Hoy hace un año el fuego entró en VGR. A mi me tocó vivirlo muy - TopicsExpress



          

Hoy hace un año el fuego entró en VGR. A mi me tocó vivirlo muy muy cerca y hace muchos meses quise hacer un ejercicio de reflexión personal y liberarme poniendo por escrito lo que viví aquellos días. Hace muy poco que lo terminé (justo a tiempo podría decir) y que ría compartirlo con mis amigos y todo aquel que quiera leerlo. Es mio y personal, por eso lo pongo aquí. Espero que nadie se ofenda ni se moleste. Si es así lo siento, no es esa mi intención aunque se digan cosas duras aveces. AGOSTO 2012. EL FUEGO DE LA GOMERA Hoy vuelvo a sentarme de nuevo delante del papel en blanco. Una vez más intentaré relatar lo que pasó aquellos días de agosto, mis vivencias y mis sentimientos de los días en los que el fuego arrasó la Gomera. Hace tiempo que perdí la cuenta de las veces que me he sentado delante de este mismo papel y me he tenido que levantar frustrado. Y es que seguramente resulte menos traumático enfrentar "miedos" que recuerdos dolorosos. Para los recuerdos dolorosos hay mecanismos en la mente, mecanismos que los llevan al olvido, y antes de que los míos caigan ahí, me siento en la RESPONSABILIDAD de compartirlos igual que compartí las fotos del 12 de agosto de 2012. Es difícil decidir un día como punto de partida de lo sucedido el verano pasado. No me gustaría dejar fuera el primer "conato-incendio", el “normal”, el de todos los veranos en Las Hayas... Aunque este año menos normal cuando un ave o un rescoldo en llamas cayó en una palma cerca de San Antonio. Eso sucedía el día del primer partido de la supercopa de España, por eso lo recuerdo. Poco después del final del partido perdimos la electricidad en todo el pueblo y subí con mi madre a ver qué había pasado. Al final de esa noche, junto con 3 personas más del pueblo terminamos a mitad del camino a la Hayas por el risco de Guadá, intentando apagar un pequeño conato... Este "pequeño fuego" hubiera quedado en el olvido, como todos los que tienen lugar TODOS los veranos, si no fuera por el comentario generalizado que muchos hicimos esa noche: "si en vez de en la palma el rescoldo cae en las cañas del barranco, hubiera ocurrido una desgracia". Después de este prólogo, creo que mi historia con los incendios del verano no empieza en la Gomera, viene un poco antes: el día 15 de Julio, cuando, en viaje de vuelta a casa en el Armas de por la tarde, nos sorprendía el humo y las llamas que salían de los altos de Adeje. Recuerdo ver claramente las llamas ya por media travesía, y el nudo en la garganta al intuir que no sería fácil la extinción. 4 días después, el incendio quedaba estabilizado después de quemar más de 1200 hectáreas, quedando el consuelo de no lamentar pérdida de vidas humanas y la confianza en la capacidad de regeneración del pino canario. En la Gomera todo empezó el día 4 de agosto. Tres focos en zonas próximas a Las Paredes y Chipude. Ya llegó tarde para recordar donde estaba o como recibí esa noticia. Supongo que fue como otro de los muchos pequeños incendios que verano tras verano afectan a las zonas altas de la Gomera. Incendios provocados e incluso diría que permitidos y aceptados. Incendios, 4 o 5 cada verano, más de 900 en los últimos 30 años que no llegan a quemar más que matorral y que año tras año quedan sin investigar porque simplemente es más fácil mirar para otro lado. Las noticias de los días siguientes convirtieron aquellos "focos sin importancia" en algo preocupante, sobre todo al ver ardiendo la Fortaleza de Chipude y la zona de los Roques, retrotrayendo las mentes al año 1984 y las vidas perdidas después de los repiques de campanas y los gritos de "todos a los camiones y pal monte". En esos días recibí la llamada de un buen amigo, antiguo cargo de la sala del 112 en Tenerife. Preocupado por los incendios pasó a echar una mano a sus antiguos compañeros. Sus primeras palabras fueron "vaya la que tienen armada en la Gomera: Cada uno tirando por su lado (ayuntamientos, cabildos, efectivos del parque,...) Una descoordinación total” -tiempo más tarde recordé esta conversación al ver en la televisión canaria una noticia donde salía un "supuesto" centro de coordinación del Cabildo donde presidente y técnicos se arremolinaban en torno a una mesa con un plano de carreteras... El día 7 de agosto subimos a Chipude para comprobar con verdadero horror los estragos: la zona de la Fortaleza en cenizas, el alto de Garajonay y ese sendero que años antes recorriera con dos buenos amigos, Igualero, ... y los helicópteros e hidroaviones aún refrescando la zona. Ese "primer fuego" pierde importancia y las autoridades decretan la bajada de nivel... maldita bajada de nivel y malditas autoridades. Ahora sabemos que fue el Cabildo el que dio la orden y el Gobierno de Canarias el que la aceptó sin preguntar, ignorando el INFOCA, haciendo caso omiso a la previsión de altas temperaturas para los días siguientes, y permitiendo que los efectivos de la UME y brigadas de otras islas salieran de la Gomera, y que los hidroaviones volvieran a la península. El 10 de agosto fue mucho peor. Se abren las carreteras y todos nos sentimos algo más aliviados y confiados, así que decido pasar el fin de semana en el sur con mi equipo de fútbol aficionado, tal y como tenía previsto. En el trayecto a San Sebastián pudimos comprobar la dimensión real de aquel "primer fuego" y lloré por primera vez. Creo que la sensación más dolorosa de aquel verano y los meses siguientes ha sido sin duda la impotencia. Aquel día, aún crédulo y confiado de lo que nos contaban, sentía impotencia y rabia al pensar en ese hijo de puta sin corazón capaz de causar aquello. Pensaba también en las décadas que había costado que el monte volviera a la zona quemada en el 84, y todo el trabajo que iba a tener que iniciarse desde cero. Ya en el barco y a mitad de travesía otra vez el nudo en el estómago y otra vez la angustia al ver una columna de humo que se alzaba en el centro de la isla. Al llegar recuerdo comunicarme con mi casa y recibir noticias más "suaves": se reactivaba el incendio pero esperaban controlarlo en poco tiempo, así que decido esperar acontecimientos. Aquella noche, a las 3 o 4 de la mañana recibo una llamada de un amigo, concejal del ayuntamiento de Valle Gran Rey. Me pedía mediación con los vecinos de la Calera para permitir la re-conexión de la instalación ilegal de telefonía de Juan Rejón. El fuego se extendía y había que desalojar vecinos de las Hayas y Arure al polideportivo de Borbalán. A la mañana siguiente las noticias eran bastante peores: el fuego cobraba más violencia y entraba con fuerza en el Parque Nacional en dirección a las Hayas. Las carreteras habían quedado cortadas y no había forma de entrar ni salir de Valle Gran Rey, y además se desalojaba gran parte de la zona alta de la isla y Guadá. La noticia del desalojo de Guadá me preocupó especialmente: se notaba el calor, sabíamos de la sequedad del invierno y del estado del cañaveral del barranco… y recordaba la noche del incendio de las Hayas. Quisiera pararme un poco y comentar ese desalojo para poder calificarlo de descoordinado y mal planificado: no se informó debidamente a la población, no se hizo ni una sola recomendación (cerrar ventanas, desconectar bombonas, limpiar un poco el exterior,... y otras pequeñas medidas que hubieran salvado casas) no se organizó un sistema para poder permitir que los vecinos (en grupos y controlados) pudieran subir a echarle de comer a los animales, retirar vehículos, regar los alrededores,... Todo lo que se dijo fue "fuera de aquí o tendremos que multarlos" De cualquier forma, yo sabía que no todos estaban desalojados, amigos míos (casi familia) y otros conocidos se habían quedado en sus casas, escondidos para que la Guardia Civil no los desalojara. Mandaban fotos y vídeos del fuego en lo alto del risco, y ante la idea de que pudiera entrar en el pueblo, sentí una mezcla de rabia e impotencia, esta vez no con los pirómanos, esta vez porque NECESITABA volver. Me angustiaba la sensación de imaginarme a mi gente luchando contra el fuego y yo lejos. No es que pudiera hacer nada especial, pero necesitaba estar. Aquella tarde decidí que tenía que regresar al pueblo como fuera. Llegar a la Villa era fácil, y colgado al teléfono buscaba una forma de entrar en Valle Gran Rey. Mi primera intención era coger el último barco e intentarlo por carretera (tenía el coche en la Villa) Si se daba el caso de no poder cruzar siempre podía dormir en el coche e intentarlo al día siguiente en algún barco. Mi novia (conmigo en Tenerife) y mis padres por teléfono me convencieron de que esperara a la mañana siguiente. No fue fácil aquella noche tampoco. Casi no dormí. Seguían llegando fotos y malas noticias, pero el fuego no entraba en el pueblo. Ya por la mañana cogimos el primer barco, y en el trayecto nos enteramos de que José Miguel (Excursiones Tina) había puesto en marcha un enlace entre San Sebastián y el Puerto de Vueltas. Creo que nunca podremos agradecerle lo suficiente aquella iniciativa. Ni el Gobierno de Canarias, ni Cabildo fueron capaces de ver y mucho menos pensar en la necesidad y forma de comunicar un municipio turístico incomunicado por un incendio en pleno agosto. Menos mal que teníamos a José Miguel y su gente. En el trayecto me encontré con otro amigo, lo llamaré JM (usaré siempre iniciales para no crearle ningún perjuicio ni posibles multas) Él vive en Guadá, y ambos decidimos que teníamos que saltarnos el cordón policial y subir como fuera. Una vez desembarcados tuve el tiempo justo de subir a casa, cambiarme de ropa, ponerme las botas, coger la cámara... y recibir un consejo de mi padre, que me dijo: "si el fuego baja ten cuidado y aléjate rápido si ves humo dando vueltas, que son corrientes a altas temperaturas”. Más tarde me acordaría de aquel concejo. Nuestra idea era subir por el camino de los Reyes, pero al llegar a la Casa de la Seda nos dijeron que ya habían pillado a algunos vecinos intentando eso mismo. Al final conseguimos pasar. No diré cómo ni gracias a quien, pero también le debo toda mi gratitud a DC. Ya en la zona evacuada, JM y yo caminamos directamente al Lomo del Balo. Allí pasamos la mañana con la docena de vecinos que quedaban en el lugar, vigilando cualquier movimiento de la policía, agazapados entre las casas y los coches para no ser vistos. Desde allí saqué las primeras fotos de un pequeño conato en lo alto del risco en la zona de las Gavetas, y allí mismo, JM llamó al 112 para informar. Después llamamos a personas del ayuntamiento para dar la voz de alarma. Ya ellos lo sabían y lo habían comunicado… no se hizo ni una sola descarga en aquella zona durante toda la mañana. Ya a mediodía bajé a casa de “mis familiares” en la zona del Retamal. Allí comí con FB y SB. Caballas guisadas con papas fritas y frutas de postre. Incluso conseguimos una caja de cervezas para acompañar. Algún día contaré como llegaron a nosotros pero no hoy. El resto de la tarde la pasamos sin mucho más que hacer, salvo SB que visitó varios pajares de amigos para echarle de comer a los animales; algún paseo para encontrarme con otros vecinos que limpiaban y regaban los alrededores “por si acaso”; un rato de tele; fotos de los hidroaviones que pasaban a lo alto,… y todo con la sensación escalofriante de vivir en un pueblo fantasma. Nadie a la vista. Sin ruidos a parte de los propios de la naturaleza o las motosierras de la UME haciendo un cortafuegos durante algunas horas. Nadie ha vivido Guadá como lo vivimos nosotros esos días. Aquella tarde a las 15:26 h (lo sé porque en las fotos digitales se queda grabada la fecha y hora) se reavivó el conato de la mañana. No se veían las llamas pero si una gran “jumasera”, que incluso llegó a bajar al fondo de las Gavetas. Esta vez sí, los helicópteros actuaron, no sé si de forma suficiente (más tarde se vería que no) pero sobre las 20:45 h el humo se había asentado y parecía haber pasado el peligro. La pausa fue suficiente para cenar algo, darnos una ducha y ver el partido de baloncesto de la final de las olimpiadas, el España - Estados Unidos. Sobre las 22:35 h estaba viendo la televisión, y desde fuera de la casa FB me llamó. Todavía ahora recuerdo aquellas palabras como si hubieran sido hace un rato y me estremecen como entonces: “ya empezó” En la memoria colectiva quedan gravas a fuego las vivencias de un pueblo. Se trasmiten de padres a hijos, oralmente o a través de la cultura popular. FB es tocador de tambor y romanceador, y conoce las coplas y las décimas del incendio. Aquellas que relataban lo sucedido el año 78, cuando unos cables eléctricos prendieron una palma y el fuego arrasó el valle. Quizás no se diera cuenta, pero ya sabía lo que se nos venía encima, y con aquel “ya empezó” no hizo más que recordar lo que ya había vivido en coplas. Al principio fue sólo un pequeño conato, un resplandor en el fondo de aquel barranco de las Gavetas, muy profundo y muy lejano. Las noticias vuelan, y casi enseguida recuerdo recibir 2 llamadas, una de HC y RS. HC estaba en la zona del Hornillo-Chelé con un cuñado, y RS en los Granados con su padre y su hermano. Desde esas zonas no se veía nada y les trasmití exactamente lo que creía: es un pequeño fuego que parece que va remitiendo. Y es que por momentos se veía más “flojo”. A las 22:48h, y sin previo aviso el fuego se reavivó con una violencia inexplicable: se iluminó todo el risco en esa zona y empezaron las llamas a caminar hacia la ladera norte, hacia el Lomo del Balo. Al principio el fuego fue relativamente lento, y media hora después ya se veían claramente arder las primeras palmas en esa zona. A las 23:35h se inició realmente el “infierno”: el humo tapó toda la banda del frente (La vizcaína, El Hornillo,…) y llegó al risco del agua que se prendió INSTANTANEAMENTE, como si fuera pólvora. Una gran bola de fuego hizo que se iluminara todo de repente y al pasar y despejarse un poco el humo, ya todo ese lado del barranco era fuego. Todo eso ocurrió en menos de un minuto. En ese momento como si nos hubieran dado la salida para una carrera nos pusimos en marcha casi sin decirnos nada. SB desapareció y hasta poco después no supe por qué. Había ido a soltar sus animales. FB cogió la manguera y empezó a mojarlo todo. Yo, entre foto y foto, me acordé de algunas recomendaciones que me diera mi amigo el del 112, y quité las cortinas de la casa y mojé varias camisas por si el humo no nos dejara respirar. Cerramos todas las ventanas, colocamos la bombona de butano en el baño, dentro de la bañera,… A las 23:38 ya no quedaba en esa banda de la Vizcaina punto que no ardiera, el fuego se seguía acercando por el Lomo del Balo… increíblemente el barranco seguía sin arder. No sabría decir en qué momento exacto fue, pero en esos instantes tuve pensamientos que no olvidaré jamás: el primero fue al acordarme de JM y la gente de Lomo del Balo (incluso niños); HC y su cuñado en el Hornillo, RS con su gente en los Granados, y tantos otros escondidos en sus casas ¿Cuántos de ellos estarían muertos?; también pensé en lo que costaría reconstruir desde las cenizas un pueblo entero ¿sería posible?¿valdría la pena?¿cómo se haría?; y sobre todo, y por primera vez desde que tengo uso de razón, sentí miedo de no escapar de ese noche y pensé en mis seres queridos, mi familia, amigos y mi novia –ella podía además perder su casa, sus recuerdos y mucho más- quise llamarlos para despedirme -por si acaso- pero enseguida descarté la idea. Realmente se siente uno pequeño e impotente ante un fuego así: cuando nos dimos cuenta había pasado una hora (que me parecieron minutos) y el fuego ya casi nos rodeaba totalmente. El humo, el olor, pero sobre todo el ruido. Ese estruendo que nos visita y nos seguirá visitando muchas noches, las sirenas de los coches de la guardia civil y la UME, los altavoces de los medios de extinción en su huida mientras ordenaban salir de las casas y correr hacia abajo. Eran momentos casi irreales, como en una película. Recibo una llamada de mi padre que me pide que salgamos de allí con mi madre llorando detrás. Intento tranquilizarlos, y les miento diciéndoles que ya estamos saliendo, aunque en realidad seguíamos remojando todo. Creo que tardamos media hora más en salir. Me sorprendió y aún hoy me sorprende la templanza de SB, su calma en aquellos momentos me parece algo sobrenatural. Hizo todo lo que se debía hacer y creo que sólo abandonó su casa cuando se dio cuenta de que realmente nos estábamos jugando la vida. Por más que lo intento no soy capaz de darme cuenta de lo que realmente debieron sentir ambos en ese momento. Abandonaban su casa sin saber si realmente la volverían a ver en pie o, incluso, con la certeza de que eso no iba a pasar. Sus recuerdos, sus vivencias,… toda su vida quedaba atrás. Desde ese segundo hasta las 9:00 de la mañana del día siguiente no sabrían que le pasó a su casa. Llegamos al coche e intentamos bajar hacia la costa. Al llegar al cementerio ya el fuego cercaba de tal manera ambos lados de la carretera que tuvimos que dar la vuelta y subir. Ahí fue cuando me acordé de mi abuela, enferma del corazón, me pregunté cómo estaría, si aguantaría aquello… me acordé otra vez de los amigos a los que creía muertos ¿Dónde se les iba a enterrar si el cementerio ardía también? Al llegar a San Antonio nos encontramos con un coche de Medio Ambiente, aquello nos dio cierta seguridad y paramos esperando a que todo pasara para volver. Ya el fuego estaba en el Retamal. Eran las 23:56h y pasó algo que no entendí hasta pasados varios días: según bajamos del coche FB y SB, se fueron a la zona trasera de la iglesia a mirar al mismo sitio. Yo pensaba en la gente, las casas, todo lo destruido, intentaba documentar aquello porque yo no vi lo que pasó en el 78 y quería que mis hijos no olvidaran lo que puede pasar … pero ellos, en aquel momento pensaban en SU casa y la buscaban. ¿Qué puede sentir una persona que busca su casa para saber si está ardiendo? ¿qué niveles de angustia es capaz de soportar alguien en esas circunstancias? Desde San Antonio no se ve su casa, pero aún así miraban como la cercaba el fuego. Sin duda, desde aquel balcón al infierno, lo más escalofriante -incluso más que el propio sonido, las imágenes, la luz,...- eran las explosiones, seguramente de bombonas de butano. Fueron muchas, y sólo podías esperar que no hubiera nadie cerca. Al poco tiempo las llamas, el humo que a veces llegaba dando vueltas como decía mi padre… pero sobre todo la "huída" del de Medio Ambiente casi sin decir adiós, nos obligó a seguir subiendo. En la curva del Queso nos encontramos con el bloque de efectivos de la UME, Medio Ambiente, bomberos,… Ya el fuego había llegado al barranco y todo el valle era una hoguera. Desde allí, sin referencias, viendo arder La Casa de La Seda, creía que el fuego había llegado a la calera y “supe” que también yo podía perder mi casa. Esos minutos hasta que pude hablar con mi padre fueron sin duda de los peores para mí. A poco tiempo, la guardia civil nos desalojó a todos hasta la boca norte del túnel de Arure (la que da a ese barrio) En ese lugar pasamos las siguientes 2 o 3 horas. Subido a un terraplén pude por fin coger cobertura: mi padre y mi novia comunicaban, así que la primera persona con la que hable fue con mi tía en el sur de Tenerife (tenía una llamada perdida suya) Nada más oírme se echó a llorar. Es curioso lo que pasa en estas tragedias, normalmente el que lo vive dentro lo sufre menos que los que están lejos, los familiares y los amigos que no tienen información alguna, que no saben cómo están sus seres queridos y que llegan a temer lo peor. Cuando somos capaces de hablarnos me entero de que han desalojado todo el pueblo hacia Vueltas, mis padres están bien, al igual que mis abuelos. No se sabe dónde está el fuego, aunque yo desde allí puedo ver el resplandor por el barranco. La siguiente llamada es a mi padre. Está en La Calera aunque la zona ha sido desalojada. Me dice que al parecer el fuego se ha detenido en la Casa de la Seda. Mi madre, mi tía, primo y otros amigos están en Vueltas. Aquella noche mí padre caminó muchísimo para sacar a varias personas mayores de la Calera, y luego escondido por los caminos para ir a mi casa y remojar todo. Eso junto con los nervios y el estrés le dejó varios meses postrado en cama por culpa de la hernia discal. Comento esto porque algunos siguen sin entender porque hay gente que sigue luchando para que se sepa la verdad. Esta es una de mis razones, aunque sólo a mi me importe. Por fin logré hablar con mi madre. Creo que pasará mucho tiempo hasta que me perdone del todo lo que le hice pasar esa noche. Al menos todos estábamos bien, y después pude desahogarme con otras llamadas, sobre todo con mi novia y mi hermano. Él, igual que muchos Gomeros que estaban fuera, tuvieron que vivirlo en diferido, con la angustia de no saber nada o casi nada, oyendo las noticias que hablaban de lugares conocidos arrasados por el fuego, y con la impotencia, siempre la impotencia de no estar ni poder hacer nada. De esas horas junto a la boca del túnel quiero destacar 2 cosas: La primera fue oír en la radio del coche la entrevista que le hacían al empleado-presidente del Cabildo al llegar al muelle en uno de los barcos con los que pretendía desalojar totalmente Valle Gran Rey. No voy a dar mi opinión sobre ese trayecto de una hora por una zona sin cobertura, cuando debería haber estado coordinando los medios, sólo para sacarse la foto, ni opinaré de la actitud cobarde de no bajarse del barco (porque eso me lo contaron y no lo vi) pero si su intervención, donde decía que medios de extinción estaban actuando en Guadá. Allí, sentados en aquel coche, y rodeados de los medios de extinción que él decía que actuaban en Guadá, fuimos varios los que lo llamamos MENTIROSO!!! La segunda es la razón por la que no soporto que me digan como un dogma de fe que lo primero en un incendio es proteger vidas humanas. Esto también es MENTIRA. Entre la docena de vecinos que estábamos en la boca del túnel, había un conocido, MC, con el que he trabajado en alguna ocasión. Su hermano no salió de Guadá ni con las llamas encima (al igual que otros vecinos que salvaron sus casas y muchas otras) y podía incluso hablar con él por el móvil. Desde abajo, metido entre el fuego, le decía que ya la "bola" había pasado y que se podía atacar el fuego tranquilamente. Nos pedía que bajáramos y que mandáramos medios para ayudar. Esto no me lo cuenta nadie, fui yo el que se acercó a dos chicos de la UME (andaluces por el acento) les expliqué la situación, que ya esto había pasado en el 78, que había gente y que nos decían que bajáramos. Su respuesta fue INMEDIATA, querían bajar y me pidieron que se lo contara a un mando superior. Fuimos con él (un señor de pelo canoso) y le conté lo mismo. Al oírme fue en busca de la emisora, se trasladó a un vehículo y cruzaron el túnel. A los pocos minutos subieron y su comentario literal -o al menos lo más literal que recuerdo- fue: "el fondo del barranco es como lava, ahí no se puede bajar". Lo siguiente fue ver partir a los medios en la dirección contraria a VGR. Jamás discutiré la valía de ninguno de los medios que actuaron en el incendio, y muchísimo menos de la UME, pero existe un problema cuando un incendio en un barranco de la Gomera lo dirige un andaluz recién llegado a la isla, o un técnico desde Tenerife por teléfono. Aquella noche, varios héroes con nombres y apellidos se quedaron en Guadá trabajando para que sus casas y las de sus vecinos no ardieran. Gracias a ellos muchas casas se salvaron, y no es que lo diga yo, es estadística: en las zonas donde había vecinos casi no hay casas quemadas. Esos héroes trabajaron en ropa de calle con mangueras de jardín y cubos, mientras que los medios preparados y equipados esperaban órdenes. Esos camiones de la UME y medio ambiente bajaron a Valle Gran Rey a las 7:00 de la mañana del día siguiente. Tampoco eso me lo contó nadie, lo vi yo desde la plaza de Arure, lugar al que nos evacuaron para pasar la noche, y donde, en algunos momentos, éramos menos los vecinos que los guardia civiles que nos escoltaban. Ya rallando el día y casi sin pegar ojo, recibimos la visita de varios mandos de la Guardia Civil. No entendían que hacíamos allí cuando estaba todo evacuado, y nos exigieron salir hacia Vallehermoso. En la plaza de ese pueblo vivimos momentos surrealistas: contrastaba la imagen de unos "personajes" sucios, con ojeras y apestando a humo con la vida normal de un pueblo normal. Era como entrar en una burbuja de calma después de haber pasado por un infierno. Desayunamos y tras varias llamadas pudimos contactar con alguien que nos podía llevar de La Villa a Valle Gran Rey en barco, así que de nuevo carretera y rumbo a San Sebastián. Como no todos cabíamos en el barco, conseguimos también que nos trasladara un viaje fletado en el Armas. Lo recuerdo como si fuera hoy: allí, mientras esperábamos que salieran los barcos, alguien llamó a FB y tras una breve conversación miró a su padre (SB) y le dijo: LA CASA ESTÁ BIEN. La pregunta casi inmediata de éste al asimilar que tenía casa aún fue "¿y los animalitos?"... - no sabe. Y es que ese vínculo entre el animal que da parte del sustento y su cuidador sólo se puede entender cuando se ha vivido. Mi historia no tiene mucho más: volvimos a Valle Gran Rey. El reencuentro con la familia fue más que emotivo, casi una vuelta de la guerra sanos y salvos, y muchas historias, como la de un amigo que subió a Guadá por el Barranco aún en brazas a las 5 de la mañana, y que me aseguraba que en el Guro aún no habían ardido casas a esas horas, y otros relatos personales de huidas y luchas contra el fuego, y muchas angustias por no saber de casas, propiedades, animales,... Esa misma tarde se permitió el regreso a los vecinos. Volví a acompañar a la "familia" y a llorar con ellos al ver cómo había quedado todo. Describir Guadá después del fuego no tiene sentido. Todos los vimos, lo sentimos y lo olimos. Muchos meses pasaron para poder quitar del aire ese olor mezcla de cenizas, animales quemados, plásticos, ... Los siguientes 2 días los pasé con Velten Arnold (traductor y empleado del ayuntamiento) y Alberto Roldán (aparejador igual que yo) recorriendo toda la zona afectada, calle por calle y casa por casa para hacer la primera valoración. Mirando a los ojos de la gente que se había quedado sin nada y viendo la desesperación y la incredulidad en ellos. Esta es otra de las razones por las que no voy a olvidarme de esto, ni dejar de pelear, porque aún hoy, muchas de esas casas siguen en ruinas mientras los dineros prometidos no llegan. Duro fue escuchar la historia de una alemana bastante mayor, enamorada de VGR, que había pasado su vida arreglando su casa y dos apartamentos de los que vivía. Nos decía que todo lo que le quedaba después de tantos años de vida le cabía en una maleta. O una señora a la que se le había quemado la cocina y lloraba porque no tenía nada para comer. Amigos y conocidos sin casa, que parecían decir ¿por qué a mí? 1000 mundos y 1000 historias cada una diferente y dura. Después de aquello, orgullo, mucho orgullo de mi pueblo unido primero en el campo de fútbol de Valle Gran Rey y después el día 1 de septiembre en la manifestación que exigía una investigación, responsables, otro modelo, más medios,... Luego decepción, con el olvido, las mentiras, el voto negativo de los parlamentarios gomeros a la comisión de investigación, TRAIDORES, y otra vez orgullo y trabajo cuando me uní al maravilloso grupo de amigos de LaGomeraSeMueve. Quizás lo único bueno que puedo sacar de todo lo sucedido. Un año de trabajo donde nos hemos enterado e informado a los gomeros de muchas cosas que no supimos aquellos días: El vaciado de la presa de Acanabre, a 400 m de primer foco, denunciado por el Alcalde de Alajeró. Primero se nos dijo que no tenía suficiente agua (las fotos demostraban que tenía más de 4 m, y que los helicópteros pueden reportar en piscinas de 1,5 m) después que era para limpiarle el barro y por mantenimiento (jamás se hizo tal mantenimiento, ni lo necesitaba ya que el embalse cuenta con unas represas que filtran las aguas) No disponer de queroseno, lo que ya sabían desde junio. Por eso el helicóptero solo actuó tan poco tiempo el primer día. Enterarnos que en el Hierro intentaron retirar ese servicio y que su presidente no lo permitió. La bajada de nivel y sus responsables. Hecha en contra de lo que ahora sabemos que decía el INFOCA. El viaje del empleado-presidente, saliendo de la isla a las horas de declararse. Las conversaciones tragicómicas de Ventura del Carmen pidiendo aviones de millonarios y de Humberto Gutiérrez con sus ya famosas citas: "tranquila que por la noche refresca", "eso es un fogonazo que quemará 4 palmas", "que tiren pabajo pa la mar",... La Comisión "espacial" con la que el Cabildo nos quiso engañar a todos mientras pasaban los meses sin que nada se hiciera y sin que las ayudas llegaran. Amenazas, coacciones, mentiras que van desde negar un viaje donde todos lo vieron hasta acusarnos de politizar el incendio. Reuniones hechas a dedo para prometer ayudas a los afines. Las conclusiones ignoradas de la comisión de investigación del 84, haciendo que fuera en balde la muerte de los 20 héroes de Agando que dieron su vida luchando por esta isla. Otra vez ser olvidados por el Gobierno de Canarias en su reparto de helicópteros y bases del GES. Etc, etc, etc,… Termino mi relato ya. Son las 4:00 de la mañana del día 10 de agosto de 2013, casi a punto de cumplirse un año de la bajada del fuego. Hoy he estado en San Antonio probando el proyector para el acto de recuerdo de pasado mañana día 12. He vuelto a recordar aquellos momentos y eso me ha dado fuerzas para echarle horas. Sé que nos queda mucho trabajo por delante, pero este grupo de locos que seguimos en la brega es incansable e imperturbable, y sabemos que la isla lo merece. Tenemos que saber que falló, quién es el culpable, quiénes los responsables, y tenemos que asegurar que realmente algo similar no vuelva a pasar o, al menos, no repitiendo errores antiguos. Yo no soy importante ni me considero más que nadie, todo lo contrario, sentí miedo en aquellas horas y lo pasé mal mucho tiempo después. Sólo soy alguien que estuvo allí y que quiso contarlo y dedicárselo a los que verdaderamente lo merecen y se han quedado sin reconocimiento: - A todos los que lucharon directa o indirectamente contra el fuego: operarios de medio ambiente, UME, pilotos, cruz roja, ... - A los voluntarios y empresarios de VGR y toda la isla, y a todos los que pusieron su grano de arena para que los evacuados se sintieran lo más cómodos posible. - A José Miguel y su gente del Tina. - A toda la gente, gomeros y extraños, que pasan por el monte y lloran o han llorado. Cada lágrima será reclamada y pagada. - A los vecinos que perdieron parte de lo suyo. - A los valientes que se quedaron en Guadá, lucharon en solitario y ganaron muchas batallas contra las llamas. - A los que me acompañaron aquellas horas del 12 y 13 de agosto. - A los héroes de Agando del 84. Muchos no os vamos a olvidar. - Al grupo de bomberos voluntarios de Valle Gran Rey que hacen que algo haya cambiado para mejor. - A mi familia, los que me apoyan y los que no. Por lo que pasamos aquella noche y porque hasta las críticas más duras te hacen más fuerte. - A mis "revolucionarios" de LGSM. Sin ellos no me hubiera atrevido a esto ni sería lo que soy hoy. Es un placer pasar tiempo con ustedes. - A todos los que no olvidan ni quieren hacerlo, incluso los que no pueden protestar con nosotros porque en esta isla si no te callas no trabajas, y las hipotecas no se pagan con pancartas. - A los que hoy siguen empeñados en no olvidarse de lo que pasó. - Y sobre todo para una persona muy especial que aquella noche pensó perder a su padre, su hermano y su novio. ¿Y todavía hay quién se pregunta por qué seguimos luchando? Dailos J. Dorta Barroso
Posted on: Mon, 12 Aug 2013 15:06:14 +0000

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