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LA HISTORIA DE MIN GUTIÉRREZ (C.1400-C.1480) (Extracto del artículo The Jewish-converso Ancestry of Doña Beatriz de Estrada, Wife of Don Francisco Vásquez de Coronado, de José Antonio Esquibel, publicado en ‘Nuestras Raíces’ Vol. 9, No. 4, Winter 1997). Por Rabino Nissan Ben Avrahammapa_2328 GONZALO GUTIÉRREZ Gonzalo Gutiérrez, hijo de Gómez Gutiérrez, nació en la segunda mitad del siglo XIV y vivía en la ciudad de León. La familia Gutiérrez procedía de las “montañas de Asturias” (cfr. Historia de Almagro, p. 141). Gonzalo Gutiérrez residía en el “mercado viexo”, el viejo barrio de la parroquia de Santa Ana, donde se dedicaba al comercio (ibídem, p. 141). El nombre de su mujer ha sido identificado a partir de un documento de la Inquisición del año 1484, como Catalina Gutiérrez . Gonzalo, con su mujer y al menos un hijo, llamado Min, es decir, Martín, dejaron la ciudad de León para trasladarse a la Villa de Almagro, al sur de Ciudad Real, en el Campo de Calatrava, centro de operaciones de la Orden de Calatrava. LA ORDEN DE CALATRAVA Y 1391 Desde el principio del siglo XIII la Orden de Calatrava se distinguió como protectora de las minorías en España, en particular, de los judíos. Después de los pogromos de 1391, muchas familias de judío-conversos buscaron la protección de los Caballeros de Calatrava, donde muchas de ellas continuaron practicando el judaísmo con libertad hasta cerca del año 1480 (cfr. Historia de Almagro, en nota 1, p. 131-138). Al parecer, Gonzalo Gutiérrez formaba parte de una familia judía convertida al cristianismo probablemente en la última década del siglo XIV. Sin embargo, Gonzalo deseaba continuar practicando el judaísmo y decidió instalarse en la Villa de Almagro, buscando refugio lejos del ambiente anti-semítico de la ciudad de León. ALMAGRO En Almagro, las dos generaciones de su familia que le sucedieron pudieron practicar abiertamente la herencia de costumbres y ceremonias judías. Durante muchas décadas, la práctica abierta del judaísmo, por parte de la numerosa población de judío-conversos de la villa, fue tolerada. Esto ocurrió en bastantes pueblos y ciudades españolas de la época, en particular en Ciudad Real, Almodóvar, Almadén, Valdepeñas y Daimiel (ibídem, p. 139). A principios del siglo XV, el intento de integración de los judío-conversos, bautizados a fines del siglo XIV, comenzó a hacerse problemático para la Iglesia. Muchos judío-conversos manifestaban abiertamente su pertenencia cristiana, mediante la recepción habitual de los Sacramentos. Sin embargo, en la vida ordinaria, se mantenían adheridos a sus convicciones judías, como si estuvieran en el exilio. En 1479, a petición de los Reyes Católicos, se estableció el Tribunal de la Inquisición para hacer frente a lo que la Iglesia consideraba una herejía. Su objetivo principal era desterrar la herejía entre los neo-conversos. Este tribunal dependía de la Corona española y no estaba bajo directo control y autoridad de la Iglesia. LA INQUISICIÓN DE CIUDAD REAL Los juicios inquisitoriales de Ciudad Real, que incluían la persecución de los conversos de Almagro, tuvieron lugar entre los años 1483 y 1485. En este período fueron condenados los Gutiérrez. Más tarde, el Tribunal de la Inquisición se trasladó a Toledo y, nuevamente, muchos conversos de Almagro fueron perseguidos (ibídem, p. 139). Familias enteras de Ciudad Real y Almagro fueron devastadas por los juicios de la Inquisición. Los datos de esos procesos nos revelan que había, en esas poblaciones, una tupida red de familias de conversos formando una comunidad unida por alianzas matrimoniales, y también revelan las prácticas abiertas de sus costumbres y ceremonias judías. Todo esto puede verse, de modo particular, en la información del proceso sostenido contra tres generaciones de la familia Gutiérrez, durante los años 1483 a 1485. Gonzalo Gutiérrez y su esposa Catalina pudieron terminar su vida practicando su fe judía. Mientras vivieron, se les ahorró el tormento de ser juzgados y condenados por la Inquisición. Sin embargo, muchas décadas después de su muerte, tuvieron que enfrentar un juicio ante la Inquisición de Ciudad Real, acusados de practicar las costumbres de la religión judía, habiendo sido ya bautizados en la Iglesia Católica. Fueron condenados como judaizantes y sus huesos exhumados y quemados el 23 de febrero de 1484. Las propiedades de Gonzalo fueron requisadas por la Inquisición y conservadas hasta que fueron devueltas a sus descendientes el 23 de enero de 1503 (cfr. Records of the Trials…, o.c. en nota 2, p. 467). También fueron denunciados a la Inquisición Min Gutiérrez -hijo de Gonzalo y Catalina-, Alonso Gutiérrez -su nieto- y sus esposas. JUDÍOS Y CRIPTO-JUDÍOS La información contenida en el proceso de la Inquisición que investigó a Min Gutiérrez y a su familia, nos revela que, durante tres décadas, los vecinos de Almagro conocían bien las prácticas judías de Min y de su familia. Durante ese período Min tenía una relación estrecha con algunos judíos, no conversos, que vivían en Almagro. Min Gutiérrez era un hombre rico y poderoso. En su casa había muchos sirvientes a los que mantenía y se preocupaba por ellos . Min Gutiérrez y su mujer habían muerto hacía cinco años cuando tuvo lugar el juicio contra ellos, en la primavera de 1485. Muchos testigos dieron testimonio de cómo esta pareja practicaba el judaísmo, incluyendo gente que había servido en su casa durante muchos años. Catalina García, por ejemplo, afirmaba que treinta años atrás, hacia 1455, ella había vivido en la casa de Min, y había sido testigo de que en esa época “guardaban los sábados e vestían camisas limpias e guisaban en su casa de Min Gutiérrez de comer del viernes para el sábado… y encendían candiles limpios los viernes en la noche” (cfr. Historia de Almagro, o.c. en la nota 1, p. 146). MÁS TESTIMONIOS Otro testigo, Alfonso Fernández de Escobar había trabajado para Min Gutiérrez y, en 1460, había visto que “el dicho Men Gutierres y su mujer e una sobrina guardavan los sabados e se vestían camisas limpias y levantavase mas tarde que otro dia e yvanse a folgar a casa de sus parientes e sabe e vido guisar en su casa el viernes para el sabado..” (ibidem, p. 147). En el proceso de Inquisición de Teresa Castro, nuera de Min, una mujer que había trabajado en la casa de los Castro hacia 1473 afirmaba que los viernes por la tarde la familia preparaba “caçuelas de huevos y pescado”, así como “ollas de garbanzos con fuevos” para el Sabath (ibidem., p. 148). En 1450, Juana López “la Gascona” había visto que los sábados por la tarde, Catalina Gutiérrez, la esposa de Min, visitaba con otras mujeres la casa de Yuda, un judío de Almagro. Otro testigo da referencias de los años 1463, 1465 y 1470, de haber visto cómo Min Gutiérrez comía carne casher, en compañía de Moisés, un judío de Almagro que sacrificaba los animales de cría a la manera prescrita por la ley judía (ibidem, p. 153). Entre las costumbres que mantenía la familia de Min Gutiérrez estaba la observancia del Yom Kippur (Día de la Expiación) y del Rosh Hashana (el principio del año nuevo judío). Hay testimonio a estos efectos, que concierne a Alonso Gutiérrez, hijo de Min, y a su mujer Teresa de Castro (ibidem, pp. 150-151). Además, hay un testigo que, en 1467, cuando Teresa de Castro dio a luz a su hija Elvira Gutiérrez, presenció “que la setena nocha [a la séptima noche] venieron donzellas e otros parientes a le facer la fadas [adivinaciones] como acostumbre los judios…” (ibidem., p. 158). Se cantaban las canciones acostumbradas por ellos y la niña recibió el baño ceremonial. Elvira Gutiérrez murió a la edad de siete u ocho meses, y hubo testimonios de que la familia bañó su cuerpo y lo preparó para el entierro a la usanza de los judíos (ibidem., p. 159). Min Gutiérrez, además de conocer las observancias judías, era familiar con las canciones y oraciones judías. Martín Gómez Esquerdo recordaba una ocasión en que, en 1455, estando en compañía de Min Gutiérrez, le oyó cantar una canción judía. Cuando Gómez Esquerdo preguntó a Min qué canción era esa que cantaba, Min le respondió “que non es sino que vo rezando, en el qual cantar desía Fabrahan e Moysen…” (ibidem., p. 156). VIDA DOBLE Aunque Min Gutiérrez conservaba las costumbres judías, también asistía a Misa en la parroquia de San Bartolomé de Almagro, pero su comportamiento sugería que su piedad no era muy sincera. Siendo niño, Marcos Gutiérrez había visto a Min que “al tiempo que alçaban [la Hostia Consagrada] que alába [elevaba] la cara a la techumbre de la yglesia e rrascabase la garganta..” (ibidem., p. 156). Además, continuaba yendo a la sinagoga. En una ocasión, en 1460, Ruy Núñez Eloxondo, alcalde de Almagro, lo encontró ahí rezando con otros judíos; lo arrestó y lo metió a la cárcel. Gracias a la influencia de Pedro Girón, Maestre de la Orden de Calatrava, Min pudo obtener su libertad (ibidem., pp. 141 y 156). Este episodio muestra el peso político que tenía Min en aquella sociedad. Aparte de que era bien conocida la ayuda que la Orden de Calatrava prestaba a los judíos, para evitar injusticias sociales, Min, además, era un benefactor de la Orden, por medio de rentas y otras contribuciones monetarias (ibidem., p. 141). Cuando Min Gutiérrez murió, según un testigo de primera mano, “fusieron el cofuerco al dicho Men Gutierres nueve dias que comieron en el suelo sobre usuas almaquexas en el qual que vido ayuno Teresa de Castro su muger primera de Alonso Gutierres e otro conversos” (ibidem., p. 159). La costumbre aquí descrita se refiere al tradicional rito judío de enterramiento y lamentaciones. El cuerpo del difunto era lavado escrupulosamente y vestido. Los parientes del difunto observavan un periódo de duelo, comenzando con el “cohuerzo” (=’cofuerco’), que consistía en comer en el suelo una comida especial hecha de huevos, pescado y pan durante siete noches (ibidem., p. 158). Min Gutiérrez y Catalina Gutiérrez, su mujer, murieron antes de ser denunciados a la Inquisición y, por lo tanto, se ahorraron la experiencia personal de persecución. Sin embargo, la Inquisición buscó la condena de esta pareja, ávidamente. La evidencia obtenida por el testimonio de tantos testigos, hacía la defensa extremadamente difícil. Se dio sentencia el 8 de abril de 1485 y se mandó que sus huesos fueran exhumados y quemados (cfr. Records of the Trials…, o.c. en nota 2, p. 475). SU DESCENDENCIA EN EL NUEVO MUNDO A través del contenido del juicio, sabemos que Min y Catalina tuvieron cinco hijos: Alonso Gutiérrez -casado con Teresa de Castro-, Pedro Gutiérrez, Diego Gutiérrez, Rodrigo Gutiérrez y Gonzalo Gutiérrez (ibidem., p. 62; cfr. también Historia de Almagro, o.c. en nota 1, pp. 153 y 159). Según el genealogista cubano Rafael Nieto Cortadellas , en el Archivo General de la Nación (AGN, de México) se encuentra la genealogía ascendiente de don Diego Gutiérrez de la Cavallería, biznieto de Min Gutiérrez . Según ese documento, los hijos de Min Gutiérrez llevaron el nombre de “Gutiérrez de la Cavallería”. Por lo tanto, es muy probable que la mujer de Min, Catalina, haya estado emparentada con los “Cavallería”, linaje muy destacado de judío-conversos aragoneses. El quinto hijo de Min Gutiérrez, Gonzalo Gutiérrez de la Cavallería, fue Caballero de Santiago (según el documento citado del AGN) y se casó con Catalina Luna, sobrina de don Álvaro de Luna, el valido del rey de Castilla, don Juan II. Hijo de Gonzalo y Catalina fue Juan Gutiérrez de la Cavallería y Luna, nacido probablemente en Almagro hacia 1470, pero después vecino de Ciudad Real. Casó con Mayor Flores de Guevara y tuvo seis hijos. Una de ellas fue doña Marina Flores de la Cavallería, fallecida en 1552, fue casada con el célebre tesorero Alonso de Estrada, gobernador y capitán general de la Nueva España. Otro fue Diego Gutiérrez de la Cavallería y Flores de Guevara (c.1500)
Posted on: Sat, 19 Oct 2013 06:53:06 +0000

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