La paloma contra los cangrejos Eloy Garza González La - TopicsExpress



          

La paloma contra los cangrejos Eloy Garza González La familia de Nena Delgado es una de las más artísticas de México. No hay pariente suyo que no cante, actúe o cuente la historia de la música regional con sapiencia de erudito. La energía cultural que irradia en las veladas bohemias que organiza en su casa vitalizan a cualquiera que asista como invitado suyo. Una de ellas se prolongó hasta altas horas de la madrugada de hoy. La charla nostálgica, reveladora, derivó por extraños vericuetos verbales hasta la figura decimonónica de Santiago Vidaurri. Algunos a favor, otros en contra, pero el controvertido Vidaurri ocupó un espacio prolongado en la velada. Se cantó música de su época, poemas ya olvidados que lo aluden, anécdotas de sus seguidores y enemigos. Quise compartir el dato de que, por un buen tiempo, el gobernador Vidaurri controló las aduanas marítimas y terrestres del noreste de México. Comprobó que los aranceles para la importación eran muy altos, con lo que los funcionarios alentaban el contrabando que ellos mismos manejaban “por abajito del agua”. Entonces inventó el Arancel Vidaurri que en la práctica consistía en cuotas razonables para que a los traficantes les resultara más barato pagar la mercancía a la luz del día y no clandestinamente. Con estos dineros, Vidaurri fundó el Colegio Civil, inauguró La Alameda y le dio forma a Monterrey. Echó a andar el comercio local, creó la fábrica de hilados y tejidos La Fama y llegó a integrar por un tiempo Coahuila a Nuevo León. No solía rendir cuentas pero no fue un gobernante sanguinario: a su manera era un hombre ilustrado, leía autores franceses e inició el romanticismo regional. Juárez, en cambio, era un político con más callo: articuló un concepto de nación y fue un Estadista. Aplicó la Razón de Estado, donde el bien particular importaba poco frente a la visión de conjunto. Por ejemplo, necesitaba hacer acopio de recursos para acabar con sus enemigos (que de paso eran los de la patria), fortalecer el monopolio de la violencia legítima de su gobierno y luchar contra el Imperio de Maximiliano. Todas las ganó en el último asalto. Por supuesto, acabó presionando a Vidaurri para que le entregara el control de los aranceles aduaneros y ahí se agravó el pleito. Porque Vidaurri estaba dispuesto a ayudar a la causa liberal, mientras no afectaran los ingresos de su feudo. Y Juárez se los quiso quitar dada la emergencia nacional. Cuando el Benemérito vino a Monterrey en febrero de 1864, huyendo del fuego francés, Vidaurri lo corrió a balazos. Las malas decisiones del viejo lo hundieron junto con el efímero Imperio de Maximiliano: no podía reconciliarse con Juárez, que lo destituyó como gobernante. Tenía el dinero de las aduanas, pero el poder se le escurría de las manos. Así que se jugó su última carta: aliarse con Maximiliano. Por eso, al recobrar el poder, los juaristas lo fusilaron por la espalda en la plaza de Santo Domingo. En la velada de Nena Delgado cantamos las dos versiones de la famosa canción “La Paloma”, que Vidaurri debió conocer, tanto su versión imperial como la juarista. A la Emperatriz Carlota se la interpretó por primera vez la célebre cantante mexicana Concha Méndez el 10 de abril de 1864. La versión juarista en cambio, modificó la letra con una estrofa burlona: “Si a tu ventana llega un burro flaco, trátalo con desprecio, que es un austriaco”. Otra canción que recordamos fue “Los Cangrejos”, sátira en contra de los conservadores, compuesta por Guillermo Prieto: “Cangrejos al combate/ cangrejos al compás/ un paso pa´delante/ dos pasos para atrás”. Vidaurri fue fusilado acompañado por esa melodía interpretada por una banda que el escuadrón de Caballería contrató para que amenizara el suceso. La anécdota fue recordada ayer en casa de Nena Delgado aderezada con música y coplas populares. Una noche histórica y melodiosa.
Posted on: Wed, 30 Oct 2013 09:34:35 +0000

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