LA POLÍTICA Y LAS AMBICIONES. Las cosas parecen cambiar de - TopicsExpress



          

LA POLÍTICA Y LAS AMBICIONES. Las cosas parecen cambiar de dirección; los datos que dan a conocer Banco de México, el INEGI y Hacienda, confirman lo que hemos venido diciendo desde hace meses: las cosas van mal o si lo prefiere, no van tan bien como deberían. Hoy, algo ha quedado claro, nuestra economía es incapaz de crecer; las razones son muchas, conocidas desde hace un buen número de años. Lo que sorprende no es eso, sino que apenas ahora deban reconocerlo públicamente ante la contundencia de las cifras. Lo bueno de las malas noticias, es que ya no es posible ocultar lo que para muchos era evidente; de ahí que debamos decir que las malas noticias, son las mejores que hayamos recibido en mucho tiempo. La capa de maquillaje con la cual gobernantes y funcionarios cubren las limitaciones e imperfecciones estructurales de la economía —hasta en tanto llega la realidad y los exhibe—, en cosa de horas cae hecha pedazos. Por eso digo, ¡bienvenidas las malas noticias! La globalidad y la interdependencia que aquélla ha hecho posible, cada día se fortalece y llega a todas las áreas y sectores de la sociedad; ambas, no permiten —o al menos dificultan—, esas prácticas que dañan severamente la actividad económica. Todo intento de “maquillar” la realidad, además de inútil y contraproducente, tiene un efecto negativo inmediato; los agentes económicos, al darse cuenta del engaño del cual han sido objeto por parte de gobernantes y funcionarios pierden la confianza, tanto en ellos como en el país. Los primeros que reconocen la inevitabilidad de los ciclos económicos, son los inversionistas mismos; obligados a ver las cosas desde una perspectiva de largo plazo, saben de periodos recesivos y expansivos de las economías. Por lo tanto, prefieren la crudeza de las cifras reales, a ser engañados. Los políticos que piensan que el mundo empezó a su llegada y su fin se registrará cuando dejen el puesto que hoy ostentan, tienen una idea equivocada de la gobernación; buscan manipular las cifras en aras de construirse una imagen de eficientes, capaces de transformar la realidad sólo con su encanto el cual, piensan, es casi infinito. Sin embargo, en cuanto están cómodamente disfrutando el boletín recién dado a conocer donde afirman que la economía no está en recesión sino que crece poco, las cifras aparecen cual balde de agua fría y de repente, el festejo debe cesar y a deglutir tubérculo; dicho de otra manera, hay que salir a dar la cara, “tragar camote” y sudar frío. ¿A qué se debe esta conducta —propia de economías cerradas y gobiernos autoritarios—? ¿Qué impulsa al funcionario, a negarse a aceptar la realidad económica y sus problemas? ¿Acaso piensa que los agentes económicos, son todos unos idiotas que lo harán responsable de algo que a todas luces lo rebasa? ¿Por qué no ver las cosas de manera objetiva y proponer las soluciones, que en no pocos casos han sido pospuestas una y otra vez? De persistir en esta conducta, que no enfrenta la realidad sino que pretende evadirla, el funcionario será removido de su puesto y enviado a la banca o si es amigo del gobernante, irá a otro puesto. De darse esta última salida, los sueños que uno que otro albergaba, quedan hechos pedazos. Así es la política, dirán sus adversarios antes de descorchar otra botella de champagne; los que soñarán ahora son estos y otra vez, el ciclo comienza. Ya ve, así son la política y las ambiciones por el poder; aquí y en China, diría el clásico.
Posted on: Tue, 08 Oct 2013 01:45:54 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015