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Por un momento pensé el dar una versión muy personal sobre las vivencias y hechos acontecidos durante o en días posteriores al 19 de Sep. 1985. Creo que muchos de quienes vivimos en ese tiempo; tiene una versión de lo mismo, de acuerdo al como, cuando y el porque de su experiencia. Lo que si agradezco hasta hoy en día es tener la dicha de seguir existiendo en este nuestro mundo. Por la alegría de ver nuevamente una Ciudad que se levanto como el ave fénix de entre sus ruinas, el ver una sociedad pujante y luchadora, teniendo siempre presente lo que es tener SOLIDARIDAD.- A todos los muertos de esos días un minuto de silencio, para quienes prestaron su ayuda a los hermanos un millón de aplausos. Terremoto de México de 1985 El terremoto del jueves 19 de Septiembre de 1985, conocido como Terremoto de México de 1985, ocurrió en la zona centro de México y ha sido el más significativo de la historia escrita de este país. El Distrito Federal, la capital del país, resultó la más afectada. Cabe remarcar que también la réplica del viernes 20 de septiembre de 1985 tuvo una gran repercusión para la Ciudad de México. Este fenómeno sismológico se suscitó a las 7.19 con un registro máximo de 8,1 grados en la escala de Richter, cuya duración aproximada fue de poco más de 2 minutos. Al siguiente día (20 de septiembre) a las 19.38 una réplica de menor intensidad con una magnitud de 7,9 grados en la escala de Richter vuelve a estremecer a la ciudad. Pero el terremoto del 19 de septiembre de 1985, fue el más mortífero y destructivo que se ha registrado en la historia de la ciudad de México. El epicentro se localizó en las costas de Michoacán y Guerrero, rotura del contacto entre las placas de Cocos y de Norteamérica, en una extensión de 50 km x 170 km y unos 18 km de profundidad. Su magnitud fue 8.1, según informó el Instituto de Geofísica de la UNAM, con una duración de casi cuatro minutos, de los cuales, un minuto y treinta segundos corresponden a la etapa de mayor movimiento. La intensidad en la superficie directamente sobre la zona de ruptura, alcanzó IX en la escala Mercalli Modificada (Daño considerable en estructuras de diseño especial; estructuras con armaduras bien diseñadas pierden la vertical; daño grande en edificios sólidos con colapso parcial. Los edificios se desplazan de los cimientos. Grietas visibles en el suelo. Tuberías subterráneas rotas). A pesar de la gran distancia focal (370 Km) que atenúa fuerte­mente las ondas en roca, los efectos de sitio en la ciudad las amplificaron drama­ticamente, principalmente en ciertos rangos estrechos de frecuencia de vibración. Debido a la estratigrafía profunda del valle de México, las ondas que llega­ron aquí a la superficie superior rocosa tenían en comparación con temblores en otros sitios, un contenido excepcionalmente alto de energía en un intervalo de frecuencias que abarca justamente aquellas que más amplifican las arcillas del valle. A su vez, las construcciones que, al experimentar grandes oscilaciones, vibraban naturalmente en este intervalo de frecuencias (en general edificios de 7 a 15 pisos) sufrieron los máximos daños. Esa mañana, un trágico despertar dejó a su paso: muertos, heridos, desaparecidos, damnificados, edificios públicos, privados y casas habitacionales destruidas; inmuebles en peligro de caer; interrupción en el servicio de agua, energía y teléfonos; fugas de agua y gas; múltiples rupturas en el asfalto y la paralización total en el servicio de transporte colectivo. Por todos lados surgieron brigadas de rescate de aquellos que desinteresadamente ofrecieron algo más que sus propias manos. Crecía a cada momento la incertidumbre y luego la desesperación, no había picos, ni palas, ni marros, mucho menos maquinaría o aparatos especiales para las labores de salvamento; hospitales y ambulancias no se daban abasto, mientras que la escasez de medicamentos y sangre tuvieron como consecuencia la pérdida de muchas vidas que pudieron ser salvadas. El secretario de la Defensa Nacional, anunció minutos después del temblor que el Ejército Mexicano había puesto en operación el Plan DN-III de auxilio a la población civil. Para millones de capitalinos, entre las 7:19 y 7:22 todo terminó para empezar dramáticamente. Aparecen entonces las primeras respuestas a la desgracia: se desborda la generosidad y el apoyo internacional. El presidente de Cuba, Fidel Castro, fue uno de los principales; le siguieron dirigentes de la ONU y los presidentes de Argentina, Colombia, Estados Unidos, España, Nicaragua y Venezuela (entre otros). La noche del jueves miles de habitantes del Distrito Federal, atemorizados por la posibilidad de un nuevo temblor, durmieron fuera de sus casas en albergues improvisados y campamentos ubicados en parques, camellones, aceras y, en menor medida, en instalaciones públicas. Viernes 20 de septiembre La noche del viernes sucede lo peor: vuelve a temblar a las 19:38 hrs, con magnitud de 7.6, duración de un minuto y medio en las coordenadas epicentrales 17.4 latitud norte 102.0 longitud oeste. Como consecuencia, se derrumbaron 20 edificios más y el pánico fue inevitable. Hora y media después del temblor, el Presidente de la República dirigió un mensaje a la población a través de la TV y la radio, en el que expresó su reconocimiento a la población por su "extraordinaria solidaridad". Este sismo causó alarma en la región epicentral y el colapso de estructuras dañadas por el evento principal del día anterior. Ocasionó también un tsunami en la zona de Ixtapa con una altura de 1.5 m, cuando menos. El gobierno de la ciudad, dio cifras preliminares del desastre: aproximadamente mil personas atrapadas entre los escombros; cinco mil heridos y tres mil damnificados; 250 edificios caídos y otros 50 en peligro de derrumbarse. Entre los edificios colapsados y que por su importancia destacan, están: El Hospital Juárez de 11 pisos, donde se encontraban, se dice, unas 700 personas; la unidad de ginecobstetricia del Hospital General, con más de 500 pacientes y un número indeterminado de niños recién nacidos; el edificio "Nuevo León" en Tlatelolco, donde vivían 185 familias; un multifamiliar de la Unidad Juárez; los hoteles: Regis, Montreal, De Carlo, Romano, Principado y Versalles con un número indeterminado de huéspedes. Los edificios de gobierno derrumbados fueron el de la Secretaria de Trabajo, FONACOT, SECOFI, el recientemente estrenado Instituto Mexicano de la Radio, una de las torres del conjunto Pino Suárez, tres pisos del ala norte del conjunto de la Secretaria del Consumidor. También se anunció el derrumbe del edificio ocupado por la Policía Judicial Federal. Múltiples viviendas populares de las colonias Roma, Morelos, Guerrero y Tepito también se vinieron abajo. Lunes 23 de septiembre Este día, los pacientes encamados de la Cruz Roja de Polanco fueron reacomodados en salas que fueron adornadas con flores, muñecos de peluche y hasta televisión. Los convalecientes, muchos de ellos con indicación médica de reposo absoluto, recibieron la visita de distintas damas distinguidas entre las que destacaron la primera dama del país y la de Estados Unidos, quien recorrió la zona afectada en medio de un aparatoso, estorboso y prepotente equipo de seguridad. Paulatinamente la ciudad comenzó la reconstrucción, a cerrar la herida cuya cicatriz quedará en la memoria histórica con la bandera Nacional a media asta todos los 19 de septiembre, a partir de 1985.
Posted on: Thu, 19 Sep 2013 20:07:23 +0000

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