Mundo de Cera. 25 de Marzo de 2013 a la(s) 17:13 El hombre calvo inclinaba la cabeza y se ajustaba las gafas de gruesas lunas que hacían ver a sus ojos ridículamente pequeños, después movía la cabeza de lado a lado. Conocía muy bien cada mímica del señor Efraín Peralta, él era el mejor crítico del arte occidental y un próspero empresario de artesanía latinoamericana. Solía fingir que no le agradaban las composiciones artísticas que se le mostraba para comprarlas a un precio irrisorio como un “favor” al artesano. Ahora estaba mirando mi última creación “El indígena limeño”, yo me dedicaba a la escultura en cera, mi estilo el “hiperrealismo”. Muchas de mis composiciones podrían ser confundidas fácilmente por personas de carne y hueso, acompañaba a cada escultura con una reseña del personaje elegido pues también tenia habilidades literarias como me decían los profesores en el colegio. El señor Peralta ajustaba el nudo de su corbata, señal de que al fin diría algo: - No es lo que busco Daniel. Al parecer no había interpretado muy bien las mímicas, antes que pregunte algo el hombre calvo dijo: -Mira sé que le has puesto mucho esfuerzo a esto pero mis compradores buscan temas distintos. -¿Acaso no es lo suficientemente real señor Peralta?, le pregunté. -Es demasiado real Daniel, ¿Tú crees que a un coleccionista extranjero le interesaría comprar una escultura de un indígena con el cabello teñido, perforaciones y pantalones con agujeros? -El indígena de hoy está muy alienado señor…, repuse. -Pero los coleccionistas quieren a un indígena clásico con su poncho, chuyo y yanquis, ellos tienen esa imagen del hombre andino como la tienen del mexicano con gran sombrero y bigotes. La gente no quiere lo real David, más bien quiere lo que ellos creen que es real o mejor aún lo que ellos quieren que sea real. Tus reseñas son puramente descriptivas sin figuras literarias siquiera…, David haces réplicas de la gente real como nadie, pero a veces es necesario modificar la realidad para que nos deleite, tú, eres un artista no una fotocopiadora. De momento no tenía como refutar esos argumentos, una a una las ideas se acomodaban en mi mente, mas, cuando sabía ya que contestar el hombre calvo se había marchado. Esa noche salí tarde del taller y al llegar encontré una nota en la mesa, era de Sofía y no era precisamente una carta de amor, decía que ya estaba harta, que yo trabajaba demasiado, que necesitaba tiempo para pensarlo y más tonterías como esas, era la tercera mujer con la que convivía terminando de la misma manera. Mi departamento también estaba lleno de esculturas, de todas ellas había una de una bella adolescente caminando. A todos les decía que era la primera escultura que hice y nunca la recogieron, pero no, en realidad se trataba de Elizabeth la única mujer que amé en toda mi vida. Me serví un vaso de ron mientras la contemplaba, ¿Qué hubiese pasado si nunca me hubiera separado de ella?, nunca fuimos más que simples enamorados, un par de meses que marcaron toda mi vida. Supe que se casó y tiene hijos con un adinerado tipo que fue el preferido por sus padres. Sabía que era un hombre de gran talento pero este no era valorado por los críticos, ni por la familia de la mujer que amaba, ni por el mundo…, tenia que cambiar mis creaciones, moldear mi capacidad al gusto del mundo, pero ¿Por qué no hacer lo contrario?, ¿Por qué no cambiaria el mundo en ves de mi arte?, ¡Que tal si yo pudiese cambiar la realidad!, así como la “bruja escarlata” de las historietas que leía de niño… no, eso era imposible. Siempre sufría de insomnio pero esta vez mi cuerpo se desvanecía de cansancio, y en ese lapso de pasar al sueño profundo, en ese limbo donde aún se puede escuchar el ruido del exterior pero tus miembros están dormidos, es allí cuando la mente se expande, lucha por no caer en la inconciencia, es en ese momento donde se hace inmensamente eficaz. Pensé en la capacidad de cambiar la realidad, y la respuesta estaba allí, solo alguien como yo podría hacerlo, lo que tendría que hacer era mentalmente recrear la realidad con precisión y exactitud como acostumbraba, luego le haría ciertas modificaciones a esta “realidad” y me imaginaria en ella, me adentraría tanto en el yo de ese mundo que el yo actual pasaría a ser la recreación imaginaria, después de esta intensa actividad mental por fin el sueño profundo venció a la consciencia. Las horas pasaron y el sol brillante aclaró los cielos, me desperté más tarde de lo acostumbrado, me puse de pie pero aun veía nublado. Una voz femenina terminó de despertarme: -Amor, ya nos sirvieron el desayuno, apúrate. -¿Elizabeth?, pero… ¿Qué haces aquí?, pregunté asustado, pues allí estaba la mujer que siempre amé, vestía una bata de seda negra sus mejillas rosadas y sus pestañas arqueadas eran tal como la recordaba. -Que, ¿Qué hago aquí?, me levanté más temprano para hacer ejercicio mientras la niñera alistaba a los niños para que fueran a la escuela, eres tú el que de desveló preparando la conferencia de prensa con tu representante. Por cierto dijo que ya venia para acá. Era cierto, el mundo había cambiado y ahora era tal y como yo lo había imaginado. Tenía una hermosa casa, y vivía con la mujer de mis sueños, tenía dos hijos, un mayordomo y una niñera. Era muy famoso. El mejor artista de escultura hiperrealista del mundo, habían escuelas de arte que llevaban mi nombre y hasta una marca de zapatos. Lo más irónico era que el señor peralta era mi representante y quien más admiraba mi trabajo, y, curiosamente, en esta realidad, en este “mundo de cera” él usaba lentes de contacto y tenía cabello. Aunque estaba más que feliz viviendo en este nuevo mundo aun estaba desconcertado, ¿Cómo pudo pasar?, tuve un razonamiento excepcional cuando estaba por quedarme dormido y simplemente lo llevé a la realidad. Una y otra vez traté de despertar creyendo que se trataba de un sueño, pero me fue imposible. En los siguientes días dediqué mis horas libres, (que en este momento eran pocas) a la búsqueda de una respuesta más lógica a este fenómeno, leí a Heidegger, a Einstein y a muchos otros, la respuesta más cercana la encontré en la ley de la atracción de Camilo Cruz, allí decía que la composición atómica de los seres humanos y el universo es la misma por lo tanto cuando uno desea algo con vehemencia la mente libera gran cantidad de energía magnética que “atraerá” lo deseado, como si el universo entero conspirara para que tal anhelo sea cumplido. Al parecer yo habría llevado tal razonamiento a su máxima expresión pues no solo atraía lo deseado por mi mente si no que modificaba el universo de acuerdo a lo requerido, este razonamiento me llevó a las inevitables preguntas, ¿Fue aquella una acción aislada o accidental?, ¿Podría repetirla? Esa noche después de pasar tiempo con mis nuevos hijos y disfrutar de las caricias de mi bella esposa, dejé la alcoba y me senté en el sofá de mi sala. Allí había un enorme espejo en el que vi detenidamente mi reflejo, me consideraba un hombre atractivo pero creía que podría mejorar físicamente, y ya que no hubo un efecto mariposa negativo al crear el mundo de cera, ¿Por qué no hacer más cambios? Esperé a que el sueño invada mi cuerpo entero hasta que mi mente se expandió de nuevo luchando contra la inconciencia. Mentalmente recreé el mundo de cera sin excluir ningún detalle, luego me centré en mi otro yo y le hice algunos cambios, me quité ese leve defecto al caminar, el raro acento por el cual siempre fui motivo de burla. Cambié el color de mis ojos de café a turquesa, mi cuerpo delgado a uno atlético y mis dientes perfectamente blancos y formados adornarían mi nueva sonrisa. Ahora tenia que transferir mi mente al nuevo Daniel, nuevamente el sueño logró someter a la mente hasta el amanecer. Al despertar comprobé que los cambios se habían realizado ahora tenia un mayor número de seguidoras como personaje de farándula y lo que me extrañaba era que las personas más allegadas marcaban cierta distancia conmigo. Mis hijos por ejemplo parecían acostumbrados a que no les dedique mucho tiempo, hasta parecían no desearlo. Mi esposa tenía mucha inseguridad, era como si se sintiera inferior a mí y por ello temía perderme. El señor peralta parecía tener un concepto de mí muy particular. Me describía como un individuo exitoso pero egocéntrico y altruista. A pesar que la segunda versión del mundo de cera no era tan “perfecta “como la primera aún podía modificarla sin usar aquella “transferencia mental”. Bastaba con ganarme una nueva imagen, mostrarme como siempre humilde y servicial, no era raro que el Daniel original del segundo mundo de cera sea egocéntrico, ya que alguien con la fisionomía que le había creado habría sido toda su vida elogiado, su vanidad sería muy grande. El tiempo pasó, días, semanas, meses, la gente del segundo mundo de cera tenía un mejor concepto de mí por la gran ayuda social que realizaba, comencé con albergues y escuelas de buen nivel para personas con bajos recursos. Muchas empresas apoyaron mi causa. Le dediqué mucho tiempo a mi familia, los llevaba de vacaciones, de campamento y sobre todo demostrarles lo importantes que eran para mí, aquello fue fundamental para vencer la inseguridad de mi esposa. La vida en este mundo mejoraba cada día, tal vez ya no tenia que cambiarla, lo curioso es que cada vez que intentaba recordar como era mi mundo antes del primer cambio me era imposible, como si ese recuerdo habría sido borrado, tan solo recordaba el primer mundo de cera, sin embargo era consciente del número de cambios que había realizado, tal vez recordar mas de dos mundos era demasiado para la mente. Una mañana el Sr. Peralta me llevó a visitar las escuelas de arte, mi bella esposa me acompañó. El trabajo de los artistas novatos era notable. Había una pintora hiperrealista amiga de mi esposa su nombre era Jacqueline, la pobre muchacha era muy depresiva por ser poco agraciada físicamente. Me llamó la atención un mural suyo, había pintado el salón de exposición con extraditaría precisión, cada persona lucia muy real. Sin embargo en su espacio también estaba ella pero con otro peinado, unos cuantos kilos menos, facciones más delicadas y ropas de moda, al principio pensé… “Dios, pobre muchacha”. Pero luego esa compasión se convirtió en miedo ¿Qué tal si Jacqueline consiguiera cambiar la realidad tal como yo lo hice?, hasta ahora había sido “responsable” en el uso de esta “habilidad” pero, ¿otro lo seria? ¡Alguien podría crear un mundo de cera y hacerse rey del mundo!, o algo peor, las posibilidades eran ilimitadas. Tenía que detener cualquier intento de cambio de realidad, aunque ello significaría que yo hiciera un nuevo cambio. Esa noche esperé que el sueño invada mi cuerpo, esa noche crearía el tercer mundo de cera. Realicé el mismo proceso, esta vez los cambios fueron más radicales. Al despertar. Todos los artistas hiperrealistas que existían a excepción de mí tenían otros estilos como el subrealismo o le impresionismo. Mi estilo era único y para los otros demasiado complicados para imitarlo. Demás esta decir que mi fama era tan grande que trascendía toda frontera. Intentaba acostumbrarme a mi nueva vida, ahora me había convertido en toda una celebridad. Siempre estaba rodeado de gente entra críticos, periodistas, fotógrafos y hasta asesores legales. Todo aquello afecto mucho mi privacidad pero era un sacrificio aceptable con tal de evitar un gran desastre. Una vez más comprobé que mi mente recordaba el número de cambios, mas, no las características de todos ellos. Solo me acordaba del segundo mundo de cera y el actual o sea el tercero. Un par de semanas pasaron, estaba en el living mientras mi esposa y mis hijos dormían. Me recosté en el sofá y estuve pensando en todo lo que había cambiado mi vida. Ahora era el dueño del mundo y si algo no me gustaba solo tenia que cambiarlo, luego dormí…, unos pocos minutos, unas horas de pronto un chorro de agua helada me despertó. -¡Despierta bella durmiente!- .Era un hombretón de aspecto desagradable, junto a él estaba otro vestido como doctor pero de mirada vil, yo estaba con ambas manos esposadas y grilletes en los pies. ¿Qué habría pasado? De pronto mis dudas terminarían, el sujeto vestido de médico habló: -Espero que haya dormido bien señor Araujo, se preguntará por qué lo tengo en esa condición, sucede que la persona que nos contrató afirma que usted es muy peligroso, sobre todo cuando está a punto de quedarse dormido y es allí donde entro yo. Soy el profesor Hammer, y fui contratado para mantenerlo despierto permanentemente, creé la sustancia “amorfeo” que al ser combinada con la sangre aleja el sueño del individuo elegido, tú en este caso… -¿Por qué me haces esto?, ¿Qué le hice yo?, pregunté. El hombretón que lo acompañaba me abofeteó, luego el otro agregó: -No seas tan violento Tomás, el señor Araujo quiere respuestas…, mire yo ni siquiera lo conozco pero tengo un proveedor anónimo que me pidió que nunca lo dejara dormir pero que respetara su vida, también me pidió que le dijera algo muy raro… pero bueno igual se lo diré, dijo que él era el Daniel Araujo del segundo mundo de cera, usted le robó su mundo y lo confinó al primer mundo de cera. Allí aprendió la misma habilidad que usted solo que él la domina por completo, por eso fue capaz de crear personajes en su realidad como la señorita Jacqueline para que usted se deshaga de posibles competidores, él por su parte eliminó las otras realidades para que usted no las recordara y no pueda regresar a ellas, además al hacer eso los Daniel Araujo de las otras realidades también estarían eliminados…, valla que suena raro, aunque claro eso no es de mi incumbencia. Al decir aquello puso esa extraña sustancia a un tanque conectado a la vena de mi brazo. Lo que había dicho me llenó de espanto, había mandado al Daniel egocéntrico al primer mundo de cera y él ha ido modificando a su antojo ahora me había recluido en esta nueva realidad, ¿Cómo lo haría? , y más importante, ¿Qué haría yo ahora? Los días pasaron y la falta de sueño repercutía severamente en mí, parecía estar pagando por haber jugado a ser Dios. Intercambiaba mis pensamientos con la realidad al menos era eso lo que creía estar haciendo pues en verdad estaba creando mundos paralelos físicamente reales y ahora el yo de uno de esos mundos estaba tomando el control de todo, pero, ¿Por qué no me eliminaba a mi también?..., ¡claro!, necesitaba recordar esta realidad para no olvidar como cambiarlas en caso de que algo le salga mal. No podía conformarme con el castigo, era mi deber detener a mi otro yo. El otro Daniel me había quitado la libertad, la capacidad de conciliar el sueño, ¡me había quitado el mundo que con tanto esfuerzo había creado!, sin embargo no podía quitármelo todo y aun tenía lo más importante, mi mente. Tomás tenía una varilla con la que solía hostigarme, él era un hombre bruto y tosco fingí no sentir nada ante sus castigos y además le retaba diciéndole:-¡Estás perdiendo tu fuerza Tomás, no puedes ni con un hombre esposado!- El temperamental sujeto comenzó a golpearme el rostro con su enorme puño, sentí sangrar mis labios, pronto sentí su voz gruesa y distorsionada, todo cuanto alcanzaba a ver comenzó a girar, oí al profesor Hammer increpar a Tomás, estaba a punto de caer en la inconciencia, aunque no por el sueño tal vez tendría los mismos resultados… imaginé ese mundo en el que estaba recluido luego lo cambiaria por cualquier otro mundo alterno que recordara, no podía de un mundo del que estaba seguro que no había creado. Me imaginé en ese mundo… luego quedé inconsciente. Una voz muy familiar me despertó, estaba esposado en lo que parecía ser un lujoso palacio, la voz era del otro Daniel, vestía finos trajes y tal como tanto temía ahora era él quien gobernaba en forma tirana a toda la humanidad.-Fuiste muy listo al escapar de Hammer y su suero amorfeo, pero perdiste la consciencia con golpes, lo que hizo que durmieras más de la cuenta, para tu desgracia…más que yo. -¡Yo te creé así que yo puedo destruirte…! le grité. Él se reía de mis palabras, ante una señal de sus cortesanos hicieron entrar al profesor Hammer, al parecer en esta realidad él era uno de sus colaboradores, Hammer le dio una pastilla blanca al otro Daniel, después de tragarla este dijo: -En este mundo Hammer ha creado una sustancia que permite caer en estado de somnolencia, la cual se disipa en veinte minutos, es decir que no necesito dormir profundamente para corregir errores. Comencé a gritar mientras él se adormilaba tratando de perturbar su concentración, no lo logré y en unos instantes había desaparecido de su Mundo. Me reapareció de una clínica de otra realidad, esa también estaba dirigida por Hammer. Ahora no pretendían mantenerme perpetuamente despierto, por el contrario me tenían sedado todo el tiempo, de esa manera tampoco podría estar en el limbo el estado medio entra la consciencia y la inconsciencia. En la otra realidad, el emperador Daniel celebraba su victoria, tenía decenas de esposas y amantes, todos celebrando una victoria de su líder que ni siquiera entendían. De pronto, algo perturbó la celebración, el profesor Hammer pidió el micrófono al presentador, solo entonces se notó que parecía drogado, o poseído: -¡Daniel!, no eres el único que puede controlar a individuos de otros mundos, yo estoy usando a éste para hacerte llegar mi mensaje, lo que hacemos esta mal, no somos dioses, ambos fuimos muy egoístas porque no intentamos cambiar el mundo para que sea un lugar mejor para todos, lo cambiamos solo para nuestro beneficio. -Tú, ¿Cómo lograste escapar…? , Me preguntó. -En el mundo que creaste me tenían narcotizado, pero no predijiste que al estar tanto tiempo en ese estado mi cuerpo se acostumbraría al narcótico. Logré despertar, solo para volver a caer en la somnolencia y ahora antes que caiga al sueño profundo voy a terminar con esto para siempre…dije. -¡No…! gritaba él mientras buscaba nerviosamente sus pastillas. Continué diciendo: -Quiero un nuevo y único mundo donde la gente sobresalga por sí misma, donde las tendencias artísticas sean cuestión de moda, donde los humanos no jueguen a ser dioses y sean como son, con defectos y virtudes, donde haya un joven escritor de un país tercer mundista que relate esta historia como advertencia y sobre todo donde no exista Daniel Araujo. Terminando de decir esto, caí en sueño profundo y esta vez jamás despertaría.
Posted on: Thu, 10 Oct 2013 04:10:24 +0000