Fernando Alvarado no se quedó en Columbia University tras su - TopicsExpress



          

Fernando Alvarado no se quedó en Columbia University tras su intervención el lunes de la semana pasada. De haberlo hecho hubiera comprobado tres cosas. Una: que organizadores y asistentes aplaudieron la actitud del Gobierno de dar la cara en un encuentro de periodismo y democracia hecho en una de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos. Dos: que el nivel de preocupación creció en el foro tras su ponencia por esta tendencia que tiene el Gobierno de querer tener razón en todo, dar explicaciones muy políticas y muy poco elaboradas conceptualmente y no oír a aquellos que piensan diferente. Tres: que en el caso del Ecuador, hay todavía serias expectativas de que no llegue a los extremos que conoce Venezuela y que la mejor vía, para evitarlo, es el diálogo. Para esto se organizó ese foro y en ello está pensando el Centro Carter. Todo esto se dijo en los pasillos en charlas ocasionales con Edward Schumacher-Matos, maestro de ceremonia, Jennifer Mccoy, directora del programa de las Américas del Centro Carter, o John Dinges, profesor de esa universidad que acompañó al secretario de Comunicación en su exposición. Reducir dos días de intensos debates a un ataque de Fernando Alvarado contra el entonces presidente de la SIP, como hicieron medios gubernamentales aquí, muestra una indigencia en el pensamiento político que da grima ajena. No mostrar los cuestionamientos que tuvo el Gobierno -cuando está colgadas las intervenciones de Columbia en su web- es un absurdo. Una visión mucho más amplia puso a circular un periodista como Jorge Gestoso, cercano a este Gobierno, quien se dedicó a entrevistar, para la televisión pública de Estados Unidos a una paleta de asistentes; algunos de los cuales este Gobierno no aprueba. Por ejemplo: Catalina Botero, relatora de la Comisión Especial de Libertad de Expresión de la OEA; Nelson Bocaranda, el periodista venezolano mejor informado y que reveló la enfermedad de Hugo Chávez en Venezuela o Carlos Lauría, coordinador para las Américas del Comité de Protección de Periodistas en Nueva York. El Gobierno no entendió que el foro en Nueva York no fue organizado para que alguien tuviera la razón. No fue esa la motivación del debate: era reflexionar sobre la libertad de prensa y los estándares de la prensa y de la democracia en América Latina. Quizá el Gobierno considere que su intervención, en un foro como esos, queda saldada editando a su favor un video o usando una frase asesina contra el entonces presidente de la SIP. Sin embargo, haber escogido a Ecuador al lado del caso venezolano, es una señal inequívoca de que hay serias preocupaciones afuera sobre los estándares que usa el oficialismo para entender el trabajo de la prensa. La Ley de comunicación, que el Gobierno tradujo al inglés y repartió en el foro, hizo sonreír nerviosamente a muchos de los participantes. Fernando Alvarado no logró convencer cuando, por ejemplo, cuestionado sobre quién definirá lo que es de interés público en una información, dijo que eso estaba en cualquier manual de periodismo. El carácter discrecional de la Ley y la falta de independencia de aquellos que la piensan hacer aplicar, es uno de los puntos que animó las conversaciones en los corredores. Quizá la insistencia del profesor Dinges, quien también le hizo preguntas, haya mostrado a Fernando Alvarado que hay estándares que la Ley no cumple y que hay observadores externos que, con sobriedad y delicadeza, lo están diciendo. Responder eso con descalificaciones no hace justicia al debate de altura al cual fue invitado y, se celebra, que haya asistido. Ecuador no es Venezuela. Eso quedó claro y, ojalá, los relatos de violencia que hicieron María Fernanda Flores, ex presidenta de Globovisión, y Nelson Bocaranda en Nueva York, nunca los tenga que dar un periodista ecuatoriano. De hecho, una pregunta también recorrió los pasillos tras la intervención de Fernando Alvarado, quien dio por sentado que el presidente Correa se va en tres años: si se va en ese lapso y si, entretanto, tiene tanta popularidad y poder de convocatoria, ¿por qué amordaza a la prensa? El cuento de que el Gobierno lo hace para mejorar la calidad de los medios, no podía pasar en una de las mejores universidades de periodismo del mundo. Bueno, aquí tampoco.
Posted on: Tue, 29 Oct 2013 00:01:48 +0000

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