Crónicas de una letra minúscula. A las cinco en punto de la - TopicsExpress



          

Crónicas de una letra minúscula. A las cinco en punto de la tarde. Ahora que se ha celebrando en Zamora el V desfile de máscarada ibérica, he recordado una mascarada que se celebró en Malva allá por los años 60. Serían fechas de carnaval me imagino y ocurrió en la Plazuela, creo haberlo comentado en el foro alguna vez. Se organizó una corrida de toros por todo lo alto y a la vieja usanza, desfile de los matadores y subalternos, en fin de la cuadrilla al completo, tendidos de “sol y sombra”(pero sin hielo), peinetas, mantilla y aplausos del respetable, etc, etc. Y al son de las trompetas…, tararí que el toro va a salir, se abrió la puerta de toriles y salió un pedazo de toro negro bragado, corniancho y abanto de casta morucha. Dio dos vueltas a la plaza, en este caso Plazuela y se lanzó al capote del matador que esperando de rodillas, puso al público en vilo, de pié rompiendo en aplausos que temblaban las cristaleras del salón de Angélico. Siguieron los muletazos pertinentes. No falto la suerte de varas, para prueba de bravura del astado, saliendo el picador a caballo. Sonó el cambio de tercio y de nuevo continuó la lidia con capa y espada en manos del matador. Banderillas, pases de pecho, alguna que otra verónica, y dando los primeros síntomas de cansancio el animal, cuando pone éste sus cuartos delanteros a la par recibe una estocada de las de hasta la bola rompiendo de nuevo el respetable en aplausos y pañuelos, pidiendo las dos orejas y el rabo. Vuelta al ruedo y salida a hombros por la puerta grande, si la hubiera o hubiese habido. Todo lo relatado fue real pero con unos pequeños matices. Cierto es que hubiera sido más real si en la parte inferior del toro no viéramos asomar las botas y un poco de los pantalones de los dos porteadores de la cabeza de toro y de la piel del animal, y si al recibir las banderillas no se hubiera notado tanto como las agarraban con las manos por dentro de la piel, sin embargo con la espada no sé notó tanto. En fin que fue una tarde “bemorable”, con “b” de entre bien y muy bien. Y en la Plazuela había un “gentío” como en la vida. Quién se acuerde de estos hechos que lo diga, y si puede añadir algo más, mucho mejor. “Que es más fácil destruir un átomo que un prejuicio” (Albert Einstein) Salud.
Posted on: Sun, 22 Sep 2013 12:08:45 +0000

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