Esta imagen (la de la izquierda) la tomé ayer desde el mismo barco (cuando digo desde el mismo me refiero a idéntica compañía y recorrido: Vigo - Cangas, la embarcación era otra) que se utilizó para el cartel y escena final de “mi” película, de la "hay muchas pero no hay otra", de la que podría ver cien veces y cien veces me arrancaría las putas lágrimas y las puñeteras sonrisas... amargas, de esas sonrisas en la que las que las comisuras se vuelven de cristal y por cortar cortan hasta el aliento. De la, para mí, puede que irrepetible, acaso insuperable, tal vez inmejorable "Los lunes al sol". Me faltó un adjetivo, seguramente el más importante: actual. La nunca más vigente "Los lunes al sol". Y es que si ahora no somos siameses cuándo coño vamos a serlo. Si en medio de esta tormenta de mierda que nos llueve desde el BOE no entendemos que al nacer (ya antes) nos clasifican en cigarra y hormiga y ni lo comprendemos ni lo cuestionamos, ¿cómo vamos a tener conciencia de clase abocados como estamos a mostrar servidumbre de esclavos que, por no saber que lo son ignoran que podrían no serlo? Pero bueno, mi intención en este post no era hablar de la política rastrera de políticos rastreros. Ni de ciudadanos heróicos y ciudadanos cobardes. Tampoco de farolas que hay romper cada atardecer (¡qué momentazo!). No de suicidios con orujo en las venas, lágrimas en los ojos, cartas de despedida que ni dios entiende en una boca pastosa y nada en los bolsillos. Y menos de directores de banco hijosdeputa, de fingir para encontrar trabajo, de arrastrarse para no perderlo o de no arrodillarse para quedarse sin él. Si, a veces quiero hablar de eso y a veces no. Hoy no lo pretendía y al final, de una forma u otra, siempre acabo haciéndolo, igual que de la tragedia de los animales. Puedo ir de lo que vaya que es inútil. Francis Bacon decia que "el disimulo es una sabiduría abreviada" y yo soy un ignorante largo. Más pronto que tarde me sale el activista animalista y el ¿trasnochado? de izquierdas (nunca tengo sueño para dormir algunas noches que no son descanso sino coma de la dignidad). Yo pretendía hablar de mi tierra. Galicia, y de eso que en el resto de este país torturatoros, apaleaburros, abandonaperros o degüellacerdos, pero también “liberacionistasanimales” se llama nostalgia y saudade en Portugal. Yo pretendía hablar de la morriña... Esta imagen la tomé ayer desde ese barco en el que Santa (Javier Bardem) se reía (sangrando por los ángulos de sus labios) porque se olvidó de las cenizas de su hermanos siamés que se arrojó al vacío sin llevárselo a él (¿o tal vez sí lo hizo?): Amador (Celso Bugallo), un actor que, por cierto, además de impresionante en sus dotes dramáticas es antitaurino, yo lo he visto participando en la Manifestación que Galicia Mellor Sen Touradas celebra cada año en Pontevedra. La morriña de una tierra que siendo la mía llevo más años añorándola que pisándola. La morriña de una tierra que probablemente será la próxima en abolir las corridas de toros. Y cuando llegue ese instante espero estar allí para celebrarlo tomándome unas hierbas, acompañado de muchos de mis siameses, en la cubierta de ese mismo barco que para mí representa, simbólicamente, un campo de batalla sin líneas divisorias: aquel en el que se lucha por la liberación de animales humanos y no humanos. Quien crea que son batallas diferentes está equivocado. Lo está porque el enemigo es el mismo, y mientras no lo entiendan no sabrán contra quién ni cómo pelear. Y perderán una y otra vez. Te quiero Galicia. Y sin toros te amaré.
Posted on: Tue, 06 Aug 2013 16:23:58 +0000
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