Retomando nuestro tiempo con Dios después de uno días de - TopicsExpress



          

Retomando nuestro tiempo con Dios después de uno días de descanso por la CONVENCION DE JOVENES EN PISCO, Volvemos a Veintiséis Días Maravillosos Buscando a Dios de Madrugada: Hoy Gracias a Rubén en la iglesia; (Kely, Ibet, Sarely, Jessica, Natalia, María H. Jacki H. y Larry, por favor no detenerse hay que seguir con firmes y juntos, esperamos que hoy en sus casas nos hayan apoyado). MEDITACIÓN DE HOY EN LA MADRUGADA Hebreos 13:15: Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de ALABANZA, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. La alabanza es el fruto adecuado, el producto natural y apropiado de labios que confiesan que Jesús es el Señor de nuestra vida. Esta es la razón para las reuniones públicas de testimonio. Las personas que no celebran con alabanzas a Jesús, juntos en la iglesia y en la familia, se convierten como el mar muerto; tienen agua pero sin vida. La alabanza nos ayuda a recordar las cosas que Dios ha hecho en nuestras vidas y nos ayuda a confiar más en Él (Salmo 105:1-5 "Alabad a Jehová, invocad su nombre, Dad a conocer sus obras en los pueblos. Cantadle, cantadle salmos; Hablad de todas sus maravillas. Gloriaos en su Santo nombre; Alégrese el Corazón de los que buscan a Jehová. Buscad a Jehová y su poder Buscad siempre su rostro. Acordaos de las maravillas que él ha hecho, De sus prodigios y de los juicios de su boca"). La alabanza es, por naturaleza, una ofrenda, un sacrificio. En otras palabras, la alabanza proviene del dolor y de los sufrimientos. ¿En qué consiste un sacrificio? Un sacrificio es una ofrenda, y una ofrenda implica muerte y pérdida. El que presente una ofrenda debe sufrir alguna pérdida. Toda ofrenda, o sacrificio, deberá ser entregada. Tal entrega implica sufrir pérdida. El buey o el cordero que usted ofreció, le pertenecían; pero cuando usted los entregó, cuando los elevó en calidad de ofrenda, los sacrificó. El hecho de ofrecer algo no indica que habrá ganancia; más bien, significa que se sufrirá una pérdida. Cuando una persona ofrece su alabanza, ella pierde algo; ella está ofreciendo un sacrificio a Dios. En otras palabras, Dios inflige heridas; Él quebranta y hiere a la persona, pero, a su vez, dicha persona se vuelve a Él ofreciéndole alabanzas. La alabanza ofrecida a Dios a costa de algún sufrimiento, constituye una ofrenda. Dios desea que el hombre le alabe de esta manera; Él desea ser entronizado por esta clase de alabanza. ¿Cómo obtendrá Dios Su alabanza? Dios desea que Sus hijos le alaben en medio de sus sufrimientos. No debiéramos alabar a Dios sólo cuando hemos recibido algún beneficio. Si bien la alabanza que se ofrece por haber recibido un beneficio sigue siendo una alabanza, no puede considerarse una ofrenda. Una ofrenda, en principio, está basada en el sufrimiento de alguna pérdida. Así pues, el elemento de pérdida está implícito en toda ofrenda. Dios desea que le alabemos en medio de tales pérdidas. Esto constituye una verdadera ofrenda. No sólo debemos ofrecer oraciones a Dios, sino que es menester que aprendamos a alabarle. Es necesario que desde el inicio de nuestra vida cristiana entendamos cuál es el significado de la alabanza. Debemos alabar a Dios incesantemente. David recibió gracia de Dios para alabarle siete veces al día. Alabar a Dios cada día es un buen ejercicio, una muy buena lección y una excelente práctica espiritual. Debemos aprender a alabarle al levantarnos de madrugada, al enfrentar algún problema, al estar en una reunión o al estar a solas. Debemos alabar a Dios al menos siete veces al día; no dejemos que David nos supere al respecto. Si no aprendemos a alabar a Dios cada día, difícilmente participaremos del sacrificio de alabanza al cual se refiere Hebreos 13. Ahora bien, ¿por qué la Palabra habla de sacrificio de alabanza? en realidad confesar el nombre del Señor en tiempos de tribulación y persecución representaba un sacrificio. Pero recordemos que les escribe a los hebreos, acostumbrados a que el culto hacia Dios consistía en presentar sacrificios delante de Él. En el antiguo pacto Dios les había ordenado que presentaran sacrificio continuo a Dios, el altar siempre debería permanecer ardiendo. Si ustedes leen los primeros cinco capítulos de Levítico, podrán encontrar las instrucciones a los levitas de cómo debían mantener el fuego. Pero en el nuevo pacto no se nos pide más que presentemos ningún sacrificio de corderos a Dios, porque Jesús es el Cordero de Dios que ha quitado el pecado. Aquellos sacrificios no podían quitar los pecados sino solamente perdonarlos por el tiempo en que se hicieran. Pero una vez quitados los pecados ya no había lugar para mayores sacrificios para expiación de los pecados. Pero en el nuevo pacto, el culto hacia Dios ya no depende de sacrificios de animales, sino de ofrecer continuamente tres cosas importantes: a) Sacrificio de Alabanza. Como lo dice el texto referido. b) y en el v.16 de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios Otro sacrificio agradable a Dios es que nos ayudemos mutuamente y hagamos bien a las demás personas. Quizá en una sociedad en la que la independencia es tan valorada en cada persona, la ayuda mutua de repente ya no exista tanto. Es por ello que la Palabra de Dios no la recuerda y nos dice que se trata de un sacrificio grato para Él. La verdad es que quizá tratamos de cubrir nuestras debilidades con máscaras de fortalezas. Pero internamente sabemos que tenemos deficiencias, que hay zonas de nuestras vidas que requieren ayuda. Pero el orgullo a veces es más grande que pedir ayuda. Muchas personas esperan que la ayuda llegue pero nunca la piden, porque se sienten humillados. Y es verdad, pedir ayuda requiere humildad. Por lo cual la Palabra nuevamente nos invita a que quitemos todo orgullo y podamos pedir ayuda cuando la necesitemos, de forma tal que podamos ayudarnos unos a otros en nuestras necesidades y debilidades. La frase “fruto de labios” es un hebraismo que quiere decir lo que lo los labios producen; eso es, palabras. A lo mejor esta frase irá acorde con lo que Jesús dijo: “De la abundancia del corazón, habla la boca”. La alabanza a nuestro Dios expresada en la acción de gracias, en el canto, o aquella que se hace en la oración de nuestro corazón, es ese “fruto de labios”. Así, pues, cuando nos disponemos ofrecer sacrificios de alabanzas, debemos considerar en primer lugar el nombre de Dios. Su nombre es santo tres veces. Así lo reconocen los ángeles (Is. 6:3; Apc. 4:8). Luego viene el resto: dignidad, poder, amor, misericordia, infinitud, grandeza, dominio… Ni los ángeles, ni la naturaleza, ni los animales se avergüenzan de exaltar a este Dios. ¿Deberíamos nosotros avergonzarnos de confesar su nombre? En esto es importante resaltar la palabra “sacrificios de alabanza”. Es fácil alabar al Dios cuando todo marcha bien, pero el sacrificio es cuando no sentimos deseos de hacerlo. Mejor dicho si te hace difícil de levantarte de madrugada para darles gracias a Dios por todo lo bueno que recibes y aun mas cuando tu situación es difícil no ha sacrificio de alabanza. Lo que uno tiene que hacer es sobreponerse a la adversidad y superar el deseo de no querer hacerlo o no poder hacerlo, hacerlo de todo corazón a Dios eso si es sacrificio de alabanza a pesar de. Excelente día para todos. youtube/watch?v=90zEjmhEcOs
Posted on: Thu, 01 Aug 2013 13:39:34 +0000

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