Pero, que estoy diciendo, o mejor dicho; que estoy pensando. Se supone que debo pensar y reflexionar sólo acerca de la felicidad y de la vida impregnada de belleza, más no de la fatalidad. Digo con la frente pegada en el vidrio, mi respiración ya hizo una gran mancha de vaho en el cristal, mi frente ya la siento fría, como frío esta mi espíritu y mi corazón. Sin embargo; soy yo, únicamente yo, en este momento que paso con la frente adherida al vidrio sumergido en la profundidad de mi pensamiento, el tiempo pasaba para los demás, no así para mi. Era yo, el cristal y yo, unidos por una de nuestras superficies, el cristal contemplandome, y yo nadando en eso que llamamos pasado, reflexionando sobre momentos de mi vida pasada, sin llegar a nada, no llego a nada, es cierto; pero extrañamente estaba tranquilo, estaba sólo, sin carga, sin presiones de ninguna naturaleza y sin el agobio que representan las exigencias mundanas. Quizá debido a que era libre, o mejor dicho; me sentía libre, libre era hasta que alguien se acerco y me tomo del hombro, sacándome así del éxtasis en que me hallaba. Nuevamente dos existencias: el cristal y yo.
Posted on: Thu, 10 Oct 2013 14:53:39 +0000
Trending Topics
Recently Viewed Topics
© 2015