EN LA PIEL DE GREY - CAPITULO 1.3 PARTE - TopicsExpress



          

EN LA PIEL DE GREY - CAPITULO 1.3 PARTE 3..................... Tras una mañana rutinaria hago un alto para comer. A la vuelta, sobre mi mesa hay un paquete. Supongo que serán los libros que le encargué a Morgan. Rasgo el papel y, efectivamente, es una primera edición en perfecto estado del libro favorito de Anastasia. Será un buen detalle para festejar su último examen. Y para que piense en mí. Ahora no tengo tiempo de echarle un vistazo, pero creo que entre sus páginas descubriré algo más sobre ella. La tarde resulta agotadora y aburrida, y salgo de la oficina con el mismo pensamiento con el que me he levantado clavado en mi cabeza. Necesito algo salvaje, y creo que Elena me puede ayudar. Cuando montamos el salón de belleza le encargué que seleccionara cuidadosamente al personal. Ella sabía a lo que me refería. Hoy es el momento de hacerle una visita. Y voy a ir solo, me apetece conducir. El salón está como siempre, atestado de mujeres que van de un lado para otro y con el inconfundible olor a cera, laca y perfume caro. Elena está tras el mostrador y me recibe radiante. Pasamos los primeros minutos hablando de nuestros negocios, pero ella me conoce bien. Sólo mirándome sabe que no he venido sólo a verla a hablar de la posibilidad de ampliar los servicios del salón de belleza. Con una pícara sonrisa en los labios me dice: - ¿Sabes? Acabo de contratar a una chica nueva. Pobrecita, creo que viene de un pueblo de Kansas, se incorporó hace sólo tres días, y está totalmente abrumada por la gran ciudad. Podrías invitarla a tomar una copa. - ¿A tomar una copa? - Ya me entiendes, Christian… Es esa muchacha morena que está barriendo. Tardo poco en dar con la chica. Efectivamente es muy guapa y, como todas, morena, delgada, bajita, delicada. Me gusta. Se mueve torpemente, mareando la escoba, sin saber muy bien qué hacer, hasta que alguien llega y le da una orden directa: - Cuando acabes aquí lleva estas toallas al almacén. - Claro, señorita. En seguida. Miro complacido a Elena. - ¿Y bien, Christian? ¿Qué te parece? ¿Es lo que tenías en mente? - Elena, como siempre, conoces a la perfección mis gustos. ¿Te ocuparás de los detalles? - Por supuesto, si acepta tus condiciones la tendrás en el cuarto de juegos en una hora. - Bien. Asegúrate de que firme el contrato. Nos sonreímos cómplices y dejo el salón. De vuelta le doy instrucciones a la señora Jones, y entro en el cuarto rojo. Huele a cuero y a madera, sólo el olor ya me excita. En pocos minutos tendré aquí a la sumisa. Examino mi humor, y me decanto por unos pañuelos de seda para inmovilizar sus manos y sus pies y una fina vara de sauce. Su piel parecía bastante delicada, y quiero verla estremecerse bajo el chasquido del sauce contra sus nalgas. Llevo todo el día esperando este momento, quiero descargarme sobre alguien, quiero dominar a alguien, quiero volver a sentir el poder y el control que Anastasia me ha quitado. Exactamente nueve minutos después de la hora acordada tres toques en la puerta me anuncian que ya está aquí. Abro furioso para encontrarme a la muchacha arrodillada, con las piernas abiertas, el pelo trenzado y la mirada baja. Sólo lleva puestas unas bragas de algodón blanco. Elena ha hecho a medias su trabajo. Llega tarde, y con una ropa interior digna de la granjera de Kansas que es.
Posted on: Mon, 23 Sep 2013 20:51:09 +0000

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