LA SOMBRA DE GOEBBELS - ( Por Claudio Fantini ) - 10/11 Date: - TopicsExpress



          

LA SOMBRA DE GOEBBELS - ( Por Claudio Fantini ) - 10/11 Date: Sun, 10 Nov 2013 19:57:38 -0300 La sombra de Goebbels ----------------------------------------- Hay rasgos goebbelianos en la propaganda kirchnerista. -------------------------------------------- Los evidencia el aparato de difamación, estructura que abarca desde medios abiertos hasta publicaciones en la Web. -------------------------------------------------- Está financiado con dinero, cargos, ascensos y promociones en empresas e instituciones públicas y privadas ( las beneficiadas con favores o subsidios gubernamentales ) .------------------------------------------------------- Los premiados son aquellos que ejecutan ataques personalizados a quienes disienten con la versión kirchnerista del pasado y el presente. -------------------------------------------------------- Por Claudio Fantini (*) Politólogo para LA VOZ DEL INTERIOR --------------------------------------------- Córdoba, sábado 9 noviembre ----------------------------------------------- El fantasma de Joseph Goebbels merodea el debate en la Argentina. ¿ Se justifica usar el término “goebbeliano” para describir el linchamiento de imagen que padecen quienes critican al Gobierno nacional o disienten con la versión kirchnerista del pasado y el presente? ¿ Es atinado convertir en adjetivo el apellido del ministro de Propaganda nacionalsocialista para calificar el modus operandi del Gobierno a través de los medios estatales y paraestatales, así como de blogs y sitios en la Red ? La pregunta se planteó en programas periodísticos y deambula en reflexiones lúcidas y profundas como las que habitan los artículos de Jorge Fernández Díaz en La Nación. También se insinúa en el fallo de la Corte Suprema de Justicia sobre la ley de medios y llegó a la Organización de Estados Americanos (OEA), en forma de denuncia planteada por un grupo de periodistas encabezados por Joaquín Morales Solá y Magdalena Ruiz Guiñazú. Pero no fue la oposición ni la prensa crítica ( con excepciones valiosas, como Alfredo Leuco ) las que impusieron este debate tan urgente como tardío. Fue la rebelión de un artista contra el aparato que lo estaba denostando. Meses atrás, Ricardo Darín prefirió salir rápidamente del debate que había generado por cuestionar las estigmatizaciones que aplica el kirchnerismo a sus críticos, razón por la que lo acribillaron de insultos y descalificaciones. Pero Alfredo Casero reaccionó de otra manera . Cuando lo atacaron por un dicho que había molestado al Gobierno, estalló de indignación y respondió denunciando el carácter fascista de la política de ataque personalizada a quien choca contra el discurso oficial. El mejor respaldo que tuvo no vino de la política ni de la prensa, sino de un cineasta : Juan José Campanella. Y el único político que reaccionó adecuadamente fue, una vez más, Luis Brandoni, también actor y uno de los pocos argentinos que llevan tiempo planteando el significado de los ataques personalizados que se perpetran en los medios y en la Red contra periodistas, intelectuales y artistas que contradicen el relato. La pregunta quedó planteada: ¿es un método goebbeliano? ¿ Resulta atinado adjetivarlo con el apellido del jerarca nazi ? En principio, desatinado sería comparar el kirchnerismo con el hitlerismo o cualquier dirigente kirchnerista con Goebbels. También sería un desatino negar que algunos medios críticos traspusieron la frontera de la crítica, para actuar como opositores. Y que hay cadenas rotativas de noticias que jamás muestran los aciertos que tiene el Gobierno, además de hacer campañas políticas repitiendo exageradamente informaciones desfavorables para el kirchnerismo. Pero no es descabellado calificar de goebbeliano al aparato de difamación creado y sostenido por el Gobierno. Principios El discurso y la política del oficialismo cumplen con tres de los 11 principios de la propaganda planteados por Goebbels. ** El “ principio de la simplificación y el enemigo único ” – que incluye reunir a todos los adversarios en “ un único enemigo ” – se ve con claridad en la personificación del “ enemigo ” en Héctor Magnetto y la identificación de todos los opositores y críticos (periodistas, intelectuales, etcétera) como “ empleados ” del director ejecutivo de Clarín. ** El “ principio del método del contagio ” reúne la diversidad de adversarios en “ una sola categoría ”, constituyéndolos en una “ suma individualizada ”. En la Argentina actual, “ la derecha ”. ** El “ principio de la transposición ” propone cargar sobre “ el enemigo ” todos “l os errores y defectos propios ”, y responder “ cada ataque con otro ataque ”. El matrimonio que gobernando Santa Cruz fue menemista, indiferente con los derechos humanos y privatizador de YPF y el banco provincial, acusa precisamente de eso a opositores y críticos, respondiendo cada cuestionamiento con ataques personalizados. Estos tres principios muestran la gravitación que, en el nazismo, tuvo el pensamiento de Carl Schmitt, lúcido instrumento intelectual de aborrecimiento a los valores liberales de la República de Waimar. El pensamiento schmittiano creó la dialéctica “ amigo-enemigo ” que adoptaron el hitlerismo, los otros totalitarismos y también posteriores populismos de izquierda y de derecha. Por eso hay rasgos goebbelianos en la propaganda kirchnerista. Los evidencia el aparato de difamación, estructura que abarca desde medios abiertos hasta publicaciones en la Web. Está financiado con dinero, cargos, ascensos y promociones en empresas e instituciones públicas y privadas (las beneficiadas con favores o subsidios gubernamentales). Los premiados son aquellos que ejecutan ataques personalizados a quienes disienten con la versión kirchnerista del pasado y el presente. Este aparato responde a lo que el controvertido Hermann Tertsch describió diciendo que “ desde los medios, aquellos que disienten son literalmente fumigados con la liquidación de su honor y su prestigio social ”. En el mismo ensayo, el autor de “ La venganza de la historia ” explica la utilización del pasado como “ efecto generador de rencor ” que se enfoca hacia “ las minorías que disienten y que el poder identifica ”. Hay otro elemento nazi que absurdamente merodea el discurso oficialista. Se trata del rasen-gebunden aplicado a la posición política. En la delirante teoría de Alfred Rosenberg “ las facultades mentales y morales dependen de la raza ”, mientras que en el discurso oficialista parecen depender de la posición política. El Gobierno estaría debilitándose. Pero la causa está en la economía y la inseguridad. A esos blancos – y también a la corrupción – apuntó el discurso de oposición y la prensa crítica. Ese discurso nunca calibró, en su verdadera dimensión, lo que implica la existencia de un aparato de difamación.
Posted on: Wed, 13 Nov 2013 15:14:02 +0000

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