Reseña Histórica La Concordia: En la primera mitad del siglo - TopicsExpress



          

Reseña Histórica La Concordia: En la primera mitad del siglo XIX desde 1821 a 1856 podemos distinguir dos divisiones desde el punto de vista de la población del Estado de Nicaragua. En el transcurso de estos 35 años, la economía y la sociedad cambian muy poco y con lentitud, más aun en la parte Norte del país, alejado de las villas más importantes que poco a poco crecían al sur y oeste del país. En 1821, la población de Nicaragua era de unos 160,000 habitantes, incluyendo la parte Norte y Este del país. La mayoría de la población vivía entre; el Rio Viejo y Rivas, los poblados eran pequeños, de menos de 1,000 habitantes. León, Granada, Masaya, Managua y Rivas eran las villas más importantes, con algunos miles de habitantes. Casi todas sus casas eran chozas de pajas, aunque algunos estaban fabricados con ladrillos de adobe y tejas de barro. Con este contexto nacional, podemos imaginar, como era de lento el avance del desarrollo poblacional, económico social y cultural de nuestros antepasados en San Rafael del Norte y La Concordia. La provincia de Nicaragua estaba gobernada por el español Don José Salvador. En 1808 un sacerdote de apellido Juarros, hace un censo de ciudades y pueblos de la provincia donde solo figura Jinotega como pueblo del departamento de Matagalpa. Treinta años después, en 1838, en el decreto del 30 de abril emitido por el jefe dele Estado, Don Francisco Jiménez Rubio, que dividia el país en 4 departamentos y la Región de la Misquita ahí se menciono por primera vez el pueblo de San Rafael del Norte, formando parte del distrito de Matagalpa, además de Jinotega. Pocos años después de emitirse el decreto del 30 de abril, donde se menciona por primera vez al pueblo de San Rafael, en el mes de febrero de 1840, llegaron al lugar conocido como chagüite largo los primeros inmigrantes provenientes del asentamiento de San Rafael del Norte, después de vivir por un corto tiempo en el valle de Sabana Grande donde habían buscado un poco de paz y tranquilidad, ya que estaban pasando situaciones muy difíciles, ellos fueron los fundadores y primeros habitantes de lo que mas tarde, ge el pueblo de La Concordia, hoy Municipio del mismo nombre. Según cuenta la historia relatada por nuestros abuelos y escrita por algunos investigadores del lugar, el antiguo asentamiento de San Rafael del Norte estaba formado por más de 250 familias, las cuales eran personas con una muy buena marzada diferencia en el modo de su carácter personal. De estos, una minoría era muy susceptible, delicados de carácter, muy difíciles para dejarse someter por otros, con espíritu de superioridad, razón muy poderosa para tener continuamente grandes contradicciones, convirtiéndose estas en serias contiendas y disputas, lo que no les permitía llevar una vida reposada de trabajo y amistosa. Para terminar con esta difícil situación que mantenían entre si, los que se sentían amenazados a perder sus derechos de libertad, hablaron con el superintendente o regidor, Señor Don Pedro Lanzas Rodríguez, el que cansado de abogar por uno y otro lado, dispuso apoyar al grupo que en muchas ocasiones le habían manifestado, trasladarse a otro lugar y convenciendo a sus familias, amigos y vecinos decidieron buscar otro sitio donde asentarse y formar su propio territorio. Fue así como se formaron dos grupos, los Traslacionistas y los antitralacionistas. Estos últimos estaban aferrados al territorio de su antiguo asiento San Rafael del Norte, razón por la cual permaneció ahí. Ya organizados, el grupo de los traslacionistas en compañía de Don Pedro Lanzas Rodríguez se apropiaron de los archivos y convencieron al resto de las autoridades locales para establecerse en Sabana Grande, lugar muy cerca de San Rafael, pero poco tiempo después, por encontrarse muy próximos el uno del otro, continuaron los enfrentamientos verbales y no soportando mas esta situación de tan mal gusto dispusieron poner mas distancia de por medio y conversando con Doña Rosa Lanzas Rodríguez hermana del superintendente Don Pedro Lanzas Rodríguez, los dos traslacionistas, los cuales tenían una finca con mucho terreno en un lugar conocido como Chagüite Largo, ubicado a unos 8 kilómetros al oeste de San Rafael del Norte, los que estuvieron de acuerdo en donas los solares para edificar viviendas y así fundar el nuevo asentamiento. Estando de acuerdo Don Pedro Lanzas Rodríguez y Doñas Rosa Lanzas Rodríguez forman parte de este trasladó a Chagüite Largo los siguientes jefes de familia Señores; Santos Zamora, Eusebio Rivera y Encarnación Rodríguez, siendo estos los fundadores del lugar. Con estos acontecimientos se creo aun más un verdadero conflicto entre los dos grupos, por lo que los traslacioncitas dispusieron hacer el traslado a Chagüite Largo, llevándose toso lo que poseían para no dejar en San Rafael, ni buenos ni malos recuerdos. A lomo de mula, de hombros, hombres y mujeres y de una y que otra carreta, cargaron con todo, utensilios de cocina, herramientas de carpintería, implementos agrícolas, aperos de montar y carga, los pocos que tenían animales domésticos arboles frutales y plantas de jardinería. Trasladaron también toda la tierra con las que estaban construidas las paredes de sus casas, Horno, hornillas, tejas, tablas y horcones, materiales que les sirvieron para reconstruir sus viviendas rudimentarias. Estos Señores se trajeron todos sus trabajadores, imágenes católicas, los vasos sagrados de San Rafael y hasta el registro público y fue así como tomo el nombre de San Rafael de la Concordia. Siguiendo los ideales de los traslacionistas tiempo después llegaron también los Señores: • Félix Montenegro Canizales • Juan de Jesús Zeledon Zel edon • María Salome Rodríguez • Francisco Zeledon y • Lázaro Valdivia. Todos ellos venían acompañados por sus respectivas esposas(os) o compañeros(as) y sus hijos formando parte también de nuestros primeros pobladores. Pasado el tiempo, el nuevo asentamiento de Chagüite Largo, fue prosperando organizadamente y recuperando con mucho esfuerzo, trabajo, entusiasmo su estabilidad y armonía. Era muy notoria la estrecha relación de amistad, compañerismo solidaridad y unidad Familiar existentes entre los habitantes de Chagüite Largo, que lograron vivir en perfecta armonía, paz y Concordia. Los Hombres y Mujeres de Chagüite Largo eran joviales y amistosos, emprendedores, respetuosos del derecho ajeno, muy dados a las actividades religiosas y sociales, diversiones populares enmarcadas en las practicas de las buenas costumbres y la moral. Eran muy respetuosos de las creencias religiosas, también muy buenos espadachines, cuyas practicas las hacían como Hobby y les ayudaban para la defensa personal, los cual muchos años después les trajo mala forma y se decía que los Concordianos eran matones, macheteros e inhóspitos. Después de la independencia en 1821 hasta 1853, el país vivió en un periodo muy difícil, agitados por guerras y desordenes para obtener el control político, pero nuestros pueblos de San Rafael y Chagüite Largo continuaban avanzando en su desarrollo precario, lento y inamistoso, con reclamos y contiendas buscando cada uno a su manera, la normalización de la situación legal de los dos territorios. Estos acontecimientos eran del conocimiento de las autoridades superiores del país por lo que el 28 de Enero de 1848, por Ley el Director de Estado de Nicaragua, Señor José Guerrero da por aceptado y aprobado el traslado afectuoso por los traslacionistas que con las autoridades locales, se fincaron en el actual siento del pueblo de La Concordia. En el mes de febrero de 1848 a inicios del periodo seco (verano) se logra la visita por primera vez de un sacerdote misionero de la orden Jesuita, español llamado Felipe León Reyes. Este misionero llego a Chagüite Largo y fue muy bien recibido en las casa hacienda y establo de Doña Rosa y Don Pedro Lanzas Rodríguez quienes de antemano, habían puesto sus buenos oficios ayudados por los demás pobladores, para acondicionar la parte mas amplia de dicha casona, en este caso el establo; recinto que sirvió para celebrar misas, casamientos, bautizos y otros servicios religiosos. El padre Reyes aprovecho la visita y convoco a una reunión a todos los pobladores, hombre y mujeres para organizar un comité pro-construcción de la iglesia Católica del asentamiento y trazar la demarcación de calles y plazas como también la ubicación de la iglesia, oficinas del gobierno, casa comunal o casa Nacional y el terreno para el cementerio. Doña Rosa Lanzas decidió donar sus joyas de oro para elaborar las primeras piezas que se utilizaron en la iglesia como fueron el copón y la custodia. El asentamiento de Chagüite Largo se pretendió ubicar el estilo colonial como las primeras ciudades León y Granada. Todo se decidió de una manera ordenada, se ubico la plaza al centro, la iglesia en el costado Este de la plaza dándole un estilo barroco de 1800 con su atrio frente a la puesta del sol, la casa cural al lado izquierdo de la iglesia, la casa Nacional al otro costado, ósea al lado derecho y al fondo, al otro lado de la plaza, la casa Cabildo Municipal, donde actualmente se encuentra el Centro de Salud. Aprovechando la reunión con el Padre Reyes, por petición de los pobladores ahí reunidos se decidió bautizar el asentamiento de Chagüite Largo con el nombre de pueblo de La Concordia; tomando en consideración el hecho de que sus pobladores viven en perfecta armonía y Concordia, anteponiéndole San Rafael, pues sus primeros pobladores fueron familias provenientes de San Rafael del Norte y también por favores recibidos. Según sus creencias religiosas el santo les mostro el camino correcto a Chagüite Largo. Antes de despedirse el Padrea Reyes, habló con las autoridades del nuevo pueblo y con la directiva encargado de la construcción de la iglesia que consultaron con todos los pobladores del lugar para que decidieran por unanimidad escoger un Santo Patrono para la nueva parroquia de La Concordia. Les prometió que en la siguiente visita Misional se oficializaría el nombramiento. En acuerdo el Padre Reyes se comprometió, informar detalladamente a sus superiores todo lo acontecido e su visita a Chagüite Largo, también al respectivo jefe de estado, Señor Toribio Terán, que fungía como tal, ese año en nuestro país. Después de la primera visita misionera efectuada por el Padre Reyes en el mes de Febrero de 1848 los habitantes y autoridades locales del nuevo pueblo de La Concordia, continuaron celebrando año con año en el segundo domingo del año del mes de febrero, una fiesta religiosa y popular. La fiesta popular estaba enmarcada en conmemorar al aniversario del traslado que hicieron los primeros habitantes de Chagüite Largo provenientes de su antiguo asentamiento San Rafael del Norte en febrero de 1840. La Fiesta religiosa era dedicada al Arcángel San Rafael en agradecimiento a Dios por dirigir sus pasos hasta el lugar donde empezaron una nueva etapa de su vida en unidad, armonía y concordia. Las actividades festivas se iniciaban el día sábado, por la mañana o por la tarde, eran toretes y novillos, chúcaros, cimarrones los que eran proporcionados por los propietarios de pequeños hatos ganaderos del lugar. Los toretes y novillos eran arriados, recorriendo las pequeñas calles pedregosas en partes y polvorientas en otras las pocas casas y solares existentes en el pueblecito que creció poco a poco, año tras año, en aquellas lejana época de difíciles tiempos. Res años después de ser aceptado el traslado el diferendo quedo resuelto por Ley del 22 de Abril de 1851, siendo Director interino del Estado de Nicaragua, Don Justo Abaunza y Ministro de Gobernación Don Sebastián Salinas, al decretar que los pueblos de San Rafael del Norte y San Rafael de La Concordia, serian independientes uno del otro y sus vecinos en plena libertad de escoger el domicilio que mas le agrade. Archivos y demás instrumentos de usos publico legal, imágenes religiosas y vasos sagrados, se devolverían al pueblo original debiendo La Concordia, proveerse de lo necesario para su administración. Se ordenaba también al prefecto del Departamento de Matagalpa, presidir la elección de autoridades y fijar los elegidos y los limites jurisdiccionales del territorio Concordiano. Con lo expuesto quedo constituido legalmente el Municipio de La Concordia. El problema mayor para los habitantes de este territorio eran las enfermedades el sarampión, la rubeola, la tos chifladora y las enfermedades intestinales. Desgraciadamente los medicamentos para estos males, eran desconocidos en todo el país, hubo además una epidemia de cólera entre los años 1836 y 1855, Esto provocaba muchas muertes, aunque cada familia tenia muchos hijos, solo unos pocos lograban sobre vivir. La Mayoría moría a muy temprana edad y por eso el crecimiento de la población era muy lenta. En estos lugares la vida era my dura, pues todo costaba mucho trabajo obtenerlo. Entre 1821 y 1856 hubo grandes desordenes políticos y turbulencias sociales en todo el país, las que tuvieron consecuencias negativas para la producción tradicional. En nuestra región o territorio Concordiando, esto afecto mucho aun encontrándonos muy lejos de este escenario, pues no se podía viajar al interior del país a comprar las mínimas necesidades básicas, por causa de incursiones de grupos estabilizadores, fuerzas armadas particulares. Las autoridades tradicionales en los primeros años, era el cultivo del maíz y frijoles, un poco mas tarde el millón. Casi todos los habitantes sembraban lo que necesitaban para su consumo domestico, lo que les alcanzaba para todo un año, y aunque realizaban algunas actividades de artesanía, las que no producían podían conseguirlo comprando en otras localidades, como en Jinotega o con los comerciantes que viajaban a León y Honduras. Solamente cuando había sequias muy severa, se generaban problemas de abastecimiento muy críticos. Nuestros antepasados practicaban las artesanías de manera empírica, lo aprendían hombre y mujeres, dependiendo de la complejidad del oficio, eran heredadas de los padres y abuelos. De tal manera que para suplir las necesidades las ponían en practicas demostrando muy bien sus habilidades. Había Hiladores y tejedores, hilaban fibras de penca, hilaban cabuya, con las que tejían sandalias, sondalezas, mecates, hamacas, alforjas, telones para tijeras, sacos para granos, bolsas de mano etc. Con las coyundas de cuero crudo tejían sogas, pialeras, riatas, cintas para el yugo y pegadores de canetas y arados; con el pelo de la cola de caballo tejían mecates, encabezados, cinchas tejedoras y jáquimas. Con el cuero crudo hacían zurrones y forraban camas y taburetes, con el cueto curtido fabricaban botas, baúles, alforjillas y caites. En La Concordia habían curtiembre o tenerías, donde se procesaba el cuero, lo venían para la industria, de decían cuero de baqueta, se utilizaba para fabricarle el piso a los zapatos y también para hacer zapatos burros que eran mas baratos. Solamente usaban zapatos de cuero fino las personas que tenían más posibilidades económicas. Con el cuero de baqueta que se comercializaba en León, ya mejorado y pulido, lo utilizaban para la fábrica de albardas, monturas, galápagos que eran comprados y traídos por los comerciantes. Estos artículos eran muy costosos y eran muy pocos los que los podían poseer. Los de menos recursos compraban estos artículos de segunda mano. Los galápagos que montaban las mujeres eran un lujo que se daban. Los galápagos eran una especie de montura, solo con un estribo, un agarradero y gancho en la parte delantera, para que la mujer que montaba sentada, enganchaba su muslo derecho, se afianzaba y no se caía del caballo. En el trabajo artesanal, las mujeres también eran muy laboriosas y creativas, todo con el objetivo de suplir así grandes necesidades. Elaboraban el “Jabón de Chancho” así le decían, también se conocía como jabón de país o “jabón del pai”, lo hacían también del cebo de res. Los ingredientes eran: desperdicios de manteca y cebo, lejía de ceniza, una olla grande, un tenamaste, leñas, fuego lento por varios días, menear con un meneador constantemente o cuando requería. También nuestras mujeres elaboraban jabón fino para el baño, de manteca de azahar de flores álamo y semillas de roble. Para alumbrar durante la noche en algunas actividades especiales, las mujeres elaboraban candelas de cera vegetal, cera de jicote y suncuán. También extraían aceites de semillas de ciertos vegetales como la higuera común. Estos aceites servían como combustible para lámparas y candiles, pero se usaba más el ocote, era más fácil para conseguirlo. Las candelas de cera vegetal y las velas del santísimo eran de aceite, también vegetal. Era muy hermoso y ceremonial ver un sirio pascual encendido, principalmente en aquellos tiempos que los días de semana santa se respetaban con mucho fervor religioso. Además de estas actividades mencionadas, también las mujeres hacían hilo de algodón con el cual confeccionaban telas para vestir en rudimentarios telares caseros, lo mismo hacían el hilo usado en la costura manual. El instrumento que utilizaban para hacer el hilo le llamaban “malacote” consistió en un eje vertical con una rueda al centro del eje. Este lo hacían para girar a manera de un trompo en la parte superior del eje. Colocaban el copo de algodón. Este instrumento también se le conocía con el nombre de “rueca”. La Caña dulce se ha cultivado siempre en La Concordia desde el inicio de nuestros días. Se sembraba en pequeñas parcelas solariegas caseras, solamente para el consumo familiar. La extracción del jugo o caldo de la caña, se hacia de manera empírica en muelas o zangarros de madera. Estos funcionaban manualmente, entre dos o cuatro personas. El caldo se cocía a fuego lento en pequeñas calderas de madera, protegido por debajo con barro o tierra fina. Se elaboraba dulce de rapadura, alfeñiques y cachaza. Durante los años siguientes de 1860 en adelante se empezó a cultivar en mas cantidades la caña de dulce, lo ismo el trigo y se desarrollaron también pequeñas haciendas ganaderas, Debido a las necesidades y ala creciente demanda los hombres con su inteligencia empezaron a fabricar trapiches de madera, utilizando para ello madera de gran resistencia como: la mora, el mamasquillo o bracillo y Guayacán. Estos trapiches no eran muy cómodos para desempeñar sus funciones, pero aun así, se hacia lo posible para producir, aunque en pocas cantidades `por los costos de producción. A partir de 1893, en León y Granada los ingleses y alemanes empezaron a importar y exportar productos. Llevaban a Europa maderas preciosas, cueros curtidos y crudos, añil y otras especies que aquí en Nicaragua compraban a precios bajos. Luego introducían en todo el país, entre otros productos, telas de buena calidad, jabón de barras y trapiches de hierro. Éstos trapiches de hierro eran muy costosos, pero vinieron a simplificar el trabajo en las moliendas de caña, solamente los mas adinerados podían comprarlos por su alto costo, lo que permitió que se formaran grupos de cultivadores (medieros). La población aumento y con ella los pueblos y ciudades fueron creciendo poco a poco. La demanda demás ingresos se hizo necesaria para la manutención de las familias, las alternativas de fuentes de trabajo eran urgentes, Así, se empezó a sembrar y a cultivar mas hectáreas de caña dulce en todas las comunidades del municipio donde los terrenos prestaban las condiciones para el riego por gravedad. Se sembró caña en la margen derecho e izquierda del Rio Viejo, desde la Granadilla, hasta Campo azul y Colon Abajo. A lo largo de esta zona cañera habían mucha moliendas familiares también se habían organizado grupos de cañeros entre los miembros de las comunidades. Estos grupos cultivaban la caña en grandes cantidades de hectáreas, donde se dividían por socios o medieros. El medico mayor era el patrón el cual era quien aportaba el terreno y a caldera con todos los implementos de trabajo, especialmente el trapiche de hierro. Los socios menores aportaban la mano de obra. El tiempo que duraba la molienda en la mayoría de las haciendas cañeras era de cuatro a seis meses, hasta que molía el ultimo de los socios o medieros, a este tiempo de molienda le llamaban “temporada de moliendas” Era muy común ver por este lapso de tiempo, en los caminos concordianos a comerciantes con sus muleros comprando el dulce de rapadura para vender, en otras localidades como San Rafael del Norte, Jinotega, Matagalpa y León. La compra se hacia por cargas o por 2 tercios y 1 tercio eran 50 atados, Actualmente es igual. En aquellos tiempos un atado de dulce costaba 3 centavos (C$ 0.3 córdobas). Además en la zona cañera sobre los terrenos marginales al rio viejo, también se cultivaba en otros puntos del municipio o territorio como sigue: La Guanábana, Zapote Occidental. Las Quebradas, Los Potrerillos, Las Cuevas, La Arenilla, El Wiscanal, Quebrada Honda, La Pita, La Colmena, Buena Vista y La Mora Arriba. Las moliendas sobre la margen del Rio Viejo era: La Granadilla, Los Calpules, Santa Rosa, El Polvon, Yupali, San Cristóbal, San Gerónimo, Valerio, Hungría, Las Pilas, Coyotito 1, Coyolito 2, Campo Azul, Colon Abajo y Los Chagüites. Actualmente la cañada de azúcar se cultiva en; La Granadilla, los Calpules, Santa Rosa, El Polvon Yupali y Valerio. El cultivo ha disminuido en esta zona debido a que las aguas del rio Viejo que se han utilizado para el riego, ha bajado el nivel debido a los grandes despales que se dieron en sus márgenes y en su nacimiento en el Municipio de San Rafael del Norte. El otro sector cañero del municipio, hace muchos años que desapareció. Comunidades y jefes de familias de generaciones antepasadas de Chagüite Largo- La Concordia que empezaron y continuaron el cultivo de la tradicional caña, para dulce de rapadura en los años sucesivos desde 1880, 1912,1940 y 1950.
Posted on: Thu, 05 Sep 2013 22:15:47 +0000

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