El nihilismo ruso Desarrollo El fenómeno cultural ruso - TopicsExpress



          

El nihilismo ruso Desarrollo El fenómeno cultural ruso conocido como nihilismo se desarrolló durante el reinado de Alejandro II (1855 a 1881), zar de carácter liberal y reformista. La década de los sesenta es considerada como la década del nihilismo. La pérdida de la Guerra de Crimea (1854-1856), la apertura del régimen al exterior (apertura no sólo económica, sino también cultural e ideológica) y las relativas libertades concedidas por el zar –por ejemplo, en prensa– sirvieron de caldo de cultivo para esta nueva subcultura. De carácter fundamentalmente intelectual, el nihilismo representó una reacción contra las antiguas concepciones religiosas, metafísicas e idealistas. Los jóvenes nihilistas, retratados como rudos y cínicos, combatieron y ridiculizaron las ideas de sus padres. Su sinceridad rayaba la ofensa y el mal gusto, y esta actitud fue lo que más pareció definir a este movimiento. La actitud despectiva y negativa quedó perfectamente retratada en el personaje Bazárov de la novela Padres e hijos de Iván Turguénev. En el extremo sentimentalismo de los padres, estos jóvenes sólo veían una forma de hipocresía. Observaban cómo sus románticos padres explotaban a sus siervos, maltrataban a sus esposas e imponían una disciplina estricta en sus hogares y, paradójicamente, luego se dedicaban a hacer poemas y exhibir un comportamiento ridículo, como ilustró posteriormente el conocido anarquista Piotr Kropotkin en sus Memorias de un revolucionario (1899). "Los nihilistas rechazaban y abandonaban, en nombre del progreso, todo lo que no podía ser justificado científicamente, como supersticiones, prejuicios y costumbres." Criticaban las posiciones esteticistas en el arte por recrearse con la belleza en abstracto y carecer de una utilidad social real. Adoptaron también una postura ética utilitarista denominada "egoísmo racional" por la cual buscaron redefinir las relaciones sociales en ámbitos como la amistad, el amor o el trabajo. El Rússkoe Slovo: primera etapa (1859-1862) La tendencia nihilista fue una parte del radicalismo ruso de la época. Tuvo su medio de expresión en una publicación llamada Rússkoe Slovo (Palabra Rusa, ru:'Русское слово' (журнал)), creada el año 1859. Pero no fue sino hasta la incorporación del joven Dmitri Písarev (1840–1868) el año 1860 que la publicación se convirtió en representativa de esta tendencia. Písarev – a pesar de tener una formación de letras – se dedicó a popularizar los últimos avances en ciencias naturales, y en especial en fisiología. Los mayores referentes ideológicos fueron los materialistas alemanes, denominados vulgares por su reduccionismo y extremo determinismo. Destacó el triunvirato formado por Büchner, Moleschott y Vogt. Písarev interpretaba las relaciones personales, afectivas o laborales e incluso el desarrollo histórico, desde una vertiente fisiológica. En uno de sus artículos sobre Moleschott, llegó a afirmar que la hostilidad en torno al progreso era consecuencia de una dieta poco nutritiva y que, al contrario, una dieta equilibrada conduciría a un desarrollo completo del potencial intelectual. Contrario al idealismo, Písarev calificaba los ideales de alucinaciones, por no poder ser experimentados mediante los sentidos. Otra de las bases del movimiento fue el positivismo, con el que estos jóvenes compartieron su afán ilustrador y su apología del modo de pensar científico. Autores positivistas como Comte o Buckle fueron un claro referente de Písarev y otros jóvenes nihilistas. En su artículo "Bazárov" (febrero de 1862) Písarev se identificó con el personaje de Padres e hijos, con el que simpatizaba en gran medida, tanto por su extremo individualismo como por su proceder científico. En este artículo Písarev defendía que ningún tipo de conocimiento o convicción debía ser aceptado como artículo de fe. Sólo los sentidos podían constituir la base para la construcción del conocimiento, dejando de lado toda especulación y teorización vacía. El método científico, con la observación y la experimentación, nutría perfectamente esa necesidad de asimilar el conocimiento fisiológicamente. La concepción sensualista la empleaba también Písarev para justificar la conducta de los individuos. Éstos debían guiarse por impulsos naturales y por un calculado egoísmo, despreciando convenciones y tradiciones de todo tipo. Los prejuicios y obligaciones religiosos, familiares o sociales debían también ser rechazados. Bazárov se convertía así en el referente de la publicación. “Si el bazarovismo es una enfermedad, es la enfermedad de nuestro tiempo”, sentenciaba Písarev. El bazarovismo o nihilismo se extendía como el cólera, y nadie podía pararlo, expresaba éste. Una oleada represiva contra las instituciones y publicaciones radicales terminó ese mismo año con el arresto de Písarev y el cierre del Rússkoe Slovo (el intelectual Chernyshevski y “su” publicación Sovreménnik - El contemporáneo (en:Sovremennik) - corrieron la misma suerte). Písarev protestó desde el anonimato contra la campaña represiva y defendió al intelectual Herzen de las calumnias vertidas por un agente zarista llamado Shedo-Ferroti. Adoptó en esta ocasión un tono excesivamente violento, terminando el panfleto con una invitación –a los jóvenes “vivos y frescos”- a la aniquilación completa de la casa real –“corrupta y podrida”. No obstante, la imprenta ilegal fue detectada y las pistas obtenidas dieron con la identidad de Písarev. El episodio terminó con la encarcelación de éste en la Fortaleza de San Pedro y San Pablo, donde permanecería cuatro años (1862-1866). A pesar de este capítulo, pocos meses después se permitió la reapertura del Rússkoe Slovo y fue concedido a Písarev un permiso para continuar publicando desde el presidio. El Rússkoe Slovo: segunda etapa (1863-1866)[editar · editar código] La segunda etapa de Rússkoe Slovo la marca la incorporación del joven Varfoloméi Záitsev (1842-1882) el año 1862 y la ruptura ideológica definitiva de esta publicación con la otra publicación radical de la época, el Sovreménnik (El contemporáneo). Varfoloméi Záitsev siguió una orientación similar a la de Písarev, compartiendo las mismas bases ideológicas que éste. Destacó por el tono agresivo de sus escritos. La divergencia se inició con la identificación de Písarev con Bazárov, quien era visto por Maksim Antonóvich –uno de los redactores del Sovreménnik- como un personaje frío y carente de sentimientos, y una caricatura grosera de la juventud de la época. Pero fue el enfrentamiento entre Mijaíl Saltykov-Shchedrín y Záitsev el que determinó finalmente la división. Los jóvenes nihilistas aparecían a ojos del populista Saltykov como una banda de charlatanes cargados de pesimismo y negatividad. Y para Záitsev y Písarev las posturas populistas, es decir, la fe en el campesino analfabeto e ignorante como motor de todo progreso en Rusia, eran una soberana estupidez. Chocaban igualmente en algunos referentes ideológicos. En el Sovreménnik se impuso la filosofía hegeliana (concretamente el hegelianismo de izquierdas representado por Feuerbach y su religión humanista) y en el Rússkoe Slovo el materialismo vulgar y el cientifismo radical. Para Písarev y Záitsev la filosofía de Hegel y la dialéctica en general constituían un cúmulo de abstracciones carentes de sentido. Los jóvenes de Rússkoe Slovo se caracterizaron por su “egoísmo racional”, que se contrapuso al altruismo y sacrificio personal que predicaron los integrantes del Sovreménnik y posteriormente los populistas de la década de los setenta. En sus escritos sobre la obra de Darwin, El origen de las especies (la traducción rusa salía a la luz el año 1864), Písarev veía justificado científicamente este egoísmo, pues cada especie actuaba únicamente en función del propio interés. Záitsev adoptó una postura ligada al darwinismo social, sosteniendo la inferioridad de las razas de color –inspirado, sobre todo, por Karl Vogt– y negando que tuvieran una función importante en la historia. Otro de los puntos de discusión entre las dos publicaciones radicales fue el referente al arte. Para Antonóvich, por ejemplo, el placer estético era una necesidad natural. Písarev y Záitsev criticaron, en contraposición, las posturas esteticistas en el arte (el llamado “arte por el arte”) por carecer de utilidad social. Písarev desarrolló toda una teoría del egoísmo racional que, sobre todo en artículos como "Realistas" (1864) o "Proletariado Pensante" (1865), se convirtió en variante del utilitarismo. Por una parte la “liberación de la personalidad”, que en sus primeros artículos representaba la depuración del propio ego de todo aquello que es artificial o impuesto por agentes externos, como deberes y obligaciones. Y por la otra, esta nueva concepción del egoísmo racional, que fue adquiriendo progresivamente un tono utilitarista, abandonando las concepciones iniciales más hedonistas. Písarev proclamaba en “Proletariado Pensante” que el egoísmo, concebido de forma racional, no tenía porque estar reñido con el amor por la humanidad, que el interés individual podía coincidir con el bien común. Si los hombres y mujeres nuevos se dedicaban a labores de utilidad social – y Písarev veía a los científicos como una nueva vanguardia – las contradicciones quedaban eliminadas. En "Realistas", Písarev trataba temas como la liberación de la mujer, la necesaria industrialización en Rusia, la necesidad de popularizadores de ciencias naturales y –en oposición a la tendencia populista- lo inútil de emprender la “ida hacia el pueblo” con tan gran número de campesinos analfabetos. No era todavía la época de una “ilustración masiva”, y lo único que podía traer el progreso a Rusia eran científicos, técnicos, publicistas y otros “proletarios pensantes”. Las posturas sensualistas, positivistas, darwinistas y extremadamente egoístas de los jóvenes del Rússkoe Slovo los diferenciaron y enfrentaron, así, a los integrantes del Sovreménnik, publicación en la cual se predicaba el altruismo y se mitificaba al pueblo, continuando la tradición moralista del publicista Nikolái Dobroliúbov, que integró también esa publicación, y que murió prematuramente el año 1861. A pesar de que Písarev y Záitsev compartían muchos puntos en común con Chernyshevski, se diferenciaron de éste en sus posiciones. Posteriormente, Chernyshevski criticó las posiciones positivistas y darwinistas de esos jóvenes, aunque publicara su novela "¿Qué hacer?" (1863) inspirado por la nueva tendencia y su carácter moral. Chernyshevski es conocido por ser un partidario del socialismo agrario basado en el mir o comuna rural rusa. Písarev, en cambio, recibió gran influencia de Saint–Simon y adoptó una postura industrialista. Siempre desde una dimensión apolítica, defendió el desarrollo económico y social pacífico a través de la labor educativa y modernizadora (industria, tecnología, etc.). Záitsev se lamentaba del bajo nivel intelectual y educacional del campesinado ruso y, a diferencia de los posteriores populistas, era escéptico respecto a esta clase social, viendo en el obrero occidental una clase social mucho más avanzada. Záitsev, al igual que su compañero de publicación Nikolái Sokolov, redactor económico del Rússkoe Slovo, se identificó con el pensamiento del anarquista francés Pierre Joseph Proudhon. El cierre de Rússkoe Slovo e influencias posteriores Con el atentado del miembro de Naródnaya Volia Dmitri Karakózov (abril de 1866), las publicaciones radicales de la época, el Rússkoe Slovo y el Sovreménnik, fueron clausuradas por alimentar tendencias subversivas. A pesar de esto, Grigori Blagosvétlov, antiguo editor del Rússkoe Slovo, estaba autorizado a publicar en Delo (El Hecho), donde participaron otros componentes del Rússkoe Slovo como Piotr Tkachov o Nikolái Shelgunov que, a diferencia de Písarev y Záitsev, no eran representativos de la tendencia nihilista. Písarev participó en esta publicación, pero tras unas disputas con Blagosvétlov, rompió con la misma. Moría supuestamente ahogado el año 1868. Se hipotetiza con el suicidio (diversos intentos en el pasado por parte de Písarev hacen creíble esta hipótesis). Záitsev, que tenía prohibido publicar, huía al exilio el año 1869, vinculándose a grupos anarquistas suizos. También se unía a grupos anarquistas suizos Sokolov, antiguo redactor económico del Rússkoe Slovo, que escapaba en el año 1872 a su cautiverio. La subcultura nihilista perdía así su medio de expresión y sus principales representantes. Aun así las obras de Pisarev continuaron ejerciendo una fascinación importante en la juventud rusa hasta principios del siglo XX. Se llegó a calificar el nihilismo como una etapa de la primera juventud por la que muchos pasaban. Los seguidores de Písarev (o písarevtsy) fueron criticados por los miembros de Naródnaya Volia de la década de los setenta. Nikolái Mijáilovski, conocido poeta radical, veía en esta corriente un egoísmo y un solipsismo contrarios al espíritu populista. El terrorista de Naródnaya Volia Lev Tijomírov criticaba a los seguidores de Písarev por basarlo todo en impulsos personales, ignorando al pueblo, y calificaba el nihilismo de pretensión aristocrática, surgida a la sombra de una nobleza decadente. Más que una adaptación del utilitarismo inglés a la realidad rusa Tijomírov consideraba que el nihilismo ruso era una caricaturización del mismo, y que su pretendido utilitarismo sólo era una excusa para la inmoralidad y un llamamiento a la vida disoluta.
Posted on: Sun, 06 Oct 2013 06:11:24 +0000

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