Monumento al fracaso de una gestión 3 de diciembre de 2012 - Opinión, Política, Puerto Rico - José M. Saldaña, Expresidente UPR Este país no puede darse el lujo de que sus instituciones de educación superior actúen de forma individual inconexa, propiciando la duplicidad e ineficiencia en el uso de costosos y escasos recursos • • • En la carretera número 1 de Caguas hacia Rio Piedras, frente a la estación del metro en Cupey, existe un impresionante edificio de siete pisos, de cristales color verde / grisáceo. Ese es el “Complejo de Ciencias Moleculares de la Universidad de Puerto Rico”. Su planificación y permisología se comenzó para el año 2003 durante la administración de Antonio Garcia Padilla como presidente de la UPR y de Sila M. Calderón como gobernadora de Puerto Rico. Inicialmente se estimó su costo en $20 millones pero ha costado alrededor de $75 millones. Su construcción abarcó la administración de Aníbal Acevedo Vilá. El expresidente Garcia Padilla dejó inaugurado su carapacho antes de salir de su posición a principios del presente cuatrienio. Digo carapacho, pues en aquel momento (hace tres años) el edificio estaba vacío. Hubo dinero para su construcción pero no para equiparlo y habilitarlo. Supuestamente la construcción se hizo con fondos locales asignados a la UPR durante la celebración del primer centenario de la institución y se debía equipar de fondos federales para la investigación. Pero no ocurrió así. Lo que es una necesidad real del país, se constituyó en un irresponsable, mezquino, desastroso ejercicio de planificación, de exclusión y de ejecución. Baste solo unos ejemplos: Un edificio de tal tamaño solo tiene 9 espacios para estacionamientos, cuando lo requerido para su aprobación era 90 espacios. Para conseguir su aprobación sin los espacios requeridos se vendió la idea de que los investigadores y el personal de apoyo debían estacionarse en los estacionamientos multipisos del Recinto hasta la estación de Cupey, desde donde caminarían hasta el edificio. Mantener el edificio desocupado por tres años le ha representado a la Universidad un costo de alrededor de $3 millones anuales ya que es necesario tener funcionando los sistemas de aire acondicionado, de agua, de presión de gases, de energía eléctrica, etcétera, solo para evitar que estos sistemas deterioren y colapsen. Pero este escandalo de mala planificación, ejecución y de exclusión responsabilidad de Antonio García Padilla – el hermano mayor y principal asesor del gobernador electo Alejandro- es además uno que envuelve gran mezquindad e incapacidad de no entender que somos un país pequeño de limitados recursos que requiere visualizar la educación superior como un complejo sistema donde el sector público y el privado deben colaborar estrechamente mediante alianzas y convenios para optimizar el uso de los recursos que se invierten en ese importante sector. El sistema de educación superior de Puerto Rico tiene una matricula de aproximadamente 250,000 estudiantes. Las universidades privadas son responsables por proveerle educación universitaria al 64 % de los estudiantes, principalmente a los de más bajos ingresos. Por lo cual ejercen un papel importante en el desarrollo socio-económico del país. El Sistema Universitario Ana G. Méndez (SUAGM) tiene su recinto Metropolitano a escasamente 200 metros de distancia de donde está ubicado el edificio de marras. Dicho recinto desde hace algún tiempo ha puesto un gran énfasis en la ciencia y tecnología. A tales efectos era conocido que había comenzado un programa bien estructurado y ambicioso en estudios graduados (maestrías y doctorados) e investigación. ¿Por qué no haberlo invitado e incluido en la planificación inicial para el diseño y uso compartido del edificio por quienes tanto hoy hablan de inclusión? Ya que eso no ocurrió, al percatarse de la ubicación del edificio de Ciencias Moleculares y por la cercanía a sus instalaciones, la administración de SUAGM le propuso a la de la UPR alquilarle dos pisos para establecer allí laboratorios de investigación compatibles con el uso propuesto del edificio. La respuesta fue en la negativa. El resultado es que SUAGM tendrá que invertir cantidades millonarias en construir instalaciones para la investigación, teniendo la UPR a menos de 200 metros de distancia un edificio parcialmente vacío para el mismo uso, estando ésta última pasando por una muy difícil situación fiscal, resultado de la quiebra en que la dejó quien planificó este desastre: AntonioGarcia Padilla . El mismo que pretende que su hermano menor Alejandro gobierne el país con su asesoramiento. Una importante empresa privada de laboratorio biomédico también propuso alquilar parte de ese edificio, recibiendo la misma respuesta. Para la UPR “ha sido mejor” diseñar, construir y mantener vacío por tres años -a un costo de $3 millones anuales de dinero de los contribuyentes- un edificio para el cual dada la situación de limitación con los donativos federales no hay posibilidades de ocuparlo en su totalidad por la UPR- que compartir alquilándole parte de la estructura a otras instituciones para llevar a cabo investigación científica a nivel molecular. Hace escasamente un mes se comenzó a habilitar dos pisos, pero los restantes cinco aún permanecen vacíos. Este país no puede darse el lujo de que sus instituciones de educación superior actúen de forma individual inconexa, propiciando la duplicidad e ineficiencia en el uso de costosos y escasos recursos. La UPR debe reconsiderar esta decisión y sentar la pauta para fomentar la coordinación, colaboración y complementariedad necesaria entre todas las partes del sistema de educación superior.
Posted on: Thu, 20 Jun 2013 20:01:54 +0000
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