Purple haze (La República - Augusto Alvarez R.).- Los nuevos - TopicsExpress



          

Purple haze (La República - Augusto Alvarez R.).- Los nuevos tiempos en el Vaticano y en el Perú. Los nuevos aires que hoy, por las ideas del papa Francisco, positivamente refrescan al catolicismo, empiezan a ventilar a la burocracia del Vaticano, y en el Perú parecen un huracán que ha puesto a temblar al cardenal Juan Luis Cipriani. No hay semana que el papa Francisco no tenga una declaración, gesto o decisión que señale que el Vaticano está en proceso de transformarse para acercar la Iglesia a la gente. “Los pastores de la Iglesia no se pueden obsesionar con la transmisión de una multitud de doctrinas desarticuladas para ser impuestas” o “el pensamiento de la Iglesia debe recuperar genialidad y entender cada vez mejor la manera como el hombre se comprende hoy, para desarrollar y profundizar sus propias enseñanzas” son solo dos comentarios del Papa en la notable entrevista a la revista jesuita La Civiltá, con una actitud renovadora ante colectivos a los que antes se discriminó, como gays, divorciados o la mujer. Estas nuevas ideas, que seguramente no implicarán cambios radicales en el corto plazo, pero sí una actitud más tolerante, coinciden en el Perú cuando se está produciendo, por distintos motivos, un balance del período como cardenal de Juan Luis Cipriani, con resultados que son –en opinión de esta columna– negativos pues ha significado, por su arrogancia, prepotencia e intolerancia, una profunda división dentro de la Iglesia peruana, y un distanciamiento de la misma frente a la gente. Estos aspectos saltan a la vista en estos días en que el cardenal Cipriani tiene comentarios crecientemente desatinados y muy desafinados con los que hoy priman en el Vaticano. Por ejemplo, contra la Teología de la Liberación, hoy revalorada en el Vaticano, y el padre Gustavo Gutiérrez (hay muchas versiones de cómo Cipriani lo hostilizó hasta lograr su salida del país); o sobre los gays y su respuesta de catchascanista de bajo nivel al congresista Carlos Bruce por su proyecto de ley sobre unión civil. Son solo dos expresiones lamentables que grafican su período de cardenal, destacando su posición ante la PUCP; o la persecución a sus profesores de Teología y al padre Gastón Garatea; o sus pataletas por los homenajes a este y a Gutiérrez. Con el cese de Tarcisio Bertone de la Secretaría de Estado, y la confirmación del alemán Gerhard Muller en la Congregación para la Doctrina de la Fe –a quien Cipriani llamó hace poco “ingenuo”–, parece que el cardenal está muy descolocado con la nueva burocracia del Vaticano. A Cipriani se le ve hoy desbordado, al borde de un ataque de nervios, y diciendo barbaridades inaceptables e insolentes como las de ayer sobre el obispo auxiliar expulsado por pedófilo en Ayacucho. Solo falta que ahora diga, como Bertone cuando lo sacaron, que su ocaso y sus problemas son por la culpa de “una red de cuervos y víboras”.
Posted on: Sun, 22 Sep 2013 12:58:27 +0000

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