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Capitulo 18: Duelos Mortales En capítulos anteriores… La misión de los caballeros de Atenea en la isla de la Reina de la muerte prosigue. Los combates entre los caballeros del Santuario y los caballeros negros están siendo muy violentos y duros. Por un lado, el caballero de plata Saradan de Copa y el caballero de bronce de Canis Minor logran derrotar a varios caballeros negros, prosiguiendo su avance hacía el castillo. Por su parte, en la isla espectro, la extraña mujer que gobierna la isla y lidera a unos poderosos guerreros, es informada sobre el estado del enfrentamiento entre los caballeros negros y los del Santuario, ordenando enviar a uno de sus mejores caballeros con el fin de recuperar las cinco armaduras de bronce robadas por los caballeros negros y ahora recuperas por los servidores de Atenea. Mientras tanto, los caballeros de bronce de Tucan y Cancer Minor son los primeros en alcanzar el castillo, hogar de los caballeros negros. Sin embargo y antes de penetrar en sus muros, se ven obligados a luchar contra los caballeros negros de Paloma y Ofiuco. Tras derrotar al caballero negro de Paloma y prepararse para proseguir el combate, los dos caballeros de bronce son sorprendidos por la intervención de uno de los doce señores oscuros, Atlor, caballero negro de Libra. El combate esta a punto de empezar y ambos servidores de Atenea saben que la dificultad será extrema ante la diferencia de poderes. Y ahora, la continuación. El combate entre el caballero negro de Libra y los dos caballeros de bronce había comenzando. A pesar de los intentos por parte de ambos caballeros, el poder del caballero negro se mostró claramente superior, logrando detener todos los ataques del enemigo usando sus dos poderosos escudos. Sin tener en cuenta el cansancio y el fracaso de sus anteriores intentos, los caballeros de Tucan y de Cancer Minor no cesaban en sus intentos para cuanto menos alcanzar ligeramente al caballero de Libra, el cual en todo momento y bajo la atenta mirada del caballero negro de Ofiuco, se mostró muy sonriente y seguro de si mismo. - Es imposible, no somos capaces de superar las defensas de sus escudos. – Señaló Rasnal de Tucan. - Ni siquiera usando nuestros ataques más poderosos de forma conjunta somos capaces. – Añadió Talos de Cancer Minor. – Aun así no podemos rendirnos, debemos seguir intentando atacarle con todas las energías de que disponemos. Puede que no salgamos victoriosos, pero al menos lograremos ganar tiempo para nuestros compañeros y quizás agotar sus fuerzas. - Estoy contigo, Talos. Aumentando sus energías al mismo tiempo, los dos caballeros de bronce se concentraron para lanzar un nuevo ataque al caballero negro de Libra, quien con mirada arrogante, no se movió en ningún momento, a la espera del ataque de los caballeros del santuario. Tras lograr la energía requerida, ambos caballeros lanzaron sus ataque más poderoso sobre el caballero negro, quien esta vez y para sorpresa de los dos caballeros de bronce, no empleó sus escudos para protegerse, si no que usando su tridente como arma, avanzó sobre ellos, golpeando con gran violencia al caballero de bronce de Cancer Minor. - ¡¡¡ Talos!!!. – Gritó Rasnal de Tucan al comprobar que su compañero había recibido el ataque. El caballero de bronce de Cancer Minor cayó al suelo con su armadura agrietada y muy dañada en la zona del pecho, donde había recibido el impacto. Estaba aun vivo, pero muy malherido y el combate para él había terminado. - No te preocupes por tú compañero, caballero, muy pronto tú le seguirás al infierno. – Dijo un sonriente caballero de Libra. - Orkis….por que no le el golpe de gracia a ese moribundo. - ¡¡¡Maldito!!!, no lo permitiré. – Comentó con rabia el caballero de bronce de Tucan. - ¿ Y como piensas impedirlo, caballero?. – Preguntó el caballero negro de Libra. – Fíjate en tú pierna derecha. Rasnal de Tucan no entendió las palabras del caballero negro hasta mirar su pierna derecha. Sin darse cuenta, había recibido un profundo corte con el tridente usado por el caballero de libra, demostrando así este su gran velocidad. - ¿Cómo es posible?, me ha alcanzado con su tridente y ni tan siquiera he sentido el corte. – Murmuró un sorprendido caballero de bronce. – Apenas puedo mover la pierna. - Jajaja, ya te lo dije, caballero, muy pronto ambos estaréis en la otra vida. – Dijo el caballero negro de Libra. – Orkis, acaba con ellos y así podrás vengar la muerte del caballero negro de Paloma. Siguiendo las palabras del caballero de Libra, Orkis, el caballero negro de Ofiuco se dispuso a aumentar su energía para dar el golpe de gracia a los dos caballeros de bronce, quienes malheridos, no podrían impedir el ataque. Orkis aumentó su cosmos al máximo y se dispuso a lanzar su ataque cuando de repente, el suelo bajo sus pies comenzó a vibrar para poco después iluminarse ante la sorpresa y el desconcierto del caballero negro. Sin poder evitarlo y por sorpresa, el suelo bajo los pies del caballero negro se abrió e inmediatamente se originó una gran onda expansiva que lanzó al aire al caballero negro, siendo golpeado por cientos de poderosos rayos de energía salidos del suelo. Finalmente y con su armadura totalmente destruida, el caballero negro cayó al suelo muerto ante la sorpresa de los dos caballeros de bronce y el caballero negro de Libra. - Parece que llego en el momento oportuno. – Dijo una extraña voz para sorpresa del caballero negro de Libra. - ¿Quién eres?. - Soy Spica, el caballero de Oro del signo de Virgo. - Spica, me alegro mucho de verte. – Comentó Rasnal de Tucan mientras ayudaba a su compañero a ponerse en pie y lo sostenía apoyado en su hombro derecho. - Alejaros del castillo e intentar reponeros de las heridas, esta lucha aun no ha terminado para vosotros pero al menos este combate, si. – Expuso Spica. – Yo me ocupare del caballero negro. - De acuerdo, Spica, buena suerte. Los dos caballeros se alejaron lentamente y con evidentes dificultades dado el precario estado del caballero de bronce de Cancer Minor. Por su parte, Spica avanzó unos pasos hasta colocarse a unos pocos metros frente al caballero negro de Libra, quien lo miraba seriamente. - ¿Así que tú eres el caballero de oro de Virgo?, será un placer luchar con alguien que al fin esta a mi altura. – Comentó Atlor de Libra. – Aunque no te hagas ilusiones, el que tú seas un caballero de oro no supondrá ninguna diferencia. - Me asombra tú enorme confianza en relación a tus posibilidades en este combate. – Señaló Spica. – Realmente debo decir que no esperaba que los caballeros negros lograran alcanzar tal nivel de poder y peligrosidad. Ha sido toda una sorpresa. - No temas, muy pronto serás testigo directo del poder de los doce señores oscuros y entonces comprenderás que tan grande ha sido el error de venir a esta isla. – Dijo Atlor de Libra. - ¡¡¡ En guardia, caballero!!!. El caballero negro levantó su tridente señalando al caballero de oro y comenzó el aumento de su energía cósmica. Por su parte, el caballero de oro apenas se inmuto ante el creciente aumento de energía de su enemigo, quedando inmóvil observándolo. - ¡¡¡ Dagas infernales!!!. Por sorpresa, Atlor de Libra soltó su tridente y sacó de la parte de atrás de sus piernas, unas pequeñas armas punzantes, que inmediatamente lanzó sobre su enemigo. Sin moverse de su sitió pero aumentando también su cosmos, el caballero de oro extendió sus dos manos colocando sus palmas de forma que ambas lograron detener el avance de las dos dagas infernales del caballero negro. - ¿Cómo es posible?, ha detenido mí ataque con la palma de sus manos. – Reflexionó un sorprendido caballero negro. - Espero que tengas algo más que este ataque o el combate no será tan emocionante como yo esperaba. - Ahora veras, miserable. El caballero negro de Libra avanzó rápidamente hacía el caballero de oro, quien inmediatamente se colocó en posición defensiva para detener el avance enemigo. En el momento en que el caballero de Libra intentó golpear a Spica de Virgo, este logró evitar el golpe pero por sorpresa, fue alcanzado por un segundo e inesperado ataque de origen desconocido. Spica había logrado eludir el ataque de su enemigo, pero había perdido su casco tras recibir un segundo golpe por sorpresa. - ¿Qué es lo que ha pasado?, siento otra energía cerca y ha aprovechado el momento del ataque del caballero negro de Libra para atacarme al mismo tiempo. – Murmuró Spica. – Debo andarme con cuidado. - Parece que después de todo necesitaras ayuda para derrotar a este caballero de oro, Atlor. – Dijo un segundo caballero negro. - Esa armadura….- Señaló Spica con cierto enfado. – Es la armadura de Virgo. - Estas en lo cierto, caballero, soy Asdrul, caballero negro del signo de Virgo y un de los doce señores oscuros. - Como puedes osar llevar esa armadura, es un insulto a la constelación sagrada de Virgo. – Señaló Spica. – Eres un vulgar impostor portando una falsa e indigna armadura creada por unos traidores para servir al mal y en contra de la diosa Atenea. Ver semejante insulto no solo me irrita, si no que supone un insulto para todos mis predecesores. Caballero….pienso acabar contigo y borrar de la existencia a esa abominación de armadura. - Inesperadas palabras para un caballero al servicio de la paz y la justicia. – Dijo un sonriente Asdrul de Virgo. - Tú y los caballeros negros no merecéis nada más, suficiente daño habéis causado ya. – Comentó un Spica deseoso de comenzar el combate. – Tengo una misión como caballero de Atenea y créeme que pienso cumplirla. Los caballeros negros pronto seréis solo un recuerdo del mal que siempre esta al acecho. - ¡¡¡Ahora veras, insensato!!!. – Gritó Aslot de Libra. Aumentando su cosmos, el caballero negro de Libra lanzó sus dos escudos como si de unos Boomerangs contra el caballero de oro, quien inmediatamente y tras concentrar su energía, logró eludir el ataque creando un escudo alrededor de su cuerpo usando su poderosa aura dorada. - Veo que tus defensas son poderosas, caballero. – Señaló el caballero negro de Virgo. – Me preguntó cuando tiempo podrás aguantar así, ¿podrás salir de este combate si no puedes atacarnos?. - No debes preocuparte por eso. – Respondió un sonriente Spica. Lejos de allí y durante su avance hacía el castillo, los caballeros Saradan de Copa y Kain de Canis Minor habían sido atacados por el caballero negro del signo de Leo, uno de los más poderosos y el cual había logrado herir gravemente al caballero de bronce de Canis Minor y se mostraba superior al caballero de plata de Copa. A pesar de los intentos de Saradan, el caballero negro lograba evitar una y otra vez sus ataques, logrando contraatacar con duros y poderosos ataques. - Tus ataques, aunque poderosos, no son suficientes para golpearme lo necesario para lograr causarme algún daño, caballero, por que insistes. – Comentó el caballero negro de Leo tras golpear de nuevo al caballero de plata de Copa. - Mientras me quede un suspiro de vida y de energía, no dudare ni un segundo en levantarme y hacerte frente. – Señaló un malherido pero decidido Saradan de Copa. - En ese caso, creo que os daré a ti y a ese miserable caballero de bronce el golpe final. – Dijo un arrogante caballero negro. - Eso no va a pasar, caballero. – Interrumpió una extraña voz. - ¿Pero que….?. El caballero negro miro para todos los lados en busca del origen de la voz hasta finalmente comprobar que se trataba de un caballero de oro. - No permitiré que asesines a estos caballeros. - ¿Quién eres, habla?. – Demandó el caballero negro. - Soy Altarf, caballero de oro del signo de Cáncer. - Bien, parece que pasaremos a asuntos más serios, caballero. – Apuntó el caballero negro con una gran sonrisa. - Ten cuidado, Altarf, su fuerza es superior a la de cualquier caballero negro y es muy peligroso. – Señaló un malherido Saradan de Copa. - No te preocupes, creo que podré encargarme de él. – Dijo Altarf. – Dado vuestro estado, lo mejor es que volváis a la costa y os retiréis de la misión. - No, eso no lo haremos, seguiremos aunque sea malheridos. - Apenas puedes sostenerte en pie y Kain ha perdido el conocimiento, es mejor retirarse a tiempo que morir inútilmente, Saradan. – Expuso Altarf. – Sigue mí consejo, habéis luchado bien, pero volver a la costa para curar vuestras heridas. - Esta bien, derrota a ese maldito y alcanza el castillo. Saradan se puso en pie no sin dificultades y sacando fuerzas de donde pudo, cogió el cuerpo de su compañero, el caballero de bronce de Canis Minor y se alejó lentamente de la zona del combate. - Te prevengo, caballero, no me asusta tú impoluta armadura de oro, pienso acabar contigo y dar caza a todos los caballeros de Atenea. – Apuntó un orgulloso caballero negro de Leo. - ¿Cómo te llamas, caballero?. – Preguntó Altarf. - Soy Urian, caballero negro del signo de Leo y uno de los doce señores oscuros que regentan esta isla. - Urian de Leo, aprovecha tus últimos momentos de vida, pues tú final esta próximo como enemigo de Atenea. - ¡¡¡ En guardia!!!. – Gritó Urian. Mientras tanto, el combate entre Spica de Virgo y los caballeros negros de Libra y Virgo proseguía. Ambos caballeros negros habían atacado repetidamente pero sin éxito al caballero de oro, quien usando su cosmos, había estado levantando una y otra vez un poderoso campo de energía alrededor de su cuerpo bajo la técnica llamada “Esfera vital”. - Parecéis cansados después de tantos ataques. – Apuntó con gran tranquilidad el caballero de oro. - No te burles de nosotros maldito. – Respondió un desconcertado y enfadado caballero negro de Libra. – Puede que tú defensa sea impresionante, pero estas usando mucha energía para esconderte tras esa barrera protectora y tarde o temprano acabaras cediendo. - Creo que es hora de que enseñe y mis cartas. – Dijo Spica aumentando su energía. Demostrando un poderoso y magnifico cosmos, el caballero de oro de Virgo aumentó poco a poco su energía para prepararse y atacar a sus enemigos tras haberse defendido varias veces desde el inicio del combate. - ¡¡¡ Destello supernova!!!. Tras aumentar su energía, el caballero de oro colocó sus manos frente a su pecho en posición reto, para a los pocos segundos, separar ambos brazos y lanzar un poderoso rayo de energía en dirección al caballero negro de Libra. Viendo imposible la huida, el caballero negro de Libra concentró sus fuerzas y se posicionó de forma defensiva, desplegando sus dos escudos frente a él con el fin de atajar el golpe de su enemigo. Ambos escudos lograron proteger al caballero negro, quien fue lanzado a varios metros de altura ante la potencia del ataque, cayendo herido poco después. Tras unos segundos de confusión y tras ponerse en pie, el caballero negro daba gracias de estar con vida al comprobar que su armadura había quedado prácticamente destruida salvo algunas zonas que permanecían muy dañadas y que habían logrado salvarse gracias a estar bajo la protección de los escudos. - No puedo creerlo, que terrible poder, ha destruido gran parte de mí armadura y uno de mis escudos. – Reflexionó el caballero negro de Libra. – Si no llego a tener dos escudos, su ataque me hubiera aplastado sin remedio. Debemos aprovechar que somos dos y acabar con él cuanto antes, es muy poderoso. - Parece que debo reconocer el poder de esos escudos, aun respiras gracias a ellos. – Dijo Spica. - Ya basta de tanta palabrería, ¡¡¡muere!!!. – Gritó el caballero negro de Virgo. - ¡¡¡ Almas perdidas!!! Una gran aureola oscura rodeó de inmediato al caballero de oro. A los pocos segundos, un gran número de sombras de largos brazos y deformadas aunque con aspecto claramente humano, aparecieron de entre la gran aureola, comenzando a golpear a Spica en el rostro y el estomago. - Jajaja, son las sombras de aquellos que habitan el infierno y cuya alma esta pérdida. – Comentó un orgulloso y confiado caballero negro de Virgo. – Ellas se encargaran de ti y acabaran por llevarse tú alma al otro mundo. Las extrañas sombras prosiguieron con su ataque durante varios minutos, golpeando sin descanso a Spica, al mismo tiempo que la aureola negra que lo envolvía, le iba arrebatando poco a poco pero de forma constante su energía cósmica. - No pienso ser derrotado por un ataque como este y por caballeros como vosotros. – Señaló Spica. - ¡¡¡ Manto estelar!!!. Spica logró concentrar al máximo su energía a pesar de verse rodeado por las almas perdidas. Tras unos segundos aumentando su energía, Spica desplegó su cosmos y una brillante aureola dorada comenzó a rodear su cuerpo. Al poco tiempo y rodeándole, varios puntos luminosos como si de estrellas se tratara, comenzaron a lanzarse entre sí un fino rayo de energía hasta finalmente crear una barrera alrededor del cuerpo de Spica, logrando así evitar el avance de las almas enviadas por el caballero negro y deteniendo su ataque. - Es imposible, ha detenido mí ataque. – Apuntó un desconcertado caballero negro de Virgo. - Asdrul, debemos atacar los dos juntos. – Dijo con cierta desesperación el caballero negro de Libra. - Es cierto, parece que a pesar de nuestros ataques aun cuenta con suficiente energía como para defenderse y eso puede suponer una amenaza. Los caballeros negros unieron sus fuerzas tras aumentar su cosmos e inmediatamente ambos lanzaron sobre Spica sus ataques más mortíferos. - Es inútil, vuestras energías están por debajo de las mías, habéis estado atacando con todo vuestro poder mientras pensabais que la mía se iba a agotando al tener que defenderme. – Expuso Spica. – Pero mientras uso la técnica de la esfera vital, soy capaz de emplear los ataques de mis enemigos para regenerar mí propia energía. - ¿Quieres decir que has estado recuperando tú energía usando la nuestra?. – Preguntó un enfurecido Atlor - ¡¡¡Maldito!!!. – Gritó Asdrul mientras avanzaba sobre Spica acompañado por su compañero. - Este ataque pondrá fin al combate. – Señaló Spica tras concentrar todo su poder. – ¡¡¡Castigo Celestial!!! Una poderosa y gran aureola dorada rodeó el cuerpo de Spica, extendiéndose a varios metros de distancia e incluso llegando a ser cegadora. Inmediatamente, una lluvia de rayos en forma de relámpagos de energía de luz dorada aparecieron de la nada, golpeando repetidamente a los dos caballeros negros. El ataque era tan poderoso que las armaduras negras de sus dos enemigos se vieron reducidas a polvo con los primeros impactos. Finalmente, los dos caballeros negros cayeron al suelo, ensangrentados y ya muertos bajo la atenta mirada de Spica, quien había desplegado su ataque más mortal. - Han demostrado ser poderosos, pero aun así, los caballeros negros están muy lejos de los caballeros de oro. – Murmuró Spica. - Bien, debo continuar y encontrar la sala principal del castillo donde están los líderes lemurianos que comandan a los caballeros negros. Spica no se demoró ni un segundo y rápidamente entró en el castillo para proseguir con su misión. Lejos de allí… La llegada del caballero de oro de Cáncer había causado gran interés y satisfacción al caballero negro Urian de Leo. A pesar de haberse enfrentado en el pasado a un caballero de oro, aquel combate no fue del todo completo y desde ese momento siempre había esperado una segunda oportunidad para medirse una vez más a uno de los famosos caballeros de oro de Atenea. - He esperado con impaciencia este momento, caballero, estaba deseoso de enfrentarme al fin a un caballero de oro de Atenea y demostrar de una vez que su fama y leyenda no es tanto como dicen. – Expuso un confiado Urian de Leo. - Veo que vuestras aspiraciones no han variado, seguís intentando encontrar vuestro sitio y demostraros que sois unos verdaderos caballeros. – Comentó Altarf. – Pero deja que te diga una cosa, vistes una armadura que no deja de ser una copia, eres una farsa que lucha por una causa injusta y malvada, representas el mal y por mucho que lo intentéis, nunca estaréis a la altura de aquellos que defienden la paz y la justicia. Por ese motivo, caballero, este combate será el último para ti. - Oh, no necesito sermones sobre tus buenos sentimientos y los de Atenea, soy lo que soy y estoy orgulloso de ello. – Expuso Urian. – Tú serás el primero de muchos caballeros de Atenea que se someterán a un nuevo orden. ¡¡¡ Prepararte, caballero!!!. Bajo la atenta mirada de Altarf, el caballero negro comenzó el aumento de su energía cósmica. Urian demostró tener un gran poder, siendo uno de los caballeros negros más poderosos de la isla y ya mencionado por el caballero de oro Alrisha de Piscis, con quien se había cruzado tiempo atrás. - ¡¡¡ Por la garra negra!!!. – Gritó Urian lanzando un poderoso haz de energía. A pesar del poder y la velocidad del ataque de Urian, Altarf fue capaz de evitar el golpe. - Vaya, has logrado eludir mí ataque, enhorabuena, nadie antes lo había logrado. – Dijo Urian. – Veo que este será un apasionante combate. Altar permaneció atento pero en silencio. Sin perder ni un minuto, Urian volvió a concentrar su cosmos para lanzar un nuevo ataque. Esta vez, el caballero negro de Leo reunió una gran cantidad de energía en la palma de su mano derecha, para posteriormente cerrar el puño y crear una gran y oscura bola de energía. - ¡¡¡ Bola mortal!!! Urian de Leo lanzó su nuevo ataque, enviando una poderosa y rápida bola de energía, que inmediatamente y levantando el suelo a su paso impactó sobre Altarf, quien esta vez no pudo eludir el ataque, siendo golpeado por la bola de energía y cayendo al suelo a varios metros. - Debo felicitarte, tú ataque me ha sorprendido no por su poder pero si por su tremenda rapidez. – Expuso Altarf mientras se puso en pie. – Eres más poderoso de lo que esperaba, te concedo eso. - Como ya te dije, pienso poner en jaque toda la leyenda que rodea al poder de los caballeros de oro. – Dijo Urian. - Eso es lo que no ha cambiado y el error que seguís cometiendo los caballeros negros, vuestra excesiva confianza y arrogancia. – Señaló Altarf mientras comenzó a concentrar su cosmos. – Es hora de que afrontes tú pasado, tú presente y tú futuro. - ¿Qué quieres decir con eso?. – Preguntó un desconcertado Urian. - ¡¡¡ Puerta espectral!!!. Tras concentrar todo su cosmos, el caballero de oro de Cáncer creo tras de sí una fisura espacio tiempo que comenzó a atraer todo a su alrededor, incluyendo al caballero negro de Leo, quien con todas sus fuerzas se resistía. Sin poder evitarlo, el caballero negro fue absorbido, desapareciendo en la gran fisura creada por el caballero de oro. Pasados unos minutos, Urian de Leo recupero se levantó del suelo algo aturdido por el golpe sufrido contra el suelo, el cual apenas recordaba. Tras ponerse en pie, Urian fue incapaz de dar con el paradero del caballero de oro de Cáncer, el cual aparentemente había desaparecido. - ¿Dónde estas?, vamos, cobarde, no te ocultes. – Dijo un enfurecido Urian. – Es extraño, todo esta igual pero noto algo, no se…parece como si algo estuviera cambiado. - Disculpe señor. – Comentó una joven voz. Urian se volvió y para su sorpresa, encontró a un niño de unos diez años. - ¿Qué es esto? ¿Qué hace un crío aquí?. - Señor, ¿puede ayudarme?, mi hermano ha quedado atrapado y necesita ayuda, por favor, señor. - ¿Qué haces en esta isla, niño?, ¿Cómo has llegado aquí?. – Preguntó algo nervioso Urian. – No me convence tú truco, caballero de oro, no pienso caer en algo como esto. - ¿Con quien habla, señor?. - ¡¡¡ Calla!!!, no eres más que una ilusión. Urian quedó sorprendido y muy desconcertado al comprobar que tras golpear el niño, este sangraba, pareciendo completamente real. - Pero que… - Señor, por favor, no me pegue, solo quiero que me ayude, por favor. Mientras el niño seguía con su petición de ayuda a pesar de ser golpeado, una lejana voz de otro niño se pudo escuchar en la lejanía. El niño inmediatamente salió corriendo en dirección al origen de los gritos, al mismo tiempo que Urian finalmente se decidió por seguirlo motivado por que por ayudar, por el interés de aclarar lo que estaba ocurriendo. Tras caminar unos metros, Urian encontró al niño al que había seguido y que se encontraba acompañando a un segundo niño, el cual permanecía inmóvil y tendido en el suelo tras verse atrapada una de sus piernas por la caída de un árbol. - Que demonios…. Urian acababa de reconocer la escena, había ocultado por completo ese recuerdo pero lo que estaba viendo era algo que ocurrió muchos años atrás. El joven herido era su hermano pequeño, cuando quedó atrapado por un árbol cuando ambos huían del orfanato en el que habían sido recogidos y donde habían estado recibiendo maltratados constantes. Urian intentó en ese momento hablar con los niños, pero parecían no verle ni escucharle. Inmediatamente, la figura de dos hombres aparecieron atravesando el cuerpo de Urian como si este fuera un testigo fantasma. - Esos dos hombres, son los que nos persiguieron tras huir del orfanato. – Murmuró Urian. El niño que pedía ayuda y que se trataba de Urian de joven, prosiguió en sus intentos por pedir ayuda a los dos hombres, quienes en contra de lo esperado, dieron una paliza al niño para posteriormente llevárselo de regreso al orfanato, dejando allí a su suerte a su hermano atrapado. - Una escena muy dura, no hay duda. – Dijo Altarf, quien apareció por sorpresa frente a Urian. - Miserable….¿donde estoy?, ¿acaso he has metido en mi mente?. - En realidad estas en algo similar a otro universo. – Respondió Altarf. –Aquí puedes experimentar todo aquello que has intentado olvidar y que poco a poco marco tú vida y te convirtió en lo que hoy eres. Lo ocurrido con tú hermano y el como murió tras ser abandonado fue el inicio del infierno y la maldad que regiría tú vida hasta convertirte a ti en ese propio mal. - Cállate, tú no sabes nada. - ¿Estas seguro?. Altarf concentró su energía e inmediatamente el escenario donde se encontraba cambio. De estar en una zona de bosques y montañas, ambos caballeros pasaron a estar en una gran sala oscura y tenebrosa, sin ventanas y con cadenas en las paredes. - ¿Recuerdas este lugar, Urian?. Urian se quedó en silenció y mirando a su alrededor visiblemente afectado. No tuvo problema alguno en reconoces aquel lugar, eran los sótanos de una vieja mansión de un noble al que fue vendido como esclavo por los responsables del orfanato. Durante años estuvo trabajando en las minas de carbón de su patrón, siendo azotado según le apetecía a su jefe hasta que un día, Urian sacó fuerzas y acabo con todos en la mansión. - Después de esto, fuiste al Santuario con el fin de convertirte en caballero, pero tu interés en acumular poder para vengarte del mundo te acabo por llevar a la isla de la Muerte y convertirte en un caballero Negro. – Expuso Altarf. – Se que después de atacar la mansión, fuiste al orfanato y acabaste con todos los que te maltrataron en el pasado. Sin embargo, solo miraste por tu venganza y no tuviste en cuenta que la muerte de los niños inocentes que al igual que tú, estaban siendo maltratados y a los que lejos de liberar….mataste también al destruir el edificio. - Ya basta, sal de mi cabeza y lucha, cobarde, no necesito recordar esto para saber quien soy. – Comentó Urian con rabia y aumentando su cosmos. – Soy Urian de Leo, caballero negro y uno de los doce señores oscuros. Urian concentró al máximo su cosmos y Altarf finalmente devolvió a ambos a la realidad justo en el lugar donde había comenzado el combate. - Miserable, pagaras caro lo que has hecho y el hacerme recordar toda esa etapa. – Dijo un desafiante Urian. – No pienso tener piedad de ti. Con el rostro desencajado y muy enfurecido, el caballero negro comenzó a concentrar todo su poder para lleva a cabo un terrible ataque que acabaría con su enemigo. Sin embargo, Altarf hizo lo propio, desplegando todo su potencial. - Es hora de que pagues por tus pecados y tus acciones, caballero. – Señaló Altarf. – ¡¡¡Trueno divino!!! Concentrando todo su poder, Altarf alzó su brazo derecho reuniendo toda su energía e inmediatamente, creando una serie de relámpagos que comenzaron golpear su brazo como si de un pararayos se tratara. Finalmente y tras concentrar toda su energía, Altarf bajo su brazo extendido hasta la altura de su pecho, descargando un poderoso rayo de energía sobre Urian, que incapaz de de atajar dicho ataque, decidió lanzar su “bola mortal” con el fin de contraatacar. Sin poder hacer nada y siendo su ataque superado, Urian era golpeado de lleno por el ataque del caballero de oro, quedando su armadura negra seriamente dañada y su cuerpo tendido en el suelo ya sin vida. - Espero que la muerte te de el descanso y la paz que nunca has tenido en vida. – Murmuró Altarf al lado del cuerpo de Urian. Tras permanecer unos segundos contemplando el cuerpo de su enemigo derrotado, Altarf prosiguió su camino en dirección al castillo que regía la isla. CONTINUARA…
Posted on: Tue, 02 Jul 2013 23:47:34 +0000

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