EL GAVILAN DE CANELA En el patio de su casa Pablo Canela observó - TopicsExpress



          

EL GAVILAN DE CANELA En el patio de su casa Pablo Canela observó con curiosidad a la gallina proteger a sus pollitos del asedio del gavilán. También vio al gavilán piando como un pollito para llevárselo en su descuido y así lo describió con su violín campesino. Nacido en 1914 en el barrio Los Dos Caminos de El Tocuyo, llamada Ciudad de los Lagos Verdes por sus valles poblados de amplios cañaverales, Canela mostró desde temprana edad inclinación por la música y especial atracción por el violín. En El Tocuyo colonial, tierra de fervor y golpes, Ciudad Madre de donde salieron a fundar otras ciudades, transcurría la apacible vida del músico en formación. Cuentan que su primer violín fue de cardón y al terminarlo exclamó: "¡soy más ebanista que músico!”. El interés de Canela encontró apoyo en el profesor José Rodríguez López, quien lo integró a la orquesta Euterpe, bajo su dirección. En 1955 abrió en Barquisimeto, nada menos que en el desaparecido Club del Comercio, la primera escuela para la enseñanza del cuatro, para transmitir a sus alumnos los secretos del instrumento nacional. Esta labor educativa la compartió con la fabricación de instrumentos, hasta convertirse en experto luthier. Sus detractores, que los tuvo como cualquiera, decían que compraba los instrumentos en Palo de Olor y les pegaba sus etiquetas, pero su tarea de fabricante era tan reconocida que creadores como Freddy Reina y artistas como Aldemaro Romero buscaban sus instrumentos, su asesoría y sus consejos de músico fino de agudo oído. Emprendedor y creativo, cuando vivió al frente de la Cárcel Modelo, alquilaba sombreros y sacos, prendas necesarias para entrar a la visita de los internos. Fue un larense modesto y sencillo de gran sensibilidad humana, haciendo gala en todo momento de ese don de artista que fue su sello de distinción. En el dominio del violín y del cuatro, Canela se afianzó para incorporar logradas composiciones al acervo musical larense, con sus piezas marcadas por su origen campesino, inspiradas en la vida rural, su gente, sus animales, sus costumbres. En el campo de la composición, fueron muchas sus creaciones que le dieron fama, además de “El Gavilán Tocuyano”, algunas de ellas de permanente difusión en las radios del país, “Ramoncito en Cimarrona”, “Hilda”, “Dulce melodía”, “Mirna” y “El burro de la manea”. Acompañado del conjunto de los Hermanos Báez –integrado por cuatro de sus hijos– grabó varias de sus piezas que recibieron premios nacionales y regionales. Con un violín Stradivarius se presentó con su gavilán tocuyano en numerosos escenarios donde conquistó el aplauso del público y los favores de la crítica. El violín de Pablo Canela calló el 25 de agosto de 1981, cuando contaba 67 años, orgulloso de haber cumplido como buen ciudadano –como dijo un día– con el estado Lara y su Tocuyo natal. También de haberle dado trece hijos a la Patria, el ejemplo de cuarenta años de unión con Carmen Luisa, a quien calificó de maravillosa mujer. Y la hermosa tarea de la enseñanza de nuestra música regional.
Posted on: Thu, 19 Sep 2013 17:19:45 +0000

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