INKAFARMA y Harrison Ford : cuando el actor ingresa a una farmacia a comprar aspirinas se ve envuelto en una situación inusual, pero real. Acaba de ingresar un adolescente y le apunta con un arma para pedirle todo su dinero. Harrison no entiende y hace un gesto de no comprensión frente al bisoño rufián, el cual al instante le dispara ( tal vez fruto de su inexperiencia o de su ansiedad) en la frente y sale corriendo. Pasan milésimas de segundo y Harrison aun no recapitula lo sucedido y se toca la frente y nota la sangre que vierte de un orificio, luego cae al suelo. Una muerte absurda. No muere frente a una protesta colectiva en contra de un régimen dictatorial, tampoco frente al pelotón de fusilamiento como en la operación Valquiria ( intento de matar a Hitler ), menos como un García Lorca o un Melgar. No. Nada de eso. Muere por la mano de un mal nacido, talvez hijo de una prostituta y un avezado criminal, quizás un huérfano que se refugio en las telarañas de los antros y ahí labró su conducta delictiva. Nadie sabe nada, pues nunca lo atraparon. Hace poco ingrese a Inkafarma y luego de salir hacia otra tienda a escasa distancia de la farmacia veo a una mototaxi que se detiene a recoger a tres pequeños hampones que salían de inkafarma. Los ladronzuelos – tendrían 14, 16 y 22 años eran menudos de contextura. Habían ingresado con mascaras y uno de ellos portaba una pistola. En la farmacia estaba el Químico farmacéutico, su esposa y su niño. Insultaron, amedrentaron y se llevaron el dinero del día. Lo que recuerdo es que pasaron cerca de mi y al instante supe que eran ladrones, pero no tenía idea del lugar donde habían robado. Al margen de ello, si me lo proponía podría haber cogido a uno del cuello y gomearlo, por que la adrenalina se imponía a mi impotencia respecto a semejante injusticia. Armemos el escenario utópico: Atrapaba a uno y le rompía la crisma, tal vez dos, pero el tercero me madrugaba en wan, con una navaja, verduguillo, o cuchara filuda. Si lograba neutralizarlo rápidamente, bajaba el cuarto (el chofer de la mototaxi ) y si estaba con arma ya no la contaba. Para héroes los bomberos. Un rufián, no tiene remedio, no importa la edad que tenga. Tal vez la penitenciaria o reformatorio logren minimizar su tanatos, pero muere rufián. Hay que tener cuidado
Posted on: Sun, 27 Oct 2013 18:20:28 +0000
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