SER DISCÍPULOS DE CRISTO Ante la pregunta de que si eres un verdadero discípulo de nuestro Señor Jesucristo, la primera respuesta que asalta tu pensamiento es que si, pero, tomémonos unos breves minutos antes de dar nuestra respuesta definitiva, veamos los siguientes interrogantes: 1) Que es lo que Jesús espera de un discípulo? 2) Tiene el discípulo algún tipo de responsabilidades? 3) Que implicancias tiene el llamado al discipulado? Con respecto a la primera pregunta, la Palabra de Dios dice “Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres” Mt 4:19. Tal es la magnitud de esta invitación que muchos no perciben que el verdadero propósito del Señor es transformarnos, convertirnos, no en seguidores pasivos, sino por el contrario, Discípulos imparablemente “Activos”, dispuestos a salir a la altamar aunque sea la noche más oscura, preparados para enfrentar las tormentas más feroces, y aún así seguir avanzando!, ¡¡¡pescadores de hombres!!! Un concepto elemental para el Discípulo precoz, pero a la vez innovador para una generación indiferente e inerte, cuyos propósitos en la gran mayoría, están claramente centrados en sus propios intereses. En segundo lugar, y al hablar de las responsabilidades de un discípulo, permítaseme referirme nuevamente a la Palabra del Señor, dice el libro de Hechos 8:4 “Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio”. Precisamente, la primera responsabilidad de aquel que abrazó el discipulado es la de “Anunciar el Evangelio”, no debe existir ninguna razón por la cual se deba dejar de predicar el mensaje de la salvación, nuestros primeros hermanos huían de la furiosa persecución de Saulo pero a la vez, no podían resistir la necesidad de predicar, predicar y predicar… “No se puede seguir a Cristo y no vivir una evangelización activa” (Pr Richard Sisson) Por último, es sumamente necesario entender que la tarea de evangelizar, implica una responsabilidad de equipo, más precisamente, es un trabajo del “Cuerpo” que debe ser la Iglesia, donde todos y todo está sometido bajo la poderosa voluntad de la Cabeza que es Cristo Jesús, de modo que de la misma manera que hay “gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente” Lc 15: 7, de la misma manera debe existir la responsabilidad de todo el cuerpo, cuando un miembro se “separa”. Todo el cielo se goza cuando un pecador se arrepiente y por ende, todo el cuerpo se duele cuando un alma se pierde. Por estos motivos déjame reiterarte la pregunta inicial: ¿Quieres ser un Discípulo de Cristo?... Pastor Rubén González
Posted on: Tue, 10 Sep 2013 10:24:21 +0000