¿Quién es Álvaro Uribe Vélez? Por Fernando Balda* 25 de - TopicsExpress



          

¿Quién es Álvaro Uribe Vélez? Por Fernando Balda* 25 de junio de 2013 A propósito del concurso de History Channel, en el que Álvaro Uribe Vélez quedó como el gran colombiano, Debate publica el escrito de Fernando Balda sobre la vida y obra del ex presidente. Pocas veces la patria colombiana ha parido hombres como Álvaro Uribe Vélez; pero esto no solo se puede aseverar porque él haya tenido una carrera muy visible en el campo político. Ha desempeñado diferentes cargos en el Ministerio de Trabajo y la Aeronáutica Civil; fue alcalde de la ciudad de Medellín durante (1982), Senador de la República (1986-1994) y, más tarde, Gobernador de Antioquia (1995-1997), siendo finalmente elegido Presidente de la República de Colombia en 2002 y reelecto en 2006. De carrera plausible, este pluralista convencido del Estado de derecho, paradójicamente es un estudioso de todas las formas revolucionarias y socialistas, de allí que posee un instinto conceptual y deductor, sobre las causas y procesos políticos. De la universidad de Antioquia en Derecho; a Harvard para estudiar administración y finanzas, luego “Negociación de Conflictos”; pasando por el Saint Antony´s College de la universidad de Oxford en Inglaterra, gracias a la beca Simón Bolívar del Consejo Británico y donde participó como Senior Associate Member. Su carrera académica fue brillante, antes, ya había sido exonerado de rendir exámenes en 5to y 6to año en el bachillerato por sus excelentes calificaciones; de familia hacendada y ganadera. En 1983 Uribe, fue víctima de un intento de extorsión por parte del EPL, no quiso aceptar que un agente de inteligencia arriesgará su vida disfrazándose como él para entregar el dinero que pedían los extorsionadores, fue él mismo, y se logró la captura de los criminales. En los años ochenta su padre fue asesinado por las FARC en un intento de secuestro. Como Presidente, el mismo Alvaro Uribe sufrió tantos atentados como si fueran salidos de la imaginación de un cineasta, en Barranquilla el 14 de Abril del 2002 las FARC colocaron 300 libras de explosivos al paso de la caravana del Presidente, un bus pasó entre los explosivos y el vehículo de Uribe en el momento de la explosión salvándole la vida y costando la de otros cinco inocentes y decenas de heridos; luego las FARC intentaron durante una conferencia de prensa colocar una grabadora periodística con explosivos y cianuro pero fue frustrada por la seguridad del mandatario quien canceló la conferencia; el 7 de Agosto de 2002 las FARC lanzaron varios morteros y rockets contra Casa de Nariño durante la posesión presidencial, los proyectiles alcanzaron las cornisas pero no hubo víctimas. En febrero de 2003 una casa explotó en Neiva mientras era allanada por una alerta de atentado; y en Abril de 2005 un cohete rocket fue lanzado contra el avión presidencial mientras aterrizaba en el aeropuerto de Neiva, el cohete no dio en el blanco. ¿Pero por qué el terrorismo ha marcado como objetivo militar a Álvaro Uribe?, cuando yo fui a Colombia por primera vez obtuve de forma muy clara la respuesta; Benjamín, un buen amigo dueño de un restaurante en Chapinero, un barrio céntrico de Bogotá me contaba: “si Usted hubiera visto, hace diez años; no se podía subir a la Calera (zona de un mirador turístico que bordea la ciudad) porque las FARC ya estaban allí secuestrando y matando”. Pero esto es solo uno de los miles de relatos que uno puede escuchar en un paseo por cualquier ciudad colombiana. Quien no ha ido a Colombia difícilmente puede saber realmente que son las FARC. No son decenas de muertos los que han provocado, no son cientos, ni miles, ni decenas o centenas de miles. No! Son millones de ciudadanos asesinados de las formas más horrendas conocidas por el hombre, que han causado profundo dolor a los colombianos durante cincuenta años consecutivos. Han reclutado durante medio siglo niños para enseñarles a matar y enfrentarlos a morir. Las FARC se ha aliado con el narcotráfico como protectores de las rutas de transporte de droga para poder financiar su ejército, en el camino descubrieron que era mejor entrar al negocio que solo ser custodios del alcaloide, llegando a convertirse también en un poderoso cartel. A esta fuerza terrorista es a la que Álvaro Uribe juró a su país exterminar de la mano del ejército colombiano y las leyes. Desde el 2002 hasta el 2010 fueron incontables las veces que el Presidente con teléfono en mano llamaba él mismo a los pilotos de los helicópteros black hawk y les daba disposiciones de ataque, esto me contaba uno de sus ex ministros Fabio Valencia Cossio. Tal determinación logró mermar las filas del grupo terrorista que había llegado a tener 18.000 integrantes dejándolos con 8.000 según estadísticas en el año 2005, haciéndolos retroceder de ciudades y pueblos que se encontraban tomados y donde el Estado no podía entrar, los cabecillas más sanguinarios fueron abatidos bajo su mando, y logró la desmovilización de miles a la luz de acertadas políticas de Estado, colateralmente esta política llamada de seguridad democrática se convirtió en fuente de recursos pues el combate al terrorismo atrajo a la inversión privada y generó progreso. Cuando las FARC nacían en 1964 después que sus cabecillas ya hubieran participado en escaladas de violencia con grupos armados comunistas radicales después del “Bogotazo”. Álvaro Uribe ya tenía 12 años y uso de razón. Paralelamente iban creciendo en la historia el terrorismo y su principal exterminador. “Nunca antes las Fuerzas Armadas de Colombia habían sentido que eran dirigidas por un verdadero comandante en jefe”, así me lo dijo un buen amigo General. Como todo Gobierno, y más aún uno que había sido precedido por algunos desgobiernos que vendieron sus conciencias al terrorismo y al narcotráfico, el de Uribe no se salvó de escándalos, algunos utilizados por sus opositores como trofeos políticos, hay de todo en la viña del señor; sin embargo, hay algo innegable, perceptible, confesable: Uribe cambió a Colombia, le devolvió, progreso y esperanza. Recordó a cada uno de los colombianos que la patria y la vida son para respetarlas, que nadie bajo el pretexto de causas extintas, cuestionables, transmutadas e ilegítimas tiene el derecho de alterar el orden, destruir el Estado, acabar con vidas humanas y causar terror. Que quienes así lo hacen recibirían respuesta con todo el rigor de la ley y las Fuerzas Armadas comandadas por un verdadero guerrero. También dejó en claro que cada colombiano es un nicho de paz; que la verdadera paz no es la que se negocia en una mesa de póker vendiendo la patria por encima del sufrimiento de millones de víctimas. Sino la que se proclama sobre los valores democráticos y la justicia. Tan excepcional es Uribe, que en un hecho sin precedentes cuando terminó su segundo periodo tenía el 75% de aprobación, la más alta en la historia de todos los mandatarios colombianos; podría haberle alzado del brazo a cualquiera y hubiera ganado la presidencia con el solo endoso de este héroe. Pero aún los héroes cometen errores, el brazo que alzó fue el de un tahúr ególatra, el otrora defensor del pensamiento de su predecesor, que hoy ha traicionado los principios democráticos que jur�
Posted on: Wed, 17 Jul 2013 13:52:58 +0000

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