecho de su amor y misericordia. 11 de noviembre de 1965. El 11 de noviembre de ese mismo año, nuevamente Nuestro Señor me instó a que volviera a escribir a mis superiores diciéndoles lo mismo; es decir que urge realizar la Obra del Desagravio, porque el día final de los tiempos está cerca y que esta Obra debe ser su precursora en el mundo. Yo siempre he pasado en conciencia estos Mensajes y me quedo en paz aunque las cosas que se piden de parte de Nuestro Señor no sean cumplidas por sus hijos. Sufro al ver que no le dan lo que pide, pero de parte mía quedo en paz. ¡Quiero, eso sí, ver complacido este deseo de Nuestro Señor y ofrezco mis sacrificios para ese mismo fin! Pues un deseo así, participado por el mismo Corazón de Jesús, es como una daga que está martirizando. Pero se lo ofrezco con gusto y espero que aunque yo me vaya de la tierra antes de ver ese deseo de Jesús realizado, lo veré desde el Cielo ¡y aún espero ayudar entonces mejor que ahora! Ahora quiere El que se haga extensivo a todos este deseo de su Corazón, seguramente para interesar a todos en ello; porque ciertamente, para que esto se realice, es necesario que cada quien concurra con lo que esté en su mano. Porque tal vez se deba elevar al Santo Padre una súplica general, sobre todo de parte de los mexicanos que hemos sido distinguidos con estos avisos y estas peticiones divinas; porque como en una ocasión me dijo, El quiere unir estrechamente a Roma y a México por medio —dice— de su Madre Santísima y de la Obra del Desagravio que debe ser universal. En 1966. En el mes de julio de 1966, yendo yo por la calle y pensando en que era necesario emprender una jornada pre vocacional entre grupos de jóvenes, Nuestro Señor se me acercó y me dijo claramente estas palabras: —Ya nada hace falta sino amar y sufrir por mi amor. Que fue como decirme, que estaba tan próximo el día final de los tiempos; que ya sólo deberíamos ocuparnos en amarlo y ofrecer sacrificios por su amor. En esos mismos días de 1966, en algunos c? sos de apuraciones y dificultades en que estaba nuestra Comunidad, me dijo también: —¿No ves que hacen falta almas que se dejen hacer? ¡Déjate hacer, hija! Esto es cosa que Nuestro Señor me enseña frecuentemente. En ese mismo año de 1966 al entrar yo a un templo a la Santa Misa y ver muy pocas personas, me entristecí mucho; entonces me dijo El: —Ya nadie sigue mi doctrina. Ya nadie recuerda mis palabras. Parece que se ha extinguido la fé sobre la tierra. En 1967. En el año de 1967 varias veces me habló Nuestro Señor acerca de que era preciso gestionar que se ha ga la fundación del Desagravio canónicamente en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. La Virgen Santísima también me habló al respecto en diciembre de ese mismo año de 1967, al estar yo contemplando una imagen de Ella que tiene en su pecho visible su corazón y sus manos extendidas en ademán de protección; me dijo: —Así cubriré a México con mi sombra maternal, lo abrazaré con mis cariñosos esfuerzos, lo defenderé del demonio en las presentes y futuras acechanzas diabólicas; ¡pero quiero pronto mi Fundación del Desagravio! ¡Hija, insiste aunque tengas mucho que sufrir! Sábado 13 de julio de 1968. El sábado 13 de julio del pasado año de 1968, yendo en un camión y observando la inmoralidad de tanta gente, se me acercó Jesús y me dijo con toda claridad: —Me dá compasión esta gente. Me hizo entonces recordar lo que me había dicho ya en 1965 sobre de que El tendrá que volver a andar personalmente entre los hombres para enseñarnos nuevamente de qué espíritu debemos ser. Entonces, no con palabras sino con una gran claridad infusa, me hizo comprender todo esto: PRIMERO. Que como cuando El subió a los Cielos, le dijo a sus Discípulos que volvería otra vez; entendí que va a venir pronto a andar entre nosotros igualmente como cuando estuvo cuarenta días en la tierra, antes de ascender al Cielo. Vendrá y volverá a predicar su doctrina a fin de que se conviertan los más, y se convertirán casi todos, como El lo quiere. Así quedará el demonio vencido y es entonces cuando se convertirán los JUDÍOS y los ateos y volverán los cismáticos al verdadero espíritu cristiano. Pero antes de que esto sea, tenemos que alcanzar con penitencia, esa gracia tan grande. Para esto es urgente que se extienda la LEGIÓN DE ALMAS VICTIMAS. Porque esta Legión luchará contra las legiones diabólicas y el anticristo, que ya está desencadenando su guerra contra la Iglesia. SEGUNDO. Entendí que esta etapa de tiempo en que estará Jesús visible, será cuando LAS HOS TÍAS VOLARAN AL CIELO, porque ya estará El presente y los sacerdotes entonces ya no consagrarán, sólo El tendrá ese derecho y ellos cumplirán su ministerio dando los demás sacramentos; pero ese sacramento sólo El lo dará. Donde El quiera, allí lo celebrará y se dará en comunión, entonces sí, donde y a quien El bien sabe que se debe dar. Y entendí que esto será simultáneamente en diferentes partes del mundo y será una señal inequívoca; porque se sabrá inmediatamente por los medios de comunicación actuales, televisión, prensa, radio, etc., y así quedarán desmentidos los que se levanten falsamente diciéndose cristos. Por eso dijo El que sería la señal del oriente al occidente, porque sólo El tiene la gracia de la ubicuidad por ser Dios. Será esa época de tiempo la más dichosa. El visitará los hogares, las comunidades y las personas más olvidadas; ahí estará El para derramar sobre ellos su amor y sus palabras para salvarnos. Aparecerá a veces entre sus enemigos cuando estén secretamente conjurándose en la guerra contra su Iglesia y así se convertirán, porque les echará en cara sus ardides y maldades. Y todo esto lo hará Jesús porque LE DA COMPASIÓN ESTA GENTE. Es decir, que nosotros no entendemos cómo debemos ser y El quiere hacer hasta lo último por nuestra salvación. Entonces todas las naciones lo reconocerán y se rendirán a su doctrina y glorificarán su Justicia Divina. Para entonces Cristo ya no estará como víctima sino como Maestro, para doctrinar por última vez antes de venir como Juez en su Gloria y Majestad con los ángeles, el día final de la toma de conciencia y de cuenta a todas las gentes. Gobernará pues, con cetro de Sacerdote primero y después como Rey Eterno, y condenará al castigo eterno a los demonios y a los réprobos que no se hayan rendido a su amor, ni hayan cumplido con los Diez Mandamientos y la perfección del Evangelio. TERCERO. Entendí que aquellas palabras de Cristo en el Evangelio: CUANDO VINIERE EL HIJO DEL HOMBRE, ¿OS PARECE QUE HABRÁ FE EN LA TIERRA? En ellas se refiere precisamente a cuando venga esta vez, o sea en su Segunda Venida y no a la última; porque la última será su Tercera Venida, como Juez. Porque tiene que venir antes, movido todavía de su gran misericordia, porque le damos compasión y viene a ayudarnos. Pero si entonces no entendemos y no nos corregimos; en su Tercera Venida, la Justicia o sea el Juicio Final, será para dar a cada quien lo que merezca, premio o castigo. Porque cuando El venga de nuevo a enseñar nos el camino de la virtud se enmendarán muchos, aunque es ahora el mejor tiempo para enmendarnos; porque hay más mérito ahora que se lucha en la pura fé. ¡Ahora que se lucha con las diabólicas seducciones y las herejías, ahora es tiempo de mucho merecimiento para el que persevere fiel en la doctrina y en la virtud! ¡AHORITA PUES, entendí, ES CUANDO URGE QUE SE EXTIENDA LA LEGIÓN DE ALMAS VICTIMAS DE LA DIVINA JUSTICIA! ¡URGEN LOS MISIONEROS HUMILDES Y POBRES, LOS MÍNIMOS FRANCISCANOS QUE DESPRECIANDO EL ORO Y LOS HONORES TRABAJEN SOLO POR EL REINO DE DIOS! Entendí que estos tiempos ya están a la puerta. Todo esto lo entendí estando en la Santa Misa en el templo de San José. Domingo 14 de julio de 1968. Pero al día siguiente, domingo 14, en que la liturgia de la Santa Misa trae el Evangelio de la Multiplicación de los Panes, cuando Jesús les dice a sus Discípulos que LE DABA COMPASIÓN AQUELLA GENTE; meditando en este punto vi toda la relación que tenía con aquellas luces del día anterior y entendí muchísimo más claro todo esto. Como que se ratificó en mí que aquello era realmente una revelación de verdades teológicas muy elevadas y todavía vinieron a mí nuevos conocimientos, como los siguientes: Comprendí que cuando venga Nuestro Señor entre los hombres sucederán muchas cosas prodigiosas, porque El tiene que vencer al anticristo que va ha hacer prodigios; pero los prodigios del anticristo, como van a ser ayudados por los demonios, quedarán vencidos por los prodigios que hará Nuestro Señor. Por ejemplo, entendí que como El vendrá ahora ya con su cuerpo glorioso e intangible, penetrará en las casas sin necesidad de abrir las puertas. Luego, El hará que sean derrumbados muchos edificios, casas y aun templos que fueron construidos por vanidad o por otros pecados peores, pretextando que eran para su servicio; y preferirá algunas capillitas humildes y casas pobreci-tas, especialmente de comunidades religiosas, y las suntuosas se derrumbarán, porque con esto demostrará El que no le eran gratas. Porque El va a hacer porque todos volvamos al espíritu del Evangelio. Entendí que es por eso que decía cuando estaba aquí: VOSOTROS NO SABÉIS DE QUE ESPÍRITU DEBÉIS SER y por eso vendrá a enseñarnos de qué espíritu debemos ser todos los cristianos; porque EL LLAMA A LA PERFECCIÓN A TODOS y no solamente a unos. Por eso decía y repetía mucho: SED PERFECTOS COMO LO ES VUESTRO PADRE CELESTIAL. (Mat. 5, 48). Como la vida de muchos cristianos no parece cristiana sino pagana, porque se rodean de mucho confort y complacen su sensualidad como los paganos, debido a que la doctrina de la cruz ha sido olvidada; El quiere restaurarla entre sus hijos bautizados porque quiere que todos se salven y no se podrían salvar, si El no viene a hacer este último esfuerzo —dijéramos— por enseñarnos y ayudarnos. El reservarse El sólo el consagrar su Cuerpo Eucarísticamente para darnos a comer su Sacramento de Amor, lo va a hacer, porque está —dice— cansado de que se haga comercio de la Santa Misa y también comprendí que, como ya me lo ha dicho otras veces, sólo reservándose El la distribución de la Eucaristía, se podrá evitar tanta comunión sacrílega. Y todo esto que vendrá a hacer Jesús entre nosotros, es PORQUE LE DAMOS COMPASIÓN. Entonces nos amonestará porque hemos sido rebeldes en creer sus palabras, porque a Él nada le ofende tanto como la incredulidad y quiere que creamos no sólo en sus palabras contenidas en la Sagrada Biblia; sino en todas las demás que durante el tiempo nos ha mandado decir con su Madre Santísima y las que El mismo ha venido y sigue viniendo a decirnos; pues dice que si no son contrarias a su doctrina, no hay razón para no creerlas. De esto se ha quejado siempre Nuestro Señor con esta pobre alma, pero yo sólo he podido sufrir por eso y ofrecérselo para que sirva de algo para sus propios fines divinos. ¡Ojalá pues, ahora sea llegado el tiempo de que le crean sus avisos, explicaciones de parábolas, etc.! Porque ciertamente, El siempre me ha dicho que tiene lástima y compasión de todos nosotros; pero dice también, que no nos dejamos hacer el bien que El quiere, por la rebeldía de no creerle. Siempre me ha dicho que el pecado de la incredulidad es pecado contra lel Espíritu Santo; que si no se arrepienten de él, no será perdonado y El quiere perdonar a todos, pero antes tienen que arrepentirse y hacer penitencia. El me ha confiado muchas veces su gran amor y misericordia, diciéndome que el efecto de su Justicia es precisamente tener misericordia con el miserable; pero esto es en relación con todos los pecados, menos el de la incredulidad. Porque dice que el pecado de la incredulidad es un engendro de malicia y soberbia, es el pecado diabólico, el de Luzbel. Y a esos, los incrédulos, El les llama secuaces del diablo; que por eso los judíos no han podido venir a la fe, porque ellos solos se maldijeron. Pero dice Jesús que El va a venir por eso, para convencer a todos los incrédulos, antes precisamente de que sea el Juicio Final. Porque si ahorita viniera el Juicio Final, dice El, casi NADIE SE SALVARÍA (Mat. 24, 22), unos por la incredulidad, otros por sus pasiones desenfrenadas; la lujuria que comienza por la laxitud de los sentidos no mortificados; la ira; la envidia; la venganza; el odio; etc. Pero dice El que sin embargo, nada le ofende tanto como la incredulidad. Pues por eso quiere El volver entre nosotros y pronto va a suceder esto, porque también así se cumplirán muchas de sus palabras que están en el Santo Evangelio y en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, dice: SERÁN MANIFESTADOS LOS DESEOS DE MUCHOS CORAZONES, porque al venir El, los mismos encontrados por El en pecado sentirán tal arrepentimiento; que confesarán sus pecados públicamente y se convertirán. Pero los obstinados que no se dejen salvar por Cristo en esta su Segunda Venida, serán también públicamente delatados por El mismo. Y va a ser por esto que casi todos ya no querrán nada de este mundo, sino aprovechar todo para servir a Dios y a su Redentor. Y entendí que este tiempo, así como va a ser muy hermoso para muchos, va a ser terrible para otros. También entonces habrá muchos mártires que sacrificarán los malvados, pero Jesús confortará mucho a los suyos y entonces la Virgen Santísima, también se dejará ver de muchos junto con su Divino Hijo. También entendí que Jesús está, como si dijéramos, cansado de que lo tenemos encerrado en los Sagrarios, sin adorarlo ni visitarlo; porque El se quedó para que estuviéramos con El adorándolo y escuchando sus palabras. Allí quiere El que vayan las almas silenciosas a escuchar su voz en el fondo de sí mismas. Allí espera que con mucho amor, con todo el amor de que somos capaces; le digamos que lo amamos, haciendo verdaderos actos de amor, pero no solamente diciéndolos con los labios sino con el corazón. 23 de febrero de 1969. Nuestro Señor a veces se comunica conmigo con palabras, otras veces no son palabras sino conceptos, luces muy íntimas pero fuertes que me inundan de una claridad intelectiva sorprendente; es un conocimiento infuso que me hace comprender muchas cosas y claramente veo que sin esa gracia no las hubiera comprendido nunca. Voy a transcribir las palabras y luces que tengo registradas en un apunte reciente. Fue el primer domingo de esta cuaresma, el 23 de febrero de 1969, yendo yo a Misa a la hora de tercia, al templo de Santa Isabel Tola. En el camino iba yo pensando preocupada por varias cosas de nuestra Comunidad: que faltan vocaciones, que hay necesidades económicas, etc., y de pronto sentí la presencia de Jesús y oí sus palabras con los oídos físicos. Me dijo así: —¿Ahora comprendes lo que te decía cuando eras pequeña, que esta mi Obra te costaría mucho trabajo y que no sería establecida canónicamente hasta que lo haga mi Vicario? Pero ustedes no busquen prelacías, ni busquen dinero, sino ¡SOLAMENTE ALMAS Y CUMPLIR MI VOLUNTAD! Y al decirme estas palabras Nuestro Señor me hacía comprender otras que ya me había dicho, referentes a las dificultades que tendría su Obra del Desagravio para erigirse en su Iglesia. A la vez me decía ahora esto relacionándolo con otras revelaciones recientes que ya he citado y que hablan de la brevedad de los tiempos que faltan ya para que se cumplan las profecías. Para llenar el espacio de esta página (se refiere a la de la edición mimeográfica) voy a citar unas palabras que oí en el año de 1931. Estas palabras corresponden a una visión en la que vi una gran Cruz de cuatro partes iguales y sobre la Cruz una Estrella, ambas doradas. En la Estrella estaba la imagen de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. En el brazo derecho de la Cruz, la imagen del Sagrado Corazón y en el izquierdo la de San Francisco de Asís. En el pie de la Cruz estaba un altar con una gran columna que remataba en el centro de la Cruz y ahí estaba en exposición solemne el Santísimo Sacramento. De la Estrella caía un velo dorado hermosísimo que serviría para cubrir el Santísimo. En la base del altar estaba una placa que decía: POR MARÍA Y CON ELLA, TRIUNFARA LA IGLESIA CATÓLICA, APOSTÓLICA, ROMANA, BAJO LA CRUZ DE CRISTO que fueron las palabras que oí, y las palabras eran de Jesús. Luego entendí que estos serían el Escudo y el Lema de la Orden del Desagravio, añadiendo estas otras palabras: CARIDAD E INMOLACIÓN. El significado es que la Obra del Desagravio, con gran amor de caridad y penitencia reparadora; ayudará a conquistar al mundo para el fin de los tiempos, pero bajo la égida de María Santísima, honrándola especialmente en la advocación del PERPETUO SOCORRO en que desea el Corazón de Cristo que el Papa la proclame: REINA Y MADRE UNIVERSAL DE LA ORDEN DEL DESAGRAVIO Y DE LA CÁTEDRA DE PEDRO.
Posted on: Tue, 29 Oct 2013 19:34:59 +0000

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