Un niño de cinco años se acercó a su padre, el cual estaba haciendo una reparación en la cocina. Observó atentamente los movimientos y acciones de su progenitor y le preguntó: - Papi, ¿Qué pasaría si el sol no volviera a salir? - Probablemente, hijo, quedaríamos a merced de la oscuridad todo el tiempo; las plantas sufrirían la ausencia de los rayos del sol; acaso haría más frío – Respondió un tanto agitado el padre. El niño rascó su cabeza y volvió a insistir: - ¿Y qué pasaría si todos los niños del mundo no quisieran estudiar más? - En ese caso, hijo, no habría más educación y progreso, pues no habría a quiénes enseñar y educar. El niño dio una vuelta sobre sí mismo, interrogando: - Papi, ¿Y qué pasaría si Dios apareciera en estos momentos? - Bueno, hijo, en ese caso, muchos estaríamos con cuentas pendientes para pedir perdón – Respondió el padre, ya rascando su cabeza y con unas gotas de sudor recorriendo su frente. Sabía que el asunto con su hijo podría prolongarse. El niño deambuló varios pasos por la cocina. El padre pensó que quizá hasta allí había llegado el interrogatorio. Sin embargo: - Papi, ¿Y qué pasaría si mamá y tú se separaran por siempre? El padre enmudeció. Respiró. Encogió sus hombros y contestó dando un suspiro cansino y triste: - En ese caso, hijo mío… hemos perdido medio mundo.
Posted on: Mon, 07 Oct 2013 05:30:04 +0000