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Cuerpo y mente BOTIQUÍN NATURAL CONTRA EL ESTRÉS Equilibrar presiones y desafíos con flexibilidad es la clave para lidiar con este mal del siglo XXI. Aquí, los mejores recursos para alcanzar este objetivo con éxito. Hay momentos en los que estamos tapados de cosas para hacer y, sin embargo, nos sentimos llenos de energía: es lo que sucede cuando atravesamos una etapa de cambios positivos o cuando nos esforzamos para alcanzar una meta soñada. En otras ocasiones, en camb...io, a fuerza de lidiar con diversas situaciones de vida, sentimos que la vitalidad que teníamos, simplemente, se agotó. Empiezan a aparecer entonces los síntomas físicos y psicológicos propios de este agotamiento: angustia, tensiones, dolores de cabeza. En ambos casos, el estrés está involucrado, aunque de manera diferente. “El estrés es la fuerza que tenemos que hacer para adaptarnos a todos y cada uno de los cambios - buenos o malos- que vamos atravesando durante la vida. Cada adaptación implica un desgaste vital y la velocidad de ese desgaste vital es el estrés”. A lo largo de la vida, nos esforzamos por moldearnos a diversas circunstancias, “pero hay etapas en las que se tiene un enorme gasto adaptativo y si bien venimos equipados para afrontar cambios, cuando la demanda es mayor a la capacidad de adaptación, o se prolonga demasiado en el tiempo, es cuando se comienza a sufrir distrés”. El distrés (la cara negativa del esfuerzo vital de adaptación) genera síntomas físicos y psicológicos. “Los primeros tienen que ver con un cambio en la neuroquímica del cerebro: una vez que superó la capacidad de adaptación, el cuerpo colapsa y aumenta en sangre los niveles de cortisol, adrenalina y noradrenalina. El organismo va a hacer tener síntomas allí donde esté la vulnerabilidad biológica. Por ejemplo: si habitualmente se padece de contracturas, estas serán más fuertes; si se tienen problemas digestivos podrán aparecer úlceras o colon irritable”. Por su parte, en el campo psicológico, pasa algo similar: la persona “cae” por el lado más débil. Alguien sano e inteligente, por ejemplo, bajo la presión del distrés, puede estar funcionando por debajo de sus capacidades intelectuales o puede desarrollar trastornos de ansiedad, como el pánico, síntomas de trastorno obsesivo compulsivo, preocupaciones excesivas, depresión, etc. Afortunadamente, hay mucho para hacer a fin de frenar a tiempo y recuperar la estabilidad física y emocional. Aquí te cuento todo lo que tienes al alcance de la mano para darle a tu vida un saludable giro de 180°, que deje atrás estos desequilibrios. ¡PARA LA CABEZA! •Limpia tus pensamientos. Aquello que pensamos condiciona nuestros sentimientos y nuestra conducta. Si nuestros pensamientos son catastróficos, o vivimos haciendo negras hipótesis sobre el futuro, esta forma de pensar impactará negativamente en el ánimo y en la salud. Hay que tener la capacidad de detener este tipo de elucubraciones en cuanto aparecen. •No te quedes rumiando. No le des vueltas a las cosas, ni des por ellas más de lo que valen. Recuerda que mucho del estrés que experimentamos tiene más que ver con la forma en que nos tomamos lo que nos sucede, que con aquello que nos sucede realmente. •No te preocupes. La preocupación no es una buena compañía; la ocupación, sí. •Amplia tu mirada. No te ahogues en un vaso de agua; evalua con la mayor amplitud y serenidad tu situación. Pide otras opiniones, confia en tu red afectiva: a veces nuestra percepción de las cosas puede ser limitada y esa rigidez es lo que causa tensión. •Anticipate al estrés. Todos experimentamos mayor estrés frente a determinadas circunstancias. Aprender a reconocerlas y preverlas te ayuda a quitarles presión y a enfrentarlas con calma. •Medita. La meditación, la visualización el yoga u otras prácticas de esta naturaleza contribuirán a serenarte y devolverte el equilibrio perdido. ORGANIZATE •¡Orden en la sala! Nada llama tan rápido al estrés como el caos y la desorganización. Establece prioridades y lleva una agenda razonable de actividades. •No hagas más de lo que puedes hacer. Uno de los problemas de quienes viven estresados es que no saben decirle que “no” a nada. ¡Es tiempo de aprender! •Un espacio en blanco. Tu agenda diaria y semanal no puede ser un perpetuo listado de obligaciones. Tiene que haber tiempo para el relax, el ocio, el buen descanso, el esparcimiento positivo. Nada es tan reparador y anti estrés como una actividad placentera o un rato de descanso y soledad. CUIDA TU SALUD •Relajate. El aumento de las tensiones y el estrés provoca contracturas musculares y ese aumento del tono muscular provoca, a través del sistema nervioso central, mayor ansiedad y estrés. Hacer ejercicios de relajación es fundamental para cortar este círculo vicioso. •Respira hondo. Está comprobado que la respiración completa y profunda produce en el cerebro un efecto sedante. Si te sientes al borde del estallido de nervios, cierra lo ojos y haz cuatro o cinco respiraciones profundas, inspirando y espirando muy lentamente, y haciendo respiración abdominal. Funciona. •Haz actividad física. El ejercicio, incluso en su forma más moderada (una caminata de media hora diaria a paso vivo), reduce los niveles de ansiedad, genera endorfinas (y con ellas, una grata sensación de bienestar) y distiende los músculos. •Duerme bien. El sueño es fundamental para que el cerebro se recupere. El cuerpo humano necesita cumplir con un adecuado ritmo de sueño/vigilia. Estudios de privación de sueño demostraron que no dormir genera dificultades para hablar y para concentrarse, vacíos en la memoria. Procura acostarte y levantarte siempre a la misma hora, no te lleves trabajo a la cama, ni mires televisión hasta la madrugada: un tecito de melisa, y ¡a dormir! •Come sano. En la SAME recuerdan que es importante evitar el consumo de sustancias estimulantes del sistema nervioso central, como el té, el mate y el café. Este último se puede reemplazar por el descafeinado. Lo mismo puede decirse del abuso de bebidas colas, ricas en cafeína. La abundancia de azúcar y grasas en la dieta también resulta dañina. Lo que realmente es útil es aumentar la incorporación de sustancias antiestrés como la vitamina C, las del complejo B y algunos minerales como el magnesio y el zinc. •Renueva tus hábitos. Así como mejorar tu alimentación y moverte más tendrá un impacto significativo en el mejor manejo del estrés, dejar de fumar, si lo hacés, será fundamental. Si venías postergando la decisión, animate: tal vez éste sea tu momento de decirle chau al cigarrillo. ¿Ya estás preparando tu botiquín de buenos recursos para luchar contra el estrés? Bienvenido, entonces, a una nueva etapa de alegría, tranquilidad y mucho bienestar. ¿EL SECRETO? SER FLEXIBLES Un arma imbatible para hacer frente al estrés es la flexibilidad que tengamos para evaluar las cosas que nos pasan en la vida, así como nuestra capacidad de respuesta. Si eres de aquellos que dicen “las cosas tienen que ser así, porque yo lo digo”, te costará más buscar alternativas que te ayuden a enfrentar con eficacia las situaciones estresantes de la vida. Muchas personas viven estresadas porque persiguen metas que están alejadas de sus posibilidades: un adecuado equilibrio entre lo que quiero y lo que puedo mantiene a raya el estrés. ¿Cuál es la medida justa del estrés? “Estar lo suficientemente tenso como para seguir creciendo y aprendiendo pero lo suficientemente relajado como para no enfermar”. ALIMIENTOS ANTI ESTRÉS Si bien no existen alimentos que tengan el poder de combatir el estrés por sí solos, son muchos los nutrientes que contribuyen a fortalecer el organismo; al estar más sanos, podemos enfrentar las situaciones estresantes con mayor eficiencia. Por esta razón, no deben faltar en tu heladera ni en tu alacena: •Bananas, almendras, germen de trigo y levadura de cerveza: estimulan el buen funcionamiento de las células nerviosas ayudando al organismo a mantenerse relajado mientras que otros favorecen la irritabilidad. •Cítricos, brócoli, pimientos, melón y tomate: son ricos en vitamina C, una buena aliada contra el estrés. •Lácteos, carnes, cereales, palta y repollo: contienen vitaminas del grupo B, que fortalecen el sistema nervioso central. •Pescado: rico en vitaminas, minerales y oligoelementos. Un alimento poderoso. •Hierbas para tisanas: borraja, melisa y espino blanco son excelentes para alejar las tensiones y favorecer el buen dormir. SUERTE..!
Posted on: Sat, 29 Jun 2013 07:17:32 +0000

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