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Inicio > Biblia > Apócrifo - 2º declaración José de Arimatea; proto evangelio Santiago P: ¿Pueden haber mutilado las Escrituras las transcripciones, reproducciones y comentarios producidas a partir del sc. IV – V en adelante, por el primitivo monacato cristiano? R: No, el Antiguo Testamento ha sido conservado también por los judíos y en cuanto al Nuevo Testamento, es el texto de la Antigüedad que cuenta con más copias* y más antiguas superando de manera escandalosa verdaderamente a las obras de Platón, Aristóteles, Virgilio o César. *Textos perfectamente coherentes entre sí, de óptima, absoluta y completa conexión, relación y unión de unos escritos con otros; todos en una actitud lógica y consecuente con una posición anterior. +++ P: Quiénes y cuándo compusieron el Nuevo Testamento? ¿Cuánto se piensa hoy que es cierto en los Evangelios y cuánto falso? ¿Cuánto se piensa hoy que es cierto en los Evangelios "no admitidos" y cuánto falso? R: 1. Es opinión extendida que el NT estaba concluido para el año 70 d. de C. pero hay especialistas que retrasarían esa fecha hasta el 90. Los autores son los que figuran en cada uno de sus libros, es decir, apóstoles y discípulos de apóstoles. 2. En indudable que los Evangelios son documentos históricos total y absolutamente fiables. Si, por ejemplo, uno compara Lucas con Tácito o Suetonio es mucho más exacto y, de hecho, desde las excavaciones de William Ramsay parece obvio que cuando Lucas discrepa con algún historiador clásico siempre tiene razón. 3. Los Evangelios apócrifos son muy tardíos y, en general, su contenido es delirantemente legendario. Puede admitirse que algún dato contenido en los mismos tenga valor histórico pero –se llega a ver- son obras que carecen de él y que tienen más utilidad para analizar la evolución histórica del cristianismo que para proporcionarnos datos fidedignos sobre la vida de Jesús. +++ DECLARACIÓN DE JOSÉ DE ARIMATEA Declaración de José de Arimatea, el que demandó el cuerpo del Señor, que contiene las causas de los dos ladrones I 1.Yo soy José de Arimatea, el que pidió a Pilato el cuerpo del Señor Jesús para sepultarlo, y que por este motivo se encuentra ahora encadenado y oprimido por los judíos, asesinos y refractarios de Dios, quienes, además, teniendo en su poder la ley, fueron causa de tribulación para el mismo Moisés y, depués de encolerizar al legislador y de no haber reconocido a Dios, crucificaron al Hijo de DIos, cosa que quedó bien de manifiesto a los que conocían la condición del Crucificado. Siete días antes de la pasión de Cristo fueron remitidos al gobernador Pilato desde Jericó dos ladrones, cuyos cargos eran éstos: 2. El primero, llamado Gestas, solía dar muerte de espada a algunos viandantes, mientras que a otros les dejaba desnudos y colgaba a las mujeres de los tobillos cabeza abajo para cortarles depués los pechos; tenía predilección por beber la sangre de los miembros infantiles; nunca conoció a Dios; no obedecía a las leyes y venía ejecutando tales acciones, violento como era, desde el principio de su vida. El segundo, por su parte, estaba encartado de la siguiente forma. Se llamaba Dimas; era de origen galileo y poseía una posada. Atracaba a los ricos, pero a los pobres les favorecía. Aun siendo ladrón, se parecía a Tobit [Tobías], pues solía dar sepultura a los muertos. Se dedicaba a saquear a la turba de los judíos; robó los libros de la ley en Jerusalén, dejó desnuda a la hija de Caifás, que era a la sazón sacerdotisa del santuario, y substrajo incluso el depósito secreto colocado por Salomón. Tales eran sus fechorías. 3. Fue detenido asimismo Jesús la tarde del día 4 antes de la Pascua. Y no había fiesta para Caifás ni para la turba de los judíos, sino enorme aflicción, a causa del robo que había efectuado el ladrón en el santuario. Y, llamando a Judas Iscariote, se pusieron al habla con él. Es de saber que éste era sobrino de Caifás. No era discípulo sincero de Jesús, sino que había sido dolosamente instigado por toda la turba de los judíos para que le siguiera; y esto, no con el fin de que se dejara convencer por los portentos que Él obraba, ni para que le reconociese, sino para que se lo entregase, con la idea de cogerle alguna mentira. Y por esta gloriosa empresa le daban regalos y un didracma de oro cada día. Y a la sazón hacía ya dos años que se encontraba en compañía de Jesús, como dice uno de los discípulos llamado Juan. 4. Y tres días antes de que fuera detenido Jesús, dijo Judas a los judíos: «¡Ea!, pongamos el pretexto de que no fue el ladrón quien sustrajo los libros de la ley, sino Jesús en persona; yo mismo me comprometo a hacer de acusador». Mientras esto se decía, entró en nuestra compañía Nicodemo, el que tenía a su cargo las llaves del santuario, y se dirigió a todos, diciendo: «No llevéis a efecto tal cosa». Es de saber que Nicodemo era más sincero que todos los judíos juntos. Mas la hija de Caifás, llamada Sara, dijo a voz en grito: «Pues Él ha dicho delante de todos contra este lugar santo: Soy capaz de destruir este templo y de levantarlo en tres días». A lo que respondieron los judíos: «Te damos todos nuestro voto de confianza», pues la tenían como profetisa. Y, una vez celebrado el consejo, fue detenido Jesús. II 1.Y al día siguiente, que era miércoles, le llevaron a la hora nona al palacio de Caifás. Y Anás y Caifás le dijeron: «Oye, ¿por qué has robado nuestra Ley y has puesto a pública subasta las promesas de Moisés y de los profetas?» Mas Jesús nada respondió. Y, ante toda la asamblea reunida, le dijeron: «¿Por qué pretendes deshacer en un solo momento el santuario que Salomón levantó en cuarenta y seis años?» Y Jesús no respondió nada a esto. Es de saber que el santuario de la sinagoga había sido saqueado por el ladrón. 2. Mas el miércoles, a la caída de la tarde, la turba se disponía a quemar a la hija de Caifás por haberse perdido los libros de la Ley, pues no sabían cómo celebrar la Pascua. Pero ella les dijo: «Esperad, hijos, que daremos muerte a este Jesús y encontraremos la Ley y la santa fiesta se celebrará con toda solemnidad». Entonces Anás y Caifás dieron ocultamente a Judas Iscariote una buena cantidad de oro con este encargo: «Di, según nos anunciaste: Yo sé que la Ley ha sido sustraida por Jesús, para que el delito recaiga sobre él y no sobre esta irreprochable doncella». Y cuando se hubieron puesto de acuerdo sobre el particular, Judas les dijo: «Que no sepa el pueblo que vosotros me habéis dado instrucciones para hacer esto contra Jesús; soltadle más bien a éste, y yo me encargo de convencer al pueblo de que la cosa es así». Y astutamente pusieron en libertad a Jesús. 3. Así, pues, el jueves al amanecer entró Judas en el santuario y dijo a todo el pueblo: «¿Qué queréis darme y yo os enttregaré al que hizo desaparecer la Ley y robó los Profetas?» Respondieron los judíos: «Si nos lo entregas, te daremos treinta monedas de oro». Mas el pueblo no sabía que Judas se refería a Jesús, pues bastantes confesaban que era Hijo de Dios. Judas, pues, se quedó con las treinta monedas de oro. 4. Y, habiendo salido a la hora cuarta y a la hora quinta, encontró a Jesús paseando en el atrio. Y, echándose ya encima la tarde, dijo a los judíos: «Dadme una escolta de soldados armados de espadas y palos y yo lo pondré en vuestras manos». Y le dieron fuerza para prenderle. Y mientras iban caminando, díjoles Judas: «Echad mano a aquel a quien yo besare, pues Él es quien ha robado la Ley y los Profetas». Después se acercó a Jesús y le besó, diciendo: «Salve, Maestro». Era a la sazón la tarde del jueves. Y, una vez preso, lo pusieron en manos de Caifás y de los pontífices, diciéndoles Judas: «Éste es el que ha hurtado la Ley y los Profetas». Y los judíos sometieron a Jesús a un injusto interrogatorio, diciendo: «¿Por qué has hecho esto?» Mas Él nada respondió. Entonces Nicodemo y yo, José, viendo la cátedra de la pestilencia, nos separamos de ellos, no estando dispuestos a perecer juntamente con el consejo de los impíos. III 1.Y, después que aquella noche hicieron otras cosas terribles contra Jesús, la madrugada del viernes fueron a entregárselo al gobernador Pilato para crucificarle; y con este fin acudieron todos. Y el gobernador Pilato, después de interrogarle, mandó que fuera crucificado en compañía de dos ladrones. Y fueron crucificados juntamente con Jesús, a la izquierda Gestas y a la derecha Dimas. 2. Y empezó a gritar el de la izquierda, diciendo a Jesús: «Mira cuántas cosas malas he hecho sobre la tierra, hasta el punto incluso de que, si yo hubiera sabido que tú eras rey, aun contigo hubiera acabado. ¿Por qué te llamas a ti mismo Hijo de Dios, si no puedes socorrerte en caso de necesidad? ¿Cómo, pues, vas a prestar auxilio a otro que te lo pida? Si tú eres el Cristo, baja de la cruz para que pueda creer en ti. Pero, por de pronto, no te considero como hombre, sino como bestia salvaje que está pereciendo juntamente conmigo». Y comenzó a decir muchas otras cosas contra Jesús mientras blasfemaba y hacía rechinar sus dientes contra Él, pues había caído preso el ladrón en el lazo del diablo. 3. Mas el de la derecha, cuyo nombre era Dimas, viendo la gracia divina de Jesús, gritaba de este modo: «Te conozco, ¡oh Jesucristo!, y sé que eres Hijo de Dios; te estoy viendo como Cristo adorado por miríadas de ángeles. Perdóname los pecados que he cometido; no hagas venir contra mí los astros en el momento de mi juicio, o la luna cuando vayas a juzgar toda la tierra, puesto que de noche realicé mis malos propósitos; no muevas el sol, que ahora se está oscureciendo por ti, para que pueda manifestar las maldades de mi corazón; ya sabes que no puedo ofrecerte presente alguno por la remisión de mis pecados. Ya se me echa encima la muerte a causa de mis maldades, pero tú tienes poder para expiarlas; líbrame, Señor universal, de tu terrible juicio; no concedas al enemigo poder para engullirme y hacerse heredero de mi alma, como lo es de la de ese que está colgado a la izquierda; pues estoy viendo cómo el diablo recoge su alma, mientras sus carnes desaparecen. No me ordenes tampoco pasar a la porción de los judíos, pues estoy viendo sumidos en un gran llanto a Moisés y a los profetas, mientras el diablo se ríe a costa suya. Antes, pues, ¡oh Señor!, de que mi alma salga, manda que sean borrados mis pecados, y acuérdate de mí, pecador, en tu reino, cuando vayas a juzgar a las doce tribus sobre el trono grande y alto, pues gran tormento has preparado a tu mundo por tu propia causa». 4. Y, cuando el ladrón terminó de decir estoo, respondióle Jesús: «En verdad, en verdad te digo, Dimas, que hoy mismo vas a estar conmigo en el paraiso. Mas los hijos del reino, los descendientes de Abrahán, de Isaac, de Jacob y de Moisés, serán arrojados fuera a las tinieblas exteriores; allí habrá llanto y crujir de dientes. Mas tú serás el único que habites en el paraíso hasta mi segunda venida, cuando vaya a juzgar a los que no han confesado mi nombre». Y añadió: «Márchate ahora y di a los querubines y a las potestades, que están blandiendo la espada de fuego y guardan el paraíso del que Adán, el primero de los creados, fue arrojado, después de haber vivido allí, por haber prevaricado y no haber guardado mis mandamientos: Ninguno de los primeros verá el paraíso hasta que venga de nuevo a juzgar a vivos y muertos. Habiéndolo escrito así Jesucristo, el Hijo de Dios, el que descendió de las alturas de los cielos, el que salió inseparablemente del seno del Padre invisible y bajó al mundo para encarnarse y ser crucificado para salvar a Adán, a quien formó, para conocimiento de los escuadrones de arcángeles, guardianes del paraíso y ministros de mi Padre. Quiero y mando que penetre dentro el que está siendo crucificado conmigo, y que reciba por mí la remisión de sus pecados, y que entre en el paraíso con cuerpo incorruptible y engalanado, y que habite allí donde nadie jamás puede habitar». Y he aquí que, cuando hubo dicho esto, Jesús entregó su espíritu. Tenía esto lugar el viernes a la hora de nona. Mientras tanto, las tinieblas cubrían la tierra entera y, habiendo sobrevenido un gran teremoto, se derrumbó el santuario y el pináculo del templo. IV 1.Entonces yo, José, demandé el cuerpo de Jesús y lo puse en un sepulcro nuevo, sin estrenar. Mas el cadáver del que estaba a la derecha no pudo ser hallado, mientras que el de la izquierda tenía un aspecto parecido al de un dragón. Y, por el hecho de haber pedido el cuerpo de Jesús para darle sepultura, los judíos, dejándose llevar de un arranque de cólera, me metieron en la cárcel donde solía retenerse a los malhechores. Me ocurría esto a mí la tarde del sábado en que nuestra nación estaba prevaricando. Y mira por cuánto esta misma nación sufrió el sábado tribulaciones terribles. 2. Y precisamente la tarde del primer día de la semana, a la hora quinta, cuando yo me encontraba en la cárcel, vino hacia mí Jesús acompañado del que había sido crucificado a su derecha, a quien había enviado al paraíso. Y había una gran luz en el recinto. De pronto la casa quedó suspensa de sus cuatro ángulos, el espacio interior quedó libre y yo pude salir. Entonces reconocí a Jesús en primer lugar y luego al ladrón, que traía una carta para Jesús. Y, mientras íbamos camino de Galilea, brilló una luz tal, que no podía soportarla la creación; el ladrón, a su vez, exhalaba un gran perfume procedente del paraíso. 3. Luego sentóse Jesús en un lugar y leyó así: «Los querubines y los exaptérigos, que recibimos de tu divinidad la orden de guardar el jardin del paraíso, hacemos saber esto por medio del ladrón que fue crucificado juntamente contigo por disposición tuya: Al ver en éste la señal de los clavos y el resplandor de las letras de tu divinidad, el fuego se extinguió, no pudiendo aguantar la flamígera señal, y nosotros, sobrecogidos por un gran temor, quedamos amedrentados; pues oímos al autor del cielo y de la tierra y de la creación entera que bajaba desde la altura hasta las partes más bajas de la tierra a causa del primero de los creados, Adán. Pues, al ver la cruz inmaculada que fulguraba por medio del ladrón y que hacía reverberar un resplandor siete veces mayor que el del sol, se apoderó de nosotros, presa de la agitación de los infiernos, un gran temblor. Y, haciendo coro con nosotros los ministros del infierno, dijimos a grandes voces: Santo, Santo, Santo es el que impera en las alturas. Y las potestades dejaban escapar este grito: Señor, te has manifestado en el cielo y sobre la tierra, dando la alegría de los siglos, después de haber salvado de la muerte a la misma criatura». V 1.Mientras iba yo contemplando esto, camino de Galilea, en compañía de Jesús y del ladrón, Aquél se transfiguró, y no era lo mismo que la principio, antes de ser crucificado, sino que era luz por completo. Y los ángeles le servían continuamente, y Jesús mantenía conversación con ellos. Y pasé tres días a su lado, sin que ninguno de sus discípulos le acompañara, sino sólo el ladrón. 2. Mediada la fiesta de los Ázimos, vino su discípulo Juan, y todavía no habíamos visto al ladrón ni sabíamos qué había sido de él. Juan entonces preguntó a Jesús: «¿Quién es éste, pues no me has permitido ser visto por él?». Mas Jesús no le respondió nada. Entonces él se echó a sus pies y le dijo: «Señor, sé que desde el principio me amaste; ¿por qué no me haces ver a aquel hombre?» Díjole Jesús: «¿Por qué vas en busca de lo arcano? ¿eres obtuso de inteligencia? ¿No percibes el perfume del paraíso que ha inundado el lugar? ¿No te das cuenta de quién era? El ladrón colgado de la cruz ha venido a ser heredero del paraíso; en verdad, en verdad te digo que de él sólo es hasta que llegue el gran día». Y Juan dijo: «Hazme digno de verle». 3. Y, mientras Juan estaba aún hablando, apareció de repente el ladrón. Aquél entonces, atónito, cayó al suelo. El ladrón no conservaba la misma figura que tenía antes de venir Juan, sino que era como un rey majestuoso en extremo, engalanado como estaba con la cruz. Y se dejó oír una voz, emitida por una gran muchedumbre, que decía así: «Has llegado al lugar del paraíso que te estaba preparado; nosotros hemos sido designados por el que te envió para servirte hasta que venga el gran día». Y, al producirse esta voz, quedamos invisibles el ladrón y yo. Yo entonces me encontré en mi propia casa y ya no vi a Jesús. 4. Y habiendo sido testigo ocular de estas cosas, las he dejado escritas para que todos crean en Jesucristo crucificado, nuestro Señor, y no sirvan ya a la ley de Moisés, sino que den crédito a los prodigios y portentos obrados por Él, de manera que, creyendo, sean herederos de la vida eterna y podamos encontrarnos todos en el reino de los cielos; porque a Él le conviene gloria, fuerza, alabanza y majestad por los siglos de los siglos. Amén. Fuente: Los Evangelios Apócrifos, por Aurelio De Santos Otero, BAC +++ La verdad es que los evangelios gnósticos son de una lucidez extraordinaria pero ¿no le parece que les falta el "alma", es decir son un tanto fríos en relación con los canónicos de la Iglesia Católica? A decir verdad ni me parecen lúcidos ni interesantes salvo para especialistas. Y sí, comparados con los incluidos en el Nuevo Testamento... es que no tienen punto de comparación. ¿Qué le respondería a aquella persona que declara inventadas las Sagradas Escrituras, fruto de la necesidad angustiosa del hombre de querer conocer su origen y su fin? Yo creo que no son un fruto sino la solución a esa necesidad angustiosa. Por otro lado, habría que ser tonto de remate –además de genial– para ir inventando durante siglos una mentira que sumar a la angustia ya sentida. +++ Hesiquio Es interesante saber que, durante el siglo IV, las iglesias de Egipto y de Alejandría no siguieron la redacción de los Setenta hecha por Orígenes, sino la de Hesiquio (JERÓNIMO, Praef. in Paral.; Adv. Ruf. 2,27). Jerónimo critica severamente esta ultima versión y acusa a su autor de haber hecho interpolaciones en el libro de Isaías (Com. in Is. ad 58,11). En otro lugar (Praef. in Evang.) habla de sus falsas adiciones al texto bíblico. El Decretum Gelasianum hace alusión a los "Evangelios que falsificó Hesiquio" y los llama "apócrifos." Así, pues, Hesiquio debió de hacer una revisión de los Setenta y de los Evangelios, probablemente hacia el año 300. Si su edición estuvo en uso en Alejandría y en Egipto, su autor seria, sin duda, de origen alejandrino. No se sabe con certeza si se trata del mismo Hesiquio que, junto con otros tres obispos, dirigió una carta a Melecio y murió mártir en la persecución de Diocleciano. +++ San Pedro ad Vincula. (1 de agosto). En la vida de Santiago el Mayor se cuenta que Heredes Agripa, después de haber mandado matar al Apóstol para ganarse al pueblo, trató de congraciarse más y encarceló a San Pedro. El tirano tenía la intención de condenar a muerte al Príncipe de los Apóstoles después de la fiesta de la Pascua. La Iglesia entera se puso en oración para pedir a Dios que salvase de la muerte al Supremo Pastor. Por su parte, Herodes tomó todas las precauciones posibles para impedir que se escapase el prisionero, pues ya con anterioridad, los Apóstoles habían sido puestos en libertad por un ángel. San Pedro, perfectamente sereno y resignado a la voluntad de Dios, dormía en la noche anterior al día en que debía comparecer ante el pueblo, cuando Dios decidió salvarle de manos de sus enemigos. San Pedro dormía entre dos soldados a los que estaba encadenado. La prisión se iluminó de pronto, y un ángel despertó a San Pedro, tocándole en el costado. El mensajero de Dios dio al Apóstol la orden de levantarse, echarse la capa sobre los hombros, calzarse las sandalias y seguirle. Las cadenas cayeron de las manos de San Pedro, quien, pensando que se trataba de un sueño, se levantó y siguió al ángel. Juntos atravesaron las dos puertas de las celdas, y la puerta de hierro de la prisión, que daba a la calle se abrió sola. El ángel acompañó al Apóstol por una calle y desapareció repentinamente. Hasta entonces, San Pedro había creído que soñaba, pero en aquel momento comprendió que el Señor había enviado realmente a un ángel para que le salvase de las manos de Herodes y de la hostilidad de los judíos. Inmediatamente se dirigió a la casa de María, la madre de Juan Marcos, donde algunos de los discípulos se hallaban en oración por él. Abrió la puerta una mujer, la cual, oyendo la voz de Pedro, corrió a anunciar a los otros que el Apóstol estaba ahí. Los discípulos creyeron que Dios les había enviado al ángel de Pedro, hasta que el Apóstol les refirió lo sucedido. "Después de informarse acerca de la suerte de Santiago y de los demás Apóstoles, San Pedro se retiró a un sitio más seguro. Al día siguiente, Agripa condenó a muerte a los guardias, pensando que por su negligencia o connivencia eran culpables de la fuga del Apóstol. El propio de la misa y del oficio de hoy hace pensar que se trata de la celebración del suceso que acabamos de narrar. Sin embargo, la fiesta conmemoraba originalmente la dedicación de una iglesia de San Pedro y San Pablo en la colina Esquilina. El Martirologio de Jerónimo dice a este propósito: "En Roma, la dedicación de la primera iglesia que se construyó en honor del bienaventurado Pedro." Tal afirmación es errónea, ya que el nombre de "titulus apostolorum" no se dio a esa parroquia sino hasta fines del siglo IV y se refería también a San Pablo, como lo prueban las inscripciones. La iglesia fue reconstruida y consagrada por el Papa San Sixto III, entre los años 432 y 440, con el nombre de "titulus Eudoxiae", en honor de la princesa bizantina que tanto había contribuido a la reconstrucción. Dicha iglesia no recibió el nombre de "San Pedro ad Vincula" sino hasta un siglo más tarde. El título hacía alusión a las cadenas que sujetaron al Apóstol en Roma y que se conservaban ahí. Posteriormente, se confundió esa reliquia con las cadenas que había llevado San Pedro en Jerusalén, y se inventó la leyenda de que la emperatriz envió de Jerusalén a Roma una de aquellas cadenas que se soldó milagrosamente con la que ya estaba ahí desde antes. La leyenda citada figura en el segundo nocturno de los maitines de la fiesta. El Papa Benedicto XIV tenía la intención de cambiar ese nocturno. Antiguamente se celebraba en algunas Iglesias una misa en acción de gracias por los frutos de la cosecha y se bendecía el pan y la harina. Según el testimonio de los libros litúrgicos, los griegos y los latinos acostumbraban bendecir en este día o el 6 de agosto las uvas de la cosecha del año. La fiesta de San Pedro ad Vincula fue suprimida del Calendario Romano por un Motu Proprio de Juan XXIII, del 25 de julio de 1960. Ver H. Grisar, Geschichte Roms und der Pápstum, vol. I, p. 190, y el artículo del mismo autor en Civilta Cattolica, vol. III (1898), pp. 204-221; J. P. Kirsch, Die römischen Titelkirchen, pp. 45-52; y CMH., pp. 409 ss. +++ Protoevangelio de Santiago El Protoevangelio de Santiago es un apócrifo de mediados o finales del siglo II, que pretende llenar los vacíos de los Evangelios canónicos con relación a María. Esto es señal de una piedad mariana muy exigente. Es tributario, por una parte, de tradiciones auténticas, pero aún aquello que procede de una imaginación que inventa todos los pasajes, es precioso, y atestigua la certeza instintiva de esta piedad: María es una privilegiada insigne, a la que se le deben atribuir mayores gracias que todas aquellas con las que vemos honrados a los santos.María es completamente pura, preservada del pecado. Pero esta certeza es recibida por un alma dotada de una imaginación pintoresca y dramática. Y la conmoción produce un relato. Las bellas historias del Protoevangelio han deleitado a la antigüedad y a la Edad Media; después causaron durante mucho tiempo molestias, ya que eran demasiado legendarias y parecían desacreditar la verdad; ahora no vemos en ellas más que el amor y la veneración por María, que es por lo que nacieron.Joaquín y Ana son estériles y de edad. Joaquín va a llorar su desgracia al desierto. Durante este tiempo, Ana también se lamenta.Y he aquí que se presentó un ángel de Dios, diciéndole: «Ana, Ana, el Señor ha escuchado tu ruego: concebirás y darás a luz y de tu prole se hablará en todo el mundo.» Ana respondió: «Vive el Señor, mi Dios, que, si llego a tener algún fruto de bendición, sea niño o niña, lo llevaré como ofrenda al Señor y estará a su servicio todos los días de su vida.»Entonces vinieron dos mensajeros con este recado para ella: «Joaquín, tu marido, está de vuelta con sus rebaños, pues el ángel de Dios ha descendido hasta él y le ha dicho: Joaquín, Joaquín, el Señor ha escuchado tu ruego; baja de aquí, que Ana, tu mujer, va a concebir en su seno.»Y habiendo bajado Joaquín, mandó a sus pastores que le trajeran diez corderas sin mancha: «Y éstas, dijo, serán para el Señor», y doce terneras de leche: «Y éstas, dijo, serán para los sacerdotes y el sanedrín»; y, finalmente, cien cabritos para todo el pueblo.Y al llegar Joaquín con sus rebaños, estaba Ana a la puerta. Esta, al verlo venir, echó a correr y se abalanzó sobre su cuello, diciendo: «Ahora veo que Dios me ha bendecido copiosamente, pues, siendo viuda, dejo de serlo, y estéril, voy a concebir en mi seno.» Y Joaquín reposó aquel día en su casa.Es el famoso «encuentro en la Puerta Dorada», tan utilizado por los artistas de la Edad Media. La intención del autor no es insinuar que Ana concibió sin la intervención de Joaquín: el ángel le anuncia que su mujer concebirá si él vuelve a ella. El pseudo Santiago quiere manifestar la intervención extraordinaria de Dios y la consagración de María desde antes de su concepción.Es también en este Protoavangelio donde aparece la presentación de María en el templo, y luego la elección de José como esposo de María:Al llegar la niña a los tres años, dijo Joaquín: «Llamad a las doncellas hebreas que están sin mancilla y que tomen sendas candelas encendidas (para que la acompañen), no sea que la niña se vuelva atrás y su corazón sea cautivado por alguna cosa fuera del templo de Dios.» Y así lo hicieron mientras iban subiendo al templo de Dios. Y la recibió el sacerdote, quien, después de haberla besado, la bendijo y exclamó: «El Señor ha engrandecido tu nombre por todas las generaciones, pues al fin de los tiempos manifestará en ti su redención a los hijos de Israel.»Entonces la hizo sentar sobre la tercera grada del altar. El Señor derramó gracia sobre la niña, quien danzó, haciéndose querer de toda la casa de Israel.Bajaron sus padres, llenos de admiración, alabando al Señor Dios porque la niña no se había vuelto atrás. Y María permaneció en el templo como una paloma, recibiendo alimento de manos de un ángel.Pero, al llegar a los doce años, los sacerdotes se reunieron para deliberar, diciendo: «He aquí que María ha cumplido sus doce años en el templo del Señor, ¿qué habremos de hacer con ella para que no llegue a mancillar el santuario?» Y dijeron al sumo sacerdote: «Tú, que tienes el altar a tu cargo, entra y ora por ella, y lo que te dé a entender el Señor, eso será lo que hagamos.»Y el sumo sacerdote, poniéndose el manto de las doce campanillas, entró en el sancta sanctorum y oró por ella. Mas he aquí que un ángel del Señor se apareció, diciéndole: Zacarías, Zacarías, sal y reúne a todos los hombres del pueblo. Que venga cada cual con una vara, y de aquel sobre quien el Señor haga una señal portentosa, de ese será mujer.» Salieron los heraldos por toda la región de Judea, y, al sonar la trompeta del Señor, todos acudieron.José, dejando su hacha, se unió a ellos, y, una vez se juntaron todos, tomaron cada uno su vara y se pusieron en camino en busca del sumo sacerdote. Este tomó todas las varas, penetró en el templo y se puso a orar. Terminada su plegaria, tomó de nuevo las varas, salió y se las entregó, pero no apareció señal ninguna en ellas. Mas al coger José la última, he aquí que salió una paloma de ella y se puso a volar sobre su cabeza. Entonces el sacerdote le dijo: «A ti te ha cabido en suerte recibir bajo tu custodia a la Virgen del Señor.»En la noche de Navidad, José conduce a la gruta de Belén a una comadrona. José es quien se supone que cuenta la historia:Una nube luminosa cubría la gruta. Y exclamó la partera: «Mi alma ha sido engrandecida hoy, porque han visto mis ojos cosas increíbles, pues ha nacido la salvación para Israel.» De repente, la nube empezó a retirarse de la gruta y brilló dentro una luz tan grande, que nuestros ojos no podían resistirla. Esta por un momento comenzó a disminuir hasta tanto que apareció el niño y vino a tomar el pecho de su madre, María.Este maravilloso relato se vuelve grosero, con el fin de afirmar mejor la virginidad de María en su alumbramiento.Así, pues, el período que procede al Concilio de Nicea nos ofrece lo esencial de las afirmaciones doctrinales sobre la Virgen María, las primeras intuiciones de la fe amorosa, y las leyendas que iban a tener una gran difusión. Sin duda, desde esta época María comenzó también a aparecerse a los que la querían, mostrándoles de un modo perceptible su solicitud, acudiendo maternalmente a sus necesidades. La más antigua de estas apariciones parece que fue hecha al obispo de Neo-Cesárea, San Gregorio el Taumaturgo, que murió en el año 270. Desgraciadamente, es difícil separar la parte de leyenda de la de realidad en la Vida del Taumaturgo, que fue escrita en el siglo IV por San Gregorio de Niza. He aquí, no obstante, el episodio, que está muy en el tono de María. No sería extraño que la primera de las muchas apariciones de la Virgen María haya tenido por objeto asegurar la pureza de la fe.Una noche que Gregorio meditaba sobre la doctrina de la fe... lleno de atención y de solicitud, apareció ante é1 un personaje que tenía los rasgos de un anciano, vestido con gravedad religiosa. La virtud se descubría en su semblante y en su porte. Atemorizado por esta visión, se levantó de su cama y preguntó: «¿Quién sois y qué queréis?» .El desconocido calmó la turbación de sus pensamientos hablándole dulcemente, y le dijo que se le aparecía por orden de Dios para aclarar sus dudas descubriéndole la verdad de la fe segura. Tranquilizado por estas palabras, Gregorio le miraba, entre alegre y temeroso; entonces el anciano extendió la mano como para mostrarle la dirección opuesta. Volviendo Gregorio la vista en esa dirección, vio a otra persona, de rasgos femeninos, llena de una majestad sobrenatural. Asustado de nuevo, se volvió, y bajó la mirada, suspenso ante esta visión, no pudiendo soportar su luz... Y escuchó a las dos personas que se le habían aparecido, dialogar sobre el punto que le ocupaba: por ello no sólo adquirió la verdadera ciencia de la fe, sino que además supo el nombre de las dos personas que se hablaban entre sí, llamándose por sus nombres. Escuchó a la mujer exhortar al evangelista Juan a descubrir al joven Gregorio el misterio de la piedad. Y Juan respondió que estaba pronto a hacerlo por la Madre de Dios, ya que ése era su deseo. Después de un discurso claro y preciso, desaparecieron. Gregorio se apresuró a poner por escrito la enseñanza divina, para así hacer partícipe a su Iglesia y legar a la posteridad, como una herencia, la lección venida del cielo. +++ “El que a vosotros escucha, a mí me escucha” (Lc 16,10).Es cierto que no podemos escuchar las palabras de Jesús, como podemos escuchar, por ejemplo, las palabras del Papa Juan Pablo II, de feliz memoria, por medio de un video o un DVD. En este caso estaremos escuchando las palabras del difunto Papa. Jesús, en cambio, no es un difunto; él está vivo y está hablando hoy. En efecto, él aseguró a sus apóstoles que hablaría a través de ellos y en ellos: “El que a vosotros escucha, a mí me escucha” (Lc 16,10).La voz de Cristo no cesó cuando murió el último apóstol, como enseña el Catecismo: “Por institución divina los Obispos han sucedido a los apóstoles como pastores de la Iglesia. El que los escucha a ellos, escucha a Cristo; el que, en cambio, los desprecia a ellos, desprecia a Cristo y al que lo envió” (N. 862). La recomendación de Dios no está errada –‘absit’- cuando nos manda escuchar a Jesús, porque Jesús está vivo hoy y habla a través de los legítimos pastores de la Iglesia que son sucesores de esos apóstoles. “Escuchémosles”. Dos milenios, solo la Iglesia Católica anunciando a Cristo: “El que a vosotros escucha, a mí me escucha” (Lc 16,10). “fidem custodire, concordiam servare”», custodiar la fe, conservar la concordia. +++ - "Como hubo falsos profetas en el pueblo, también entre vosotros habrá falsos maestros que promoverán sectas perniciosas. Negarán al Señor que los rescató y atraerán sobre sí una ruina inminente. Otros muchos se sumarán a sus desvergüenzas, y por su culpa será difamado el camino de la verdad. En su codicia querrán traficar con vosotros a base de palabras engañosas. Pero hace tiempo que está decretada su condena y a punto de activarse su perdición…" 2ª carta de S. Pedro, cap. 2 - "El Espíritu dice expresamente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de su fe y prestarán oído a espíritus seductores y doctrinas diabólicas. Esta será la obra de impostores hipócritas de conciencia insensible…" 1ª Carta de S. Pablo a Timoteo, cap. 4 [Recordemos las sectas aparecidas y sobre todo, las que siguen seduciendo]. - "Predica la Palabra, insta a tiempo y a destiempo, corrige, reprende y exhorta usando la paciencia y la doctrina. Pues llegará el tiempo en que los hombres no soportarán la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de multitud de maestros que les dirán lo que quieren oír; apartarán los oídos de la verdad y se volverán a las fábulas." 2 Timoteo: 4: 2-5 - "…Porque sabemos que Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los arrojó a las cavernas tenebrosas del abismo y allí los retiene para el juicio… No libró de la destrucción a Sodoma y Gomorra sino que las redujo a cenizas… libró en cambio al justo Lot, que abrumado por la conducta lujuriosa de aquellos disolutos, sentía torturado día tras día su buen espíritu por las perversas acciones que oía y veía. Y es que el Señor sabe librar de la prueba a los que viven religiosamente y reservar a los inicuos para castigarlos el día del juicio; sobre todo a los que corren en pos de sucios y desordenados apetitos y a los que desprecian la autoridad de Dios." 2 Pedro 2 - "Atrevidos y arrogantes, no tienen recato en denigrar a los seres gloriosos… son como animales irracionales, destinados por su naturaleza a ser cazados y degollados. Injurian lo que desconocen y como bestias perecerán." 2 Pedro 2: 7-13 +++ al elevarse el día la plegaria va dirigida a Dios Carta de San Pablo a los Efesios 2,19-22. – Por lo tanto, ustedes ya no son extranjeros ni huéspedes, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Ustedes están edificados sobre los apóstoles y los profetas, que son los cimientos, mientras que la piedra angular es el mismo Jesucristo. En él, todo el edificio, bien trabado, va creciendo para constituir un templo santo en el Señor. En él, también ustedes son incorporados al edificio, para llegar a ser una morada de Dios en el Espíritu. +++ A la luz de la fe no hay sólo «puros» o sólo «corruptos»: la condición humana y sus contradicciones nos unen a todos. Sólo el Padre es perfección absoluta-total. +++ “Estemos alerta, no renunciemos a nuestros derechos fundamentales y, en todo momento, demos con serenidad y confianza razones de nuestra esperanza en Cristo, sabiendo que todo lo podemos en Aquel que nos conforta". +++ Si eres cristiano se tiene que ver tu fe. +++ "No existe en absoluto la justicia, si no está fundada sobre la naturaleza; si la justicia se funda en un interés, otro interés la destruye”. Cicerón, Sobre las Leyes, I, 15. +++ Santifiquemos nuestro corazón, hagamos modestos nuestro jos, guardemos la lengua de las murmuraciones, hagamos penitencia por nuestros pecados, disipemos las dudas, depongamos la insensatez, troquemos nuestra pereza en celo. Ayunemos, perseveremos en la oración. Estemos prontos para la beneficencia, ejercitemos virtudes con las obras. Hagámonos niños en lo malo, y en la fe, por el contrario, perfectos. Así nos haremos en todas las virtudes dignos del augusto y gran misterio. Con gran deseo y pureza consumada gustaremos entonces el santísimo y vivificador Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo; a Él sea dada la gloria y el poder por toda la eternidad. Amén. JUAN MANDAKUNI - AÑO 415 + 490 ca. ¡Armenia siempre cristiana! +++ "Sed maestros de la verdad, de la verdad que el Señor quiso confiarnos no para ocultarla o enterrarla, sino para proclamarla con humildad y coraje, para potenciarla, para defenderla cuando está amenazada." [S.S. Juan Pablo II] +++ Señor: fue tu voluntad hacerme infinito. Este frágil vaso mío tú lo derramas una y otra vez, y lo vuelves a llenar con nueva vida. Tú has llevado por valles y colinas esta flautilla de caña, y has silbado en ella melodías eternamente nuevas. Al contacto inmortal de tus manos, mi corazoncillo se dilata sin fin en la alegría, y da vida a la expresión inefable. Tu dádiva infinita solo puedo cogerla con estas pobres manitas mías. Y pasan los siglos, y tú sigues derramando, y siempre hay en ellas sitio que llenar. +++ Cuando tú me mandas que cante, mi corazón parece que va a romperse de orgullo. Te miro y me echo a llorar. Todo lo duro y agrio de mi vida se me derrite en no sé qué dulce melodía, y mi adoración tiende sus alas, alegre como un pájaro que va pasando la mar. Sé que tú te complaces en mi canto, que sólo vengo a ti como cantor. Y con el fleco del ala inmensamente abierta de mi canto, toco tus pies, que nunca pude creer que alcanzaría. Y canto, y el canto me emborracha, y olvido quién soy, y te llamo amigo, a ti que eres mi señor. +++ Permite, Dios mío, que mis sentidos se dilaten sin fin, en una salutación a Ti, y toquen este mundo a tus pies. Como una nube baja de julio, cargada de chubascos, permite que mi entendimiento se postre a tu puerta, en una salutación a Ti. Que todas mis canciones unan su acento diverso en una sola corriente, y se derramen en el mar del silencio, en una salutación a Ti. Como una bandada de cigüeñas que vuelan, día y noche, nostálgicas de sus nidos de la montaña, permite, Dios mío, que toda mi vida emprenda su vuelo a su hogar eterno, en una salutación a Ti – +++ La herida causada por una lanza se puede curar, pero la causada por la lengua es incurable. +++ Sin una considerable dosis de bondad se puede ser listo, pero no inteligente. La bondad es una de las raíces morales de la inteligencia, que consiste en abrirse a la realidad y que la realidad penetre en nuestras mentes, y eso es bueno por definición. +++ La capacidad para la bondad existe en cada una de nosotros sin excepción alguna. No importa el tipo de dolor que te haya tocado vivir en tu vida, esa capacidad nunca es destruida. Sheila Morataya-Fleishman +++ «Duc in altum» (Lc 5,4) dijo Cristo al apóstol Pedro en el Mar de Galilea. El Concilio Vaticano II, en la declaración Nostra aetate explica los vínculos que unen a la Iglesia con la raza de Abraham: “la Iglesia no puede olvidar que ha recibido la Revelación del Antiguo Testamento por medio de aquel pueblo, con quien Dios, por su inefable misericordia se dignó establecer la Antigua Alianza, ni puede olvidar que se nutre de la raíz del buen olivo en que se han injertado las ramas del olivo silvestre que son los gentiles. Cree, pues, la Iglesia que Cristo, nuestra paz, reconcilió por la cruz a judíos y gentiles y que de ambos hizo una sola cosa en sí mismo” (Nostra aetate, 4). Por ello, los judíos son todavía muy amados de Dios a causa de sus padres, porque Dios no se arrepiente de sus dones y de su vocación. La Iglesia, juntamente con los Profetas y el mismo Apóstol espera el día, que sólo Dios conoce, en que todos los pueblos invocarán al Señor con una sola voz y “le servirán como un solo hombre” (Soph 3,9)” (Nostra aetate, 4). Mientras aguardamos ese día, debemos trabajar por el respeto a todo hombre, sea cual sea su credo o religión. Dios nos ha creado a todos a su imagen y nos ha concedido una dignidad trascendente: “Ante Dios, todos los hombres tienen la misma dignidad, independientemente del pueblo, la cultura o la religión a que pertenezcan”, recordaba Benedicto XVI en su visita a la Sinagoga de Colonia (19.VIII.2005). Pidamos al Señor que los que navegamos en la pequeña barca de su Iglesia mantengamos la calma en toda circunstancia, apoyados en la seguridad que nos da la fe; en la certeza de que Él, que domina el oleaje del mar y aquieta los vientos impetuosos, no nos abandona nunca. Y pidamos que esta paz que procede de Él se extienda a todos los pueblos, culturas y religiones. Amén. Es hora de responder de nuevo con Pedro: «Señor, en tu palabra, echaré la red». “No son pocos los que quieren ser testigos del Señor de la paz, mientras todo les va conforme a sus deseos. Quieren de buena gana ser santos, pero sin trabajo, sin tedio, sin tribulaciones, sin perjuicios. Desean, pues, conocer a Dios, saborearlo, sentirlo, pero sin amargura. Si efectivamente deben trabajar, si les produce amargura, tristeza, tinieblas y arduas tentaciones, si Dios se les esconde y se ven desprovistos de consuelos interiores o exteriores, al instante se desvanecen sus buenos propósitos. No son los verdaderos testigos que el Señor exige. ¿Quién hay que no busque la paz, quién que no quiera tener la paz en todo lo que hace? Y, sin embargo, este modo de buscar esta paz debe sin duda ser descartado. Debemos esforzarnos en tener paz en todo tiempo, incluso en las adversidades con no poco esfuerzo. De ahí debe nacer la verdadera paz, estable, segura. Verdaderamente cualquier otra cosa que busquemos, o queramos será un engaño. Si, en cambio, nos esforzamos, en cuanto nos sea posible, en estar alegres en la tristeza y mantenernos tranquilos en la turbación, sencillos en complicación y alegres en la angustia, entonces seremos verdaderos testimonios de Dios y de nuestro Señor Jesucristo. A tales discípulos el mismo Cristo vivo y resucitado de entre los muertos auguraba la paz. Éstos en su vida terrena nunca encontraron una paz externa; pero se les dio una paz esencial, la verdadera paz en las tribulaciones, la felicidad en los insultos, la vida en la muerte. Se alegraban y exultaban cuando los hombres los odiaban, cuando los entregaban a los tribunales, cuando eran condenados a muerte. Tales son los verdaderos testigos de Dios”. +++ "Non nobis Domine, non nobis sed nomini tuo da gloriam" (No para nosotros Señor, no para nosotros, sino para gloria de tu nombre) “Más importante es que los católicos fortalezcan su fe que "combatir" sectas. La gente católica debería conocer su Iglesia –la única fundada hace 2000 largos años por Cristo- aprender a amarla, servir a Cristo y al prójimo, ser siempre coherente y consecuente con el Magisterio apostólico; instruirse y vivir la vida en cada parroquia” +++ «Una investigación histórica, libre de prejuicios y vinculada únicamente con la documentación científica es insustituible para derrumbar las barreras entre los pueblos» (Juan Pablo II) +++ ¡Gloria al Jesucristo, base y fundamento de su Iglesia! ¡Buenaventura eres Tú, Oh María, Madre de mi Maestro! “Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones” Biblia. Evangelio según San Lucas Cap.1º vs. 48. La Iglesia, hace XXI siglos fundada por Tu Hijo, te alaba, ¡Oh Madre plena de dicha y felicidad! « Y vio Dios que era bueno » Nuestra civilización, dominada por la técnica, necesita un corazón para que el hombre pueda sobrevivir en ella, sin deshumanizarse del todo. Debemos dar más espacio a las "razones del corazón" si queremos evitar que nuestro planeta, mientras se sobrecalienta físicamente, vuelva a caer espiritualmente en una era glacial. La gran crisis de fe en el mundo de hoy consiste en que no se escuchan las razones del corazón, sino sólo las razones torcidas de la mente. Gracias por venir a visitarnos Compendio del Catecismo de la Iglesia católica La fe de los sencillos - Una síntesis fiel y segura del Catecismo de la Iglesia católica. Contiene, de modo conciso, todos los elementos esenciales y fundamentales de la fe de la Iglesia. 2005. ¡No falte en el bolsillo de cada cristiano para aprenderlo! Creer, celebrar, vivir y orar, esta y no más es la fe cristiana desde hace 2000 años, enseñada por la Iglesia Católica sin error porque Cristo la ilumina y sólo Él la guía. Recomendamos vivamente: Título: ¿Sabes leer la Biblia? Una guía de lectura para descifrar el libro sagrado - Autor: Francisco Varo – MMVI. Marzo - Editorial: Planeta Testimonio Recomendamos vivamente: COMPRENDER LOS EVANGELIOS. (Necesidad de la investigación histórica). Vicente BALAGUER, Doctor en Teología y en Filología, profesor de Sagrada Escritura en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra. Imparte habitualmente cursos sobre los Evangelios y sobre la interpretación de la Biblia. Editorial Eunsa – Astrolabio/Religión Recomendamos vivamente: ‘Historia de la Inquisición en España y América’ – El conocimiento científico y el proceso histórico de la Institución (1478-1834). Obra dirigida por don Joaquín PÉREZ VILLANUEVA y Bartolomé ESCANDELL BONET. Es una elevada tarea historiográfica con planteamientos científicos, bases documentales, tratamiento y lenguaje actuales. Y: La inquisición española - Editorial: BAC- Centro de estudios inquisitoriales- Madrid-España. Autora:(Comella Beatriz.- Rialp, Madrid) Breve-óptimo libro.
Posted on: Fri, 12 Jul 2013 21:47:25 +0000

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