Soy de la primera promoción de Licenciados en Comunicación Social de la Escuela de Ciencias de la Información de Córdoba después de la dictadura. Entramos en el 83, cuando fenecía el régimen agobiado por la masacre de Malvinas. Pagábamos arancel y entramos rindiendo examen de ingreso. Había cupos. Luchamos contra eso, reconstruimos los centros de estudiantes, recuperamos la educación pública y gratuita. Hace más de 20 años ejerzo el periodismo, y pensé en este último tiempo que nunca más volveríamos a los tristes tiempos de los 90, en los que tener ideología te convertía inmediatamente en un paria. De a poco fuimos recuperando soberanía, instituciones, dignidad, sueños y futuro. Y pensé que esta recuperación sería para siempre... Creí que lo había visto y escuchado todo... Por eso me impacta tanto la profundidad de mi equivocación. Me siento azorada porque esperé escuchar un coro de Colegios Médicos pronunciándose contra la mala praxis de Nelson Castro. Esperé escuchar un coro de Carreras de Comunicación pronunciándose contra la mala praxis continua, sistemática y sostenida de Jorge Lanata. Esperé escuchar un coro de investigadores y pensadores de la comunicación pronunciándose contra la violación sistemática de todos los códigos de ética periodística por parte del Grupo Clarín. Esperé escuchar un coro de Sindicatos de Prensa pronunciándose contra la falta de respeto a la profesión, ya que la dignidad del trabajador no consiste solamente en la lucha por el salario. Estoy azorada porque me siento impotente. Al mismo tiempo sé que somos muchos comunicadores los que peleamos cada día por otra comunicación y lo hacemos en soledad, sin apoyo logístico ni financiero, solamente amparados por nuestras convicciones. Duele la conciencia de saber que todos los días hacemos sonar la campana, pero nuestra campana sigue siendo de palo.
Posted on: Tue, 20 Aug 2013 20:50:14 +0000
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